Entrevista a Cyrille Vecchi, manager de Sostenibilidad de Ball en el sur de Europa
Probablemente no sean datos muy conocidos, pero las latas de aluminio, aquellas que consumimos para tomar refrescos y otras bebidas, son los envases más reciclados en el mundo, con una tasa del 69%. En Europa, este porcentaje llega al 75% y, en España, alcanza el 71%. El reciclaje de la lata de aluminio es además un proceso sencillo, rápido y de bajo coste. Cyrille Vecchi, responsable de sostenibilidad de Ball en el sur de Europa, el mayor fabricante de latas de bebida del mundo, nos revela en esta entrevista aspectos medioambientales de este material, las tendencias tecnológicas que rodean a las latas de aluminio y los retos de futuro a los que se enfrenta el sector.
Ball es el mayor productor de latas de bebida del mundo. ¿Puede ofrecernos cifras de producción del grupo?
Efectivamente, Ball es el mayor productor de latas de bebida de aluminio del mundo. Estamos presentes en más de 100 países y damos empleo a más de 18.300 personas en el mundo. Cada año producimos 100.000 millones de latas de bebida a través de nuestras 75 plantas en América, EMEA y Asia. En 2019 nuestras ventas netas ascendieron a 11.500 millones de dólares, de los cuales el 90% corresponde a la producción de latas de bebidas.
Cyrille Vecchi, manager de sostenibilidad de Ball en el sur de Europa.
¿Es el de aluminio el mejor envase para las bebidas carbonatadas? ¿Por qué?
La lata de aluminio es y ha sido siempre uno de los envases de preferencia para las bebidas carbonatadas especialmente para el consumo “on the go”. La lata de aluminio es un envase ligero, que se almacena y transporta con facilidad y que se enfría con rapidez. Además, el aluminio actúa como barrera contra la luz preservando, con ello, el producto en su interior. Todo ello hace de la lata un envase ideal para todo tipo de productos, también para las bebidas carbonatadas.
¿Cuál ha sido la evolución de las latas de aluminio para bebidas desde el punto de vista medioambiental en los últimos años?
En los últimos años hemos reducido significativamente el peso de nuestros envases (un 35% desde los años 80), lo que conlleva un menor consumo de aluminio, menos peso transportado a lo largo de la cadena logística y menor consumo energético en el proceso productivo. Este factor, unido al incremento de la tasa de reciclaje de la lata de aluminio, que es el factor clave para nosotros, ha hecho que en los últimos 10 años hayamos logrado una reducción de la huella medioambiental superior al 30%.
En esta evolución es fundamental recordar que, desde el pasado mes de marzo, Ball cuenta con la certificación Aluminium Stewardship Initiative (ASI) en cumplimiento de unos elevados estándares sociales, medioambientales y de buen gobierno en todos los eslabones de la cadena de valor del sector del aluminio. Somos el primer fabricante de latas en conseguirlo y disfrutamos de este reconocimiento en todas nuestras plantas de producción en Europa, Oriente Medio y África.
Usted es responsable de Sostenibilidad en el grupo, a su parecer, ¿ha cambiado mucho la percepción del consumidor y su contribución del reciclaje de envases?
Sí, desde luego. La sociedad española es un gran ejemplo de evolución en su actitud ante el reciclaje. Cada vez nos preocupa más reciclar y deseamos hacerlo de manera correcta. De hecho, según el estudio 'Tenemos otro latido', 9 de cada 10 ciudadanos aseguran que reciclarían más si hubiera más papeleras selectivas en los espacios públicos. Por ello, todo el sector estamos trabajando de manera conjunta para incrementar la tasa de reciclaje y que cada lata termine en el lugar correcto, esto es, el contenedor amarillo.
¿Qué cambios habrá próximamente en materia de reciclaje? ¿Puede hablarnos del nuevo marco legislativo y la situación en otros países?
El contexto legislativo está marcado por la transición a una verdadera economía circular. Esto significa, entre otras muchas cosas, promover un sistema en el que los productos mantengan su valor al final de su vida al ser infinitamente reciclables. Y para avanzar en la verdadera circularidad, el término ‘reciclable’ debe significar lo mismo para todos los envases (conservar exactamente las mismas propiedades del mismo material) y en todos los países. Del mismo modo, la circularidad también conlleva homogeneizar la forma de medir el reciclaje y no basarla en la cantidad de materiales recogidos en el contenedor amarillo, sino en los resultados reales de todo el proceso de reciclaje posterior.
El contexto legislativo de las latas de aluminio está marcado por la transición a una verdadera economía circular.
Dada la situación medioambiental, ¿ha habido o cree que puede haber un incremento del uso de este material en el segmento de las bebida, una transición de las grandes marcas a otros materiales por la situación medioambiental del plástico?
Es un hecho innegable que las marcas de bebidas deben satisfacer las demandas de unos consumidores cada vez más preocupados por la sostenibilidad de los envases. En este contexto, la lata de aluminio, al ser un envase infinitamente reciclable, se está constituyendo como alternativa más sostenible. Y, en consecuencia, estamos viendo cada vez más marcas, tanto tradicionales como nuevas, apostando por este envase para comercializar sus bebidas.
Lo cierto es que, en los últimos años, podemos encontrar agua, zumo o café en latas; bebidas que tradicionalmente se han envasado en plástico. Encontramos incluso vino que normalmente se envasa en vidrio ¿es una tendencia?
Sí, sin duda es una tendencia que irá en aumento en los próximos años. Tanto marcas tradicionales como compañías start ups, muestran su compromiso con la sostenibilidad y su apuesta por reducir su impacto medioambiental. Aquí en España ya tenemos varios ejemplos de aguas, zumos, tés, bebidas orgánicas envasadas en lata y esperamos poder acercarnos a modelos como Alemania o Reino Unido, donde ya existen muchos ejemplos de vinos envasado en lata.
Ball cuenta con la certificación Aluminium Stewardship Initiative (ASI) en cumplimiento de unos elevados estándares sociales, medioambientales y de buen gobierno en todos los eslabones de la cadena de valor del sector del aluminio
Posiblemente, el tratamiento de residuos de aluminio no sea tan conocido en la sociedad como lo son otros materiales. Háblenos del reciclaje del aluminio en España y en el mundo. ¿Son los envases más reciclados?
Efectivamente, no mucha gente lo sabe y es un dato muy llamativo: la lata es el envase de bebida más reciclado en el mundo, con una tasa del 69%. En Europa, este porcentaje llega al 75% y, en España, alcanza el 71%. El reciclaje de la lata de aluminio es un proceso sencillo, rápido y de bajo coste. Al ser un envase compuesto solo por aluminio, es muy fácil de separar del resto de residuos mediante el uso de una tecnología ya existente en todas las plantas de España. Este mecanismo, denominado corriente de Foucault, carga eléctricamente cada envase para que sea repelido de la cinta transportadora al llegar a un determinado punto. Gracias a estas facilidades, una lata de aluminio después de ser consumida solo tarda ocho semanas en estar de vuelta en el mercado.
Defienda este material frente a otros materiales del mercado que se utilizan en el mercado de bebidas, como los envases de bebidas de PET o Tetra Bricks.
Más allá de hablar de otros envases, lo importante es hablar de cómo los envases están avanzando hacia la circularidad y aquí me gustaría subrayar la importancia de la verdadera reciclabilidad. Este concepto alude a una serie de requisitos del envase: en primer lugar, que se pueda reciclar en su totalidad y no solo una parte; que no se pierda una parte del material en el proceso de reciclaje; y que el material se recicle en algo de igual calidad y no se degrade en otro de menor calidad. Todos ellos, atributos de la lata de aluminio.
El peso de una lata de bebidas estándar se ha reducido un 35% desde la década de los 80
Cada vez se demandan envases más ligeros, ¿también la reducción del uso de materiales se produce en el segmento de las latas?
Así es, es uno de los grandes avances producidos en materia de sostenibilidad. El peso de una lata de bebidas estándar se ha reducido un 35% desde la década de los 80. Esta reducción conlleva un menor consumo de materia prima (aluminio) y de energía necesaria para la producción y el transporte de las latas. Pero esto no termina aquí: seguimos trabajando y redoblando nuestros esfuerzos para seguir reduciéndolo en los próximos años.
¿Qué novedades se encuentran en el mercado en cuanto a diseños que llamen la atención del consumidor (diferentes formas de la lata, dibujos 360º…)? ¿Puede destacar algunas propuestas de Ball?
Para Ball, la innovación es clave en su negocio. Trabajamos cada día con el objeto de ofrecer a nuestros clientes soluciones innovadoras que den respuesta a sus necesidades. Desde el punto de vista de formatos, contamos con el rango más amplio del mercado (nuestro porfolio cuenta con casi 20 formatos diferentes, desde la lata de 15cl hasta la lata de 1 litro). Desde el punto de vista de soluciones de valor añadido, son varias las propuestas disponibles: efecto táctil, efecto mate, tintas que lucen en la oscuridad, con la incidencia de la luz solar o con la incidencia de la luz ultravioleta, tintas que cambia de color con la temperatura del producto en el interior de la lata… Estas son solo algunas de nuestras propuestas.
La premiurización es una de las megatendencias en el mercado de las bebidas envasadas
Precisamente, haciendo referencia al consumidor, ¿cree que en este segmento de las latas el diseño, la imagen, juega un papel fundamental?
Sí, sin duda. La premiurización es una de las megatendencias en el mercado de las bebidas envasadas. Cuando nos referimos a premiurización, no sólo nos referimos a los ingredientes y la calidad del producto, sino también a la calidad del envase y su diseño. Es, sin duda, una preocupación de nuestros clientes y un aspecto de peso en la decisión de consumo. Todas las soluciones de valor añadido que antes mencionaba contribuyen sin duda a proporcionar al producto una imagen más sofisticada, y todo ello, además, sin comprometer en ningún momento la responsabilidad social que, en sí misma, es otra mega tendencia. Y es que la lata de aluminio sigue siendo infinitamente reciclable con independencia del color o la solución de valor añadido aplicada.
¿A qué retos se enfrenta el sector? ¿Es un segmento que también debe hacer frente a tiradas cortas de productos?
El reto más importante del sector pasa por incrementar la tasa del reciclaje. Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, debemos redoblar los esfuerzos para mejorar la sensibilización del ciudadano y que todas las latas de aluminio, tanto dentro como fuera del hogar, sean depositadas en el contenedor amarillo.
