Tan solo el consumo de bebidas envasadas muestra una tendencia constante de crecimiento de un 2,5 % anual en todo el mundo y de un 1,3 % por año en Europa
Sidel se une al New Plastics Economy Global Commitment de la Fundación Ellen MacArthur
Sidel se se ha convertido en un nuevo firmante del New Plastics Economy Global Commitment (Nuevo Compromiso Económico Global sobre el Plástico). La Fundación Ellen MacArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente) lanzaron esta iniciativa mundial en octubre de 2018 con el objetivo de abordar, desde su origen, la crisis de los desechos de plástico y la contaminación asociada y de mantener a este material dentro de la economía. En la actualidad, esta acción reúne a más de 400 organizaciones alrededor de su visión en común sobre una economía circular para el plástico.
Desde hace tiempo, Sidel ha basado sus esfuerzos respecto a la sostenibilidad en ocho pilares, que incluyen aspectos centrados en los productos, como la seguridad alimentaria, la sostenibilidad del envasado y de los equipos (procurando evitar todo tipo de desechos, minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir el consumo de agua y de energía) y una gestión sostenible del ciclo de vida de los recursos de sus clientes. "Al firmar el Compromiso Global de la Fundación Ellen MacArthur, hemos dado otro paso importante hacia un futuro más sostenible. Junto a nuestros clientes y partners deseamos cumplir una función clave en cuanto a abordar los crecientes desafíos que presentan el envasado, la seguridad alimentaria y el impacto medioambiental", sostiene Luc Desoutter, Sustainability Officer de Sidel.
La recolección como aspecto central de un mejor reciclado
Tan solo el consumo de bebidas envasadas muestra una tendencia constante de crecimiento de un 2,5% anual en todo el mundo y de un 1,3% por año en Europa. En gran medida, esta trayectoria ecológica se apoya en el uso del PET como embalaje primario. Gracias a las propiedades que presenta el PET en cuanto a la seguridad alimentaria, la comodidad, la flexibilidad de diseño, la transparencia, el coste y, especialmente, la capacidad de reciclado en un circuito cerrado, alrededor de un 37% de todas las bebidas se envasan en ese material.
La visión que propone el New Plastics Economy Global Commitment incluye metas ambiciosas: por ejemplo, tomar medidas para eliminar el envasado plástico problemático o innecesario —a través del rediseño, la innovación y nuevas formas de presentación—, además de la adopción de modelos de reutilización, con el objetivo de que un 100% del envasado plástico se pueda volver a usar, reciclar o convertir en compost.
"Desde los puntos de vista tecnológico e industrial, tanto el PET como las latas y el vidrio se pueden reciclar. Además, esta acción representa un valor económico: el precio de un fardo de botellas de PET puede ser de entre 300 y 600 euros por tonelada, según su calidad. El PET puede volver a ingresar a la cadena de valor, no debería ser considerado como parte del problema —explica Desoutter—. Estamos presenciando un significativo cambio en las actitudes respecto de la manera en que se recicla el PET y deseamos utilizar nuestro compromiso como parte del New Plastics Economy Global Commitment para apoyar y promover este desarrollo hacia los niveles máximos de recolección y reciclado".