Schofield Metal Recyclers combina tradición y modernidad en sus trabajos de reciclaje
El depósito de chatarra de la familia Schofield es único en Gran Bretaña por su ubicación idílica en una colina cerca de Huddersfield / Yorkshire, y por el material y la forma en que se procesa allí. No solo los brazos verdes de los dos manipuladores de materiales Sennebogen encajan perfectamente en este paisaje verde montañoso, sino que también montones de piezas metálicas apiladas a varios metros de altura parecen haber sido parte del paisaje durante décadas.
La sexta generación de la empresa familiar Schofield, de Huddersfield, Inglaterra, sigue manteniendo una estrecha relación con el sector del reciclaje. La historia incluso se remonta a principios del siglo XIX, mucho antes de que todos hablaran sobre el reciclaje y el uso de materias primas, cuando el fundador James Schofield comenzó a trabajar el reciclaje de los desechos de la industria de la lana. Más de 140 años después, Schofield Metal Recyclers todavía merece una visita. Su director gerente, Mark Schofield, afirma: “nos enfocamos más a ofrecer un servicio de alta calidad que a la producción en masa". Es por eso que la flota de máquinas y vehículos de la compañía siempre está a la vanguardia de la tecnología. A mediados de 2018, el distribuidor Hassell entregó una Sennebogen 825 E y una 830 E a esta empresa. Razón de más para visitar el depósito de chatarra de la compañía.
“La más alta calidad en lugar de la producción en masa”
Para un extraño, las montañas de chatarra parecen pertenecer al paisaje de las colinas del Valle de Colne. Ubicado entre Leeds / Bradford y Oldham / Manchester, el material se recoge y se compra en un radio de 100 millas. Mark Schofield y sus antepasados se han especializado en el procesamiento de materiales de fundición de alta calidad. “Podemos trabajar con elementos de fundición que pesen hasta 15 toneladas con nuestros equipos, lo que requiere no solo de habilidad, sino también de máquinas extremadamente robustas y potentes”, explica Mark Schofield. Durante veinte años, la compañía ha confiado en los manipuladores de materiales verdes Sennebogen fabricados en Alemania.
Rápidos, eficientes y seguros
Equipados con la moderna cabina Maxcab, que puede elevarse en 2,70 m, los operarios no solo tienen una excelente visión de su entorno de trabajo, sino que también trabajan de manera confortable en todos los climas. La Sennebogen 830 E tiene un potente motor diesel de 164 kW y un alcance máximo de 17 m. Esto le permite apilar los materiales más pesados de forma segura hasta el máximo de altura. La alta fiabilidad de la máquina y todos los componentes, la buena estabilidad y su simplicidad de mantenimiento son características que se aprecian especialmente en las máquinas Sennebogen. A esto se añade el conocimiento de la industria y el respaldo del distribuidor Hassells de Stoke-on-Trent.
“Mientras que en el pasado estos trabajos solían hacerse mucho con grúas operadas por cable, hoy en día los manipuladores de materiales modernos son más rápidos, más eficientes y, sobre todo, más seguros”, explica Mark Schofield. Solo a través de la modernización continua del depósito y del equipo, la compañía ha podido consolidarse en el mercado a lo largo de décadas con un enfoque basado en la alta calidad de los procesos y los materiales.
Hasta hace unos veinte años, el mercado de chatarra para Schofield, tanto de compradores como de vendedores, estaba predominantemente en el Reino Unido, pero ahora el 60% de sus clientes son extranjeros, si bien es cierto que las fundiciones de hierro de la región se mantienen como clientes importantes, según Schofield.
"Ofrecemos productos de primera clase para un mercado mundial, de acuerdo con los más altos estándares de calidad. Esto es exactamente lo que esperamos de nuestras máquinas y esto ha sido confirmado por los manipuladores de materiales Sennebogen en los últimos veinte años”, concluye Mark Schofield, director general de Schofield Metal Recyclers.