Catalunya concentra el 25% de los proyectos biotec del país
3 de marzo de 2010
Catalunya es una de las comunidades autónomas referentes en temas de biotecnología. En este sentido, según datos del Informe Biocat 2009, esta comunidad se sitúa a la cabeza en investigación biomédica, con el 25% de las empresas biotecnológicas del país. De hecho, en esta provincia existe un floreciente tejido empresarial, ya que desde el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) se aprobaron un total de 407 proyectos biotecnológicos, un 25% del total a escala nacional, durante el año 2009. Así se puso de manifiesto durante el transcurso de una reciente jornada, a cargo del bufete Garrigues y CataloniaBIO, que congregó a inversores, emprendedores científicos y organismos de financiación para impulsar la creación y viabilidad de empresas biotecnológicas.
El encuentro se centró en los principales mecanismos de financiación y se desgranaron las distintas ayudas disponibles en la actualidad para impulsar el sector: principales líneas de actuación públicas (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial CDTI) y servicios de empresas de capital riesgo. Actuaciones pensadas para apoyar a los científicos y emprendedores desde la fase de 'incubación' de la idea hasta el desarrollo completo del proyecto, poniendo especial atención a aspectos legales relativos a la propiedad industrial, la viabilidad del producto o la existencia de patentes previas. Así, Luis Maeso, del departamento de Coordinación y Dinamización de CDTI, dio a conocer los principales incentivos públicos para actividades de I+D en empresas de base tecnológica. “Las ayudas para empresas de Biotecnología pueden llegar a los 600.000 euros, cubriendo un 70% del presupuesto”. Desde el bufete Garrigues, Dulce Miranda y Diego Rodríguez, socios de la firma, detallaron los principales aspectos jurídicos y fiscales relativos a la preparación del proceso inversor. Miranda centró su intervención en el ámbito de las patentes y en la importancia de “proteger un proyecto con rigor” desde sus inicios. “La única forma que tienen las empresas pequeñas y medianas de hacerse un hueco en el mercado y no ser fagocitadas es tener patentados sus proyectos de I+D”, explicó. Sin embargo, y para explotar esa invención con garantías, es fundamental asegurarse de que “no se están infringiendo derechos anteriores”, en opinión de Miranda.
Por su parte, Diego Rodríguez abordó la importancia de los mecanismos de planificación fiscal y las fórmulas para obtener créditos de apoyo a la investigación. Así, algunas de las propuestas más destacadas serían crear una sociedad holding para disfrutar de cierta flexibilidad y que “un inversor tenga la posibilidad de participar en un único proyecto desarrollado por una empresa filial”. Asimismo, el sector biotec puede captar inversores de otros ámbitos, creando lo que se denomina “una agrupación de interés económico”. Los créditos fiscales de investigación y desarrollo se imputan a los inversores. Los procesos de desarrollo de producto de las empresas biotecnológicas –con aplicaciones en agricultura, farmacia, agroalimentación, medioambiente y medicina– se caracterizan por un elevado riesgo científico/tecnológico y su prolongada duración, por lo que las condiciones y matices financieras y legales tienen un peso fundamental. El sector biotecnológico registró un crecimiento del 30%, durante la última década.