La formación especializada como oportunidad en tiempos de COVID
Serafín García, responsable del departamento de Formación en Aimplas
18/09/2020Aimplas es un centro tecnológico con una vocación, una trayectoria y un compromiso importante en la faceta de formación para nuestro sector, la industria del plástico. La “primera ola” provocó, como al resto de entidades formativas, una reducción prácticamente a cero de la demanda de cursos presenciales (la metodología de formación predominante hasta el momento).
En nuestro caso, el hecho de contar ya con una plataforma online formativa asentada (Aimplas Plastic Academy) nos permitió, incluso en pleno confinamiento, seguir ofertando nuestros cursos online y las píldoras formativas de corta duración, los webinars.
El retorno progresivo a la actividad de la mayor parte de nuestras industrias a partir de mayo y junio hizo que se reactivara la demanda de formación, pero de forma aún tímida (por la propia actividad limitada que desarrollaban las empresas en esos meses).
Ya desde la finalización del periodo estival, en el caso de Aimplas estamos registrando un incremento progresivo, significativo y ascendente en la demanda y participación en las acciones formativas de toda temática y formato de impartición que estamos ofreciendo a las empresas. Y esto lo debemos interiorizar como algo positivo y esperanzador para las empresas y para nuestro sector industrial.
Pero esta reactivación en la demanda no nos debe hacer perder de vista que el “tablero de juego” ha cambiado. El shock causado por las medidas de control de la COVID-19 ha influido en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y en nuestras costumbres de la misma forma que lo ha hecho con nuestra manera de percibir y recibir la formación como servicio y producto.
La formación online ha pasado de ser una opción más a ser “la primera opción”. Y en este saco de la formación online metemos formatos y metodologías como:
- Cursos con contenidos, módulos, chats y foros, que pretenden un proceso de “autoformación” tutorizada por expertos.
- Webinars: Píldoras de aprendizaje de corta duración que están viviendo una “segunda juventud” asociada a la necesidad de los profesionales, de contar con formación aplicada, actualizada y de fácil digestión para el alumno. Y en estos casos, recursos alternativos disponibles en la red y gratuitos no colman totalmente la necesidad de estos técnicos.
- Cursos emitidos en streaming desde aula. Será una de las opciones estrella a corto y medio plazo. Posibilita que el docente se mueva en un entorno de aula logrando una mejor comunicación didáctica con los alumnos, que siguen las sesiones a distancia desde la ubicación que consideren (las instalaciones de la empresa, sus domicilios, etc).
- Cursos técnicos de corta duración con contenidos previamente grabados para “consumo” y asimilación por parte de los alumnos de la misma forma que se interiorizan los conocidos videos de tipo 'Unboxing' que podemos ver en la Red. En estos casos el alumno escoge el momento para recibir esta formación y la gestión y aprovechamiento es totalmente configurable por el alumno que accede a dichas plataformas formativas.
Como se puede ver, no estamos hablando de nada nuevo ni de ninguna tecnología o formato que no estuviese ya inventado. La COVID-19 ha acelerado lo que ya era una evolución natural en el sector de formación en su conversión y adaptación digital.
Los profesionales, los trabajadores y las empresas deben adaptar (y lo están haciendo) sus hábitos de “consumo” de la formación a estos nuevos formatos y metodologías de impartición. Por parte de los gestores de las empresas se debe interiorizar que, quedarse atrás o parado, en términos de cualificación de su personal, puede lastrar sus capacidades de recuperación de competitividad en el corto y medio plazo.
Nuestras empresas no pueden quedarse en el camino por no haber sabido abordar los nuevos retos técnicos, o por no entender, reaccionar y aprovechar los cambios de modelos de consumo, o dehábitos que ha provocado una circunstancia como la que estamos aun viviendo.
Es ahora cuando esta apuesta por la formación especializada cobra más fuerza y sentido. Una formación que amplíe nuestras capacidades técnicas, que abra las mentes a nuevas y distintas posibilidades de diversificación de nuestra actividad, procesos y productos.