Competitividad industrial e innovación
El mundo del automóvil destaca de entre todos los ámbitos industriales españoles, convirtiéndose en la locomotora de la producción. En 2014 la fabricación de vehículos subió un 11% y, a tenor de las últimas noticias, este crecimiento va a proseguir. Las plantas españolas de las multinacionales tienen garantizada la producción para los próximos 5 años y compañías como Renault y Ford tienen previsto aumentar sus inversiones en nuestro país. De nuevo la flexibilidad laboral y la potente industria auxiliar española han sido claves en esta apuesta.
La producción industrial se incrementó en 10 comunidades. Las tasas más elevadas correspondieron a Castilla y León (+6,7%), La Rioja (+5,5%) y la Comunidad Foral de Navarra (+5,3%), siendo Aragón la comunidad en la que más creció la producción industrial.
La industria española parece pues salir poco a poco del túnel, aunque tímidamente, en buena parte por la competitividad en precios y la mejora de la calidad de sus productos. A ello hay que añadir que España obtuvo en 2013 superávit en su balanza tecnológica: 6.600 millones de euros, un 20% más que en 2012, según datos del índice de Comercio Exterior del INE. Dependemos pues tecnológicamente menos de otros países, y por ende, el uso de las patentes españolas es cada vez mayor. Sin embargo, el gasto en I+D que realizan las empresas españolas sigue siendo del todo insuficiente para conseguir el ansiado cambio de modelo productivo que España necesita. Según datos del INE, el gasto en I+D en porcentaje del PIB sufrió durante 2013 el cuarto descenso anual consecutivo, así como el empleo en actividades de I+D, situándonos por debajo de la media de la UE. Se hace pues imprescindible impulsar la I+D si queremos, no sólo ser más competitivos a nivel global, sino también generar empleo de calidad en el medio y largo plazo.
Si tenemos en cuenta que la mayor parte de nuestras exportaciones son productos industriales, indefectiblemente necesitamos políticas tecnológicas que potencien una Industria innovadora. No olvidemos que los actuales datos de mejora de la competitividad de la Industria española son fruto de inversiones en I+D realizadas en el pasado, y que aunque estamos en una muy buena dirección, para contar con una Industria con base y competitiva a nivel internacional, la inversión en I+D es clave.
Hoy estamos recogiendo el esfuerzo inversor en I+D realizado en el pasado, pero si no interiorizamos las consecuencias de no mejorar tecnológicamente, perderemos el pulso a la economía de mercado. Nunca antes las pymes innovadoras han tenido a su disposición mayor financiación, tanto a través de deducciones/cash back y bonificaciones por personal investigador, como de financiación directa (ayudas nacionales y de Europa: Instrumento Pyme).
Las bonificaciones a la Seguridad Social por personal investigador son una buena alternativa. Puede obtenerse una bonificación del 40% en las aportaciones empresariales a las cuotas de la Seguridad Social por contingencias comunes, manteniendo además la compatibilidad con otras ayudas. Actualmente existen registradas 16.119 empresas con actividades innovadoras, según datos del INE, que podrían utilizar este incentivo como apoyo a la contratación de personal investigador. El Mineco está tramitando la Orden Ministerial por la que se regula la obtención del sello de Pyme Innovadora y el funcionamiento del registro de pymes innovadoras. Según el organismo, el número de puestos de trabajo de nueva creación en tres años que se prevé gracias a este incentivo es de 500, con una bonificación media por trabajador de 2.360 euros.
En cuanto a la financiación directa que pueden conseguir las pymes españolas para innovar en la actualidad, Horizonte 2020 ofrece a las empresas una nueva modalidad de participación denominada Instrumento Pyme, orientado a proyectos de innovación con alto potencial para el crecimiento, desarrollo e internacionalización de la pyme. Está dotado con 2.700 millones de euros y sufraga el 70% de los costes subvencionables. Los beneficiarios pueden ser una pymes o Consorcio de pymes. Los resultados publicados por la Comisión Europea ponen de manifiesto la gran aceptación que está teniendo entre nuestras empresas. En la primera fase, la Comisión Europea eligió a 71 pymes españolas como beneficiarias y en la segunda a 12, lo que demuestra el alto potencial innovador español. Es momento pues de no cejar en el intento de innovar, de aprovechar todos los recursos existentes para mejorar nuestra competitividad, y de hacer realidad la reindustrialización de España.