La OPAP del calentón

¿Quién nos iba a decir hace 20 años que la televisión iba a estar dedicada en sus horas punta a satisfacer los deseos de saber sobre la vida de los demás?
Todo se populariza. ¿Quién nos iba a decir hace 20 años que una cosa tan árida como una OPA iba a bajar al terreno que pisamos los mortales para convertirse en una debate de bar? Es una nueva versión de OPA, OPAP, la OPA Popular, que baja a la calle para que todos soltemos lo que hemos leído en el periódico u oído en algún medio. La OPA, la OPAP, juega ya en la liga de los debates del ciudadano. Como la OPAP es Popular, se ha convertido en algo que intrínsecamente es motivo de controversia, polémica, calentón. E igualmente es motivo de pasiones desenfrenadas. Para muestra, lo que ocurrió en la Junta de Endesa del pasado 25 de febrero, donde se vivieron momentos de verdadero populismo. Es la “P” final de la OPAP la que nos importa. El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, trasladó a los 2.768 accionistas que acudieron, el ánimo de resistencia que ha mostrado desde el 5 septiembre, cuando Gas Natural lanzó su OPA. Hubo aplausos para el presidente, no sabemos si incluso se hizo la ola. Faltaban las pancartas “¡No pasarán!” pero no faltó un “no nos doblegarán” del consejero delegado, Rafael Miranda. Aquello era una fiesta y eso que todavía, al cierre de esta edición al menos, no se sabe si ganará la OPA de E.ON o la de Gas Natural o cómo acabará la cosa. Imaginamos ya La Cibeles rebosando algarabía, banderas ondeando, cánticos de apoyo a Endesa, chapuzones en la fuente de los más acérrimos seguidores endesistas. “Endeeeeesaaaaa, Endeeeeesaaaa” – “E.ON, .... ón, saluda al campeón”.
Somos así. Necesitamos estar en contra o favor de algo... pero muy a favor o en contra. Si es una OPA, pues una OPA y si no, una autopista, un semáforo o las horas de calefacción en nuestra comunidad de vecinos. En España, sin calentón, no somos nadie, no arrancamos. Y si el calentón nos lo proporciona con su energía, positiva o negativa, Endesa, Gas Natural o E.ON, nos da igual en realidad, pero que sea de los nuestros.