¿Vender humo es mentir?
Director01/12/2005
Kiotos aparte, ¿cómo calificamos a ese cigarrillo revolucionario sin humo que ya han inventado? Sí, sí, como lo oyen. NicStic es un cigarrillo revolucionario sin humo y sin las sustancias nocivas que se utilizan en la elaboración de los cigarrillos convencionales. Pero proporciona al fumador la nicotina y el aroma deseados. Su aspecto exterior es como el de un cigarrillo, pero si lo abrimos en canal, observamos que tiene una resistencia interna que produce calor y que en el extremo contrario al filtro incorpora un conector y una entrada de aire. A lo que vamos, esto es un cigarrillo de verdad, ¿o no? Si lo fuera, o si los fumadores lo tomaran como tal, sería una buena solución al problema del fumar en empresas, bares, restaurantes y demás espacios entre cuatro paredes.
Y claro, si no emite humo, algo ayudará en la consecución de los objetivos obligados de emisiones. Pero, ¿todo esto es verdad? ¿Es verdad que el efecto invernadero existe? ¿Que la culpa la tenemos todos y sobre todo los países que miran a las obligaciones y prohibiciones con desdén? Bueno, España, algo de culpa tendrá cuando se desvía a pasos agigantados de sus objetivos. Pero este cigarrillo, el de mentiras, ¿a nadie le da una idea? Porque la cosa es clara. Si se puede hacer un cigarrillo sin humo se podrá hacer una fábrica sin humo. En este caso algo habría que hacer con el humo, que en algún lado quedará. Se podría vender.
Claro que NicStic se consume prácticamente como un cigarrillo normal, eso dicen los que lo venden. Y ahí está la cosa, ahí, en ese “prácticamente”. Porque si mi fabrica “prácticamente” no contamina, si mis productos tóxicos “prácticamente” no perjudican a la salud y mis vertidos “prácticamente” no matan peces en un río, pues todo esto, ¿es bueno, o es malo? ¿Es verdad o mentira? Prácticamente es imposible de saber. En la práctica, tras los “prácticamente” se esconden muchas verdades y mentiras.