Envases de trigo y plástico para pescado
Thinfish es la continuación de las investigaciones llevadas a cabo en el proyecto Cobapack, ya concluido con éxito, pero en el que la tecnología desarrollada ha quedado a nivel de planta piloto. El reto ahora es llevarla a un nivel industrial, con un espesor de envase inferior a un milímetro como demanda el sector de la alimentación y a un coste que resulte asumible por los fabricantes.
Sándwich de tres capas
El innovador envase en el que van a trabajar los socios del proyecto tendrá una estructura tipo sándwich de tres capas. Las dos exteriores serán de polipropileno, un plástico totalmente reciclable y muy eficaz como aislante ante la humedad. En su interior se alojará una tercera capa de almidón obtenido del trigo. Esta tercera capa resulta clave en la composición del envase ya que por una parte constituye una eficaz barrera a los gases, de forma que garantiza una mayor duración del producto que contenga, y por otra es completamente biodegradable al disolverse en su totalidad en agua.
La tecnología que se utilizará en el proyecto Thinfish es un nuevo tipo de inyección denominada co-inyección simultánea gracias a la cual se espera lograr un ahorro económico en la producción del envase y que también debe proporcionar un envase de espesor adecuado para el sector de la alimentación. El reto es lograr un packaging tan fino que oscile entre los 0,8 milímetros y un milímetro. Según explica Enrique Benavent, investigador principal del proyecto, “el nuevo envase se obtendrá por un solo paso, en lugar de en dos procesos como sucede actualmente, lo que conllevará una reducción de mermas, ahorro en el consumo energético y una amplia flexibilidad en el diseño del envase”.
Biodegradable, reciclable y barato
Inicialmente los alimentos que contendrán estos innovadores envases serán anchoas y boquerones, pero el campo está abierto a otros pescados no cocinados que pueden haber sido marinados, ahumados o macerados. Lo que sí se conocen ya son las ventajas que proporcionará frente a la oferta actual de envases para este tipo de alimentos, y es su capacidad de reciclado, su cualidad biodegradable y un menor coste.
El proyecto Thinfish, financiado por la Executive Agency for Competitiveness and Innovation (EACI), dentro de la convocatoria CIP-EIP Eco-Innovation-2011, tiene como objetivo que el envase resultante pueda ser triturado, disuelto el almidón en agua y utilizado el polipropileno de nuevo. Tal y como asegura Enrique Benavent: “Hoy en día los envases barrera están fabricados con polipropileno y EVOH y estos envases son difilmente reciclables debido a la complejidad de separar ambos materiales. Por el contrario, el nuevo envase estará formado por polipropileno y almidón termoplástico, ya que ambos materiales se pueden separar debido a que el almidón termoplástico es soluble en agua y obtener un polipropileno reciclado”.