"El seguimiento de las emisiones se convertirá pronto en una necesidad para los responsables de la cadena de suministro en toda Europa"

Actuar ahora fijando objetivos estrictos en materia de emisiones tendrá un impacto significativo en la imagen de la marca, en las oportunidades de inversión y en su cuenta de resultados. Por ejemplo, la mitad de los inversores están dispuestos a alejarse de las empresas que no toman suficientes medidas en materia de medio ambiente, y uno de cada tres consumidores ha dejado de comprar a determinadas marcas debido a preocupaciones relacionadas con la sostenibilidad y la ética.

Cuando se elabora una estrategia de sostenibilidad, el objetivo principal suele ser la reducción de las emisiones relacionadas con las operaciones cotidianas internas (Alcance 1) y la generación de energía (Alcance 2). Sin embargo, alrededor del 90% de las emisiones de las empresas pertenecen a otra categoría: la de Alcance 3. Aquí se encuentran todas las emisiones de las que las empresas son indirectamente responsables a lo largo de la cadena de valor, y la cadena de suministro representa alrededor del 60% del total de las emisiones de Alcance 3.

A menudo se hace hincapié en las emisiones de alcance 1 y 2, que tradicionalmente son más fáciles de controlar, seguir y reducir. Sin embargo, si no se tienen en cuenta las emisiones de alcance 3 y el impacto medioambiental de sus operaciones en la cadena de suministro, las empresas no están tomando medidas donde realmente cuentan.

Así pues, ¿dónde deben centrar sus esfuerzos las empresas y cómo pueden actuar los responsables de la cadena de suministro para enfrentar a un enemigo invisible como son las emisiones?

El seguimiento de las emisiones se convertirá pronto en una necesidad para los responsables de la cadena de suministro en toda Europa, ya que las nuevas leyes pretenden responsabilizar a las empresas de toda su cadena de valor. Para cumplir estos requisitos legales, las empresas necesitarán una visibilidad total de sus operaciones para tener una visión precisa de toda su cadena de valor.

Este nivel de visibilidad requiere la colaboración entre transportistas y cargadores para consolidar los datos de toda la industria y producir una imagen precisa de las emisiones de Alcance 3 en todos los ámbitos. Si una de las cadenas del eslabón no lo hace, dificultará enormemente el establecimiento de objetivos alcanzables y retrasará al sector en la consecución del objetivo de cero emisiones. Sólo si todos los datos de la industria están realmente armonizados podremos controlar, seguir y combatir este problema.

La capacidad de visibilidad debe extenderse también a la predicción precisa de posibles situaciones que podrían hacer que no se cumplieran los objetivos de emisiones. En el caso del transporte marítimo, por ejemplo, las tecnologías de visibilidad pueden trazar un mapa exacto de la situación de los buques y crear gemelos digitales de los mismos para ver qué hará el buque en una serie de escenarios. Esto se superpone a los datos de visibilidad de la congestión portuaria para predecir lo que es probable que ocurra, mientras se controla lo que realmente sucede en tiempo real. La comparación entre los dos escenarios permite a estas tecnologías hacer predicciones precisas, para informar la futura toma de decisiones sobre tácticas específicas para reducir las emisiones de alcance 3.

Equipadas con datos de visibilidad y capacidades predictivas, las empresas pueden realizar cambios efectivos en su cadena de suministro, reduciendo los costes y minimizando su impacto en el planeta. Muchas empresas ya están incorporando un enfoque multimodal en sus estrategias corporativas de sostenibilidad, buscando modos de transporte con menos emisiones de carbono, como el ferrocarril y la barcaza, para ayudar a reducir las emisiones de Alcance 3.

Donde antes había lagunas de visibilidad cuando los envíos se movían entre modos o a través de las fronteras, ahora las empresas pueden acceder a los datos de seguimiento de principio a fin, independientemente de cuántas veces haya cambiado de manos un envío. Esto permite a las empresas seleccionar la combinación de modos que se adapte a sus necesidades, optando por la ruta más sostenible para minimizar las emisiones, al tiempo que ayuda a evitar los cuellos de botella y a reducir los costes. Este enfoque se denomina “ruta con menos emisiones”, y ofrece a las empresas acceso a datos que permiten tomar decisiones más inteligentes y sostenibles.

Ahora que las emisiones de alcance 1 y 2 están en constante descenso, es el momento de centrarse en uno de los mayores obstáculos para alcanzar los objetivos de cero emisiones, el alcance 3. Bajo la creciente presión para ser más sostenible, ninguna acción individual por parte de un cargador o un transportista será suficiente para hacer frente al desafío. Los responsables de la cadena de suministro deben colaborar entre sí, reuniendo datos para controlar y reducir de forma eficaz la huella de carbono colectiva. Trabajando juntos para enfrentar a este enemigo invisible, podemos utilizar los datos de visibilidad de la cadena de suministro para tomar decisiones más inteligentes, potenciar las rutas con menos emisiones y, lo que es más importante, reducir definitivamente las emisiones de alcance 3.