España, a la vanguardia de la ingeniería portuaria

El mar ha sido desde los tiempos más remotos fuente de sustento para la humanidad, pero también una frontera que los hombres han tenido que sortear para convertirlo una vía de comunicación y comercio o, simplemente, un lugar de ocio. Para conseguirlo, han tenido que ingeniárselas -de ahí la palabra ingeniería- para adaptar lugares en los que poder hacer trasvases entre el mar y la tierra firme, los puertos. Unos entornos que en este primer cuarto del siglo XXI han asumido un papel esencial en la globalización y han evolucionado hasta convertirse en centros de intercambio sofisticados y altamente tecnificados, capaces de afrontar los retos de un mundo en constante transformación.

Para ello, han sufrido una transformación profunda tanto por el crecimiento del comercio global como por la transformación tecnológica y, especialmente en los últimos años, por la preocupación por el medio ambiente. Esta evolución del entorno portuario no solo ha elevado su eficiencia y seguridad, sino que también ha requerido de una constante adaptación de los profesionales e infraestructuras que participan en este entorno, marcando un camino hacia un futuro sostenible, inteligente y conectado.

España, con sus muchos kilómetros de costa, dispone de una extensa red de puertos y su larga tradición en la ingeniería marítima la ha posicionado como una potencia de referencia en la ingeniería portuaria, aportando soluciones innovadoras y sostenibles para el futuro del transporte marítimo global.

Unas soluciones muchas veces ingeniosas que surgen de la singularidad de los puertos españoles, construidos, a menudo, en zonas de aguas profundas y con características únicas. Esta situación exige un constante desarrollo de las infraestructuras para garantizar la seguridad, la eficiencia y la integración medioambiental. Ejemplo de la capacidad de adaptación de nuestra ingeniería es el puerto de Sevilla, que, ubicado en una provincia interior, necesita un diseño específico para facilitar el acceso desde el mar a través del río Guadalquivir.

Además, hay que tener en cuenta que los puertos no son solo áreas de paso, sino espacios en los que interactúan múltiples actores, físicos, humanos y tecnológicos. Esto hace que el diseño de buques e infraestructuras portuarias tenga que estar perfectamente adaptado entre sí para favorecer la seguridad y la eficiencia operativa a través de una maniobrabilidad óptima en espacios, muchas veces, de profundidad limitada y altos niveles de tráfico. Esa adaptación del puerto al buque es clave para que las operaciones portuarias sean fluidas y seguras, algo en lo que en España se ha avanzado considerablemente en los últimos años.

El motor que ha impulsado ese ‘puerto adaptado al buque’ ha sido, sin ninguna duda, la tecnología. La evolución de nuestros puertos en las últimas décadas se ha producido gracias a las innovaciones tecnológicas, que, entre otras cosas, permiten la vigilancia avanzada de las condiciones marítimas, lo que mejora la seguridad y la eficiencia de las operaciones. Desde los años 80, se han implementado redes de instrumentación de alta precisión, con boyas de oleaje, radares, sensores de corriente y estaciones meteorológicas distribuidas a lo largo de la costa. Esta infraestructura ha permitido a España ser uno de los países punteros en el mundo con un sistema de datos climáticos y oceanográficos de amplia cobertura espacial y temporal. Esta red proporciona información en tiempo real y permite realizar predicciones de oleaje, viento, corrientes y niveles del mar, mejorando enormemente las operaciones portuarias y reduciendo los riesgos de accidente en zonas de tráfico denso.

Igualmente, la ingeniería portuaria en España también ha sido pionera en establecer una normativa propia a través del programa ROM (Recomendaciones para Obras Marítimas), iniciado en los años 80 y en constante evolución. Este programa constituye la referencia para el diseño y operación de puertos no solo en nuestro país, sino en toda Hispanoamérica y en otras regiones del mundo. Las ROM ofrecen una metodología integral para el diseño de infraestructuras portuarias y la planificación de operaciones de carga y descarga, asegurando el cumplimiento de altos estándares de seguridad, funcionalidad y sostenibilidad.

Pero el desarrollo no ha quedado ahí. Hoy en día, el sector portuario ha entrado de lleno en lo que se ha dado en llamar Puerto 4.0 y se enfrenta a retos como la descarbonización, la reducción del impacto ambiental y la integración tecnológica. En nuestro país, el programa Ports 4.0 es una iniciativa pionera que fomenta la innovación abierta en el sector logístico-portuario. Es el primer paso para que ya desde hoy y en el futuro los puertos se conviertan en ‘inteligentes’ y operen con tecnologías como gemelos digitales, inteligencia artificial y sensores IoT (Internet de las Cosas), de tal forma que se optimice la coordinación entre buques, puertos y ciudades, su gestión sea más eficaz y se reduzca la huella medioambiental del tráfico marítimo.

En relación con ello, ha aparecido un nuevo concepto, la sincromodalidad, que, en nuestro caso, se refiere a la integración del transporte marítimo con los terrestres para mejorar la planificación de los flujos de mercancías y reducir así costes y tiempos en la cadena logística.

Por lo que se refiere al avance hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones, es una prioridad para el sector portuario y marítimo como para el resto de industrias. En este sentido, la implantación de OPS (Onshore Power Supply), que permite a los buques recibir energía eléctrica desde tierra en lugar de usar sus propios generadores durante las operaciones en puerto, es una iniciativa destacada, al igual que la utilización de combustibles alternativos como el gas natural licuado (GNL) y, en un futuro, el hidrógeno, el metanol o el amoníaco.

El desarrollo de soluciones innovadoras para las necesidades del sector portuario cuenta con importantes aportaciones de la ingeniería española, cuyos profesionales han participado y participan en notables proyectos internacionales. Los ingenieros portuarios españoles han sido un referente en la aplicación de nuevas tecnologías y metodologías de diseño, y esta versatilidad les ha permitido ocupar roles destacados en empresas de ingeniería, autoridades portuarias y operadores marítimos en todo el mundo.

También el organismo Puertos del Estado y la PIANC (Asociación Mundial de Infraestructuras de Transporte por Navegación) contribuyen a la proyección internacional de nuestra ingeniería, cuyos profesionales lideran grupos de trabajo técnicos y comités dentro de esta organización, aportando experiencia y generando influencia para el futuro.

Hoy en día, estos profesionales se pueden apoyar en técnicas de formación avanzada, como simuladores y entornos virtuales, que les permiten mejorar sus competencias y desarrollar habilidades clave en liderazgo, gestión de riesgos y trabajo en equipo, preparándolos para los desafíos de la industria portuaria del futuro.

Un futuro en el que los puertos serán, además de un ecosistema en constante evolución, dinámico y altamente tecnificado, espacios integrados y sostenibles. España está preparada para liderar este cambio, marcando el camino hacia un sector portuario más eficiente, seguro y respetuoso con el medio ambiente, porque se ha consolidado como una potencia internacional en ingeniería portuaria, gracias a su capacidad de adaptación y a su apuesta por la innovación.