Un repaso del año 2022 en el retail de puericultura
Dicen que hay muchos años que es mejor olvidar, pero si os digo la verdad, creo que esos años son, sobre todo, para recordar más que para olvidar, puesto que de toda situación compleja se pueden sacar conclusiones que nos ayuden a mejorar y a evolucionar. En definitiva, todo es un aprendizaje y se aprende mucho más de situaciones delicadas que de estados de bonanza.
El 2022 empezó con unas expectativas relativamente buenas, ya que se ponía punto y final a las restricciones de la pandemia y todo empezaba a ser un poco más “normal”, al menos dentro de la permanente anormalidad a la que ya nos hemos habituado.
A finales de 2021, pero especialmente en 2022, llegó la subida de precios (mucho antes que la guerra en Ucrania). Había que recuperar el coste del parón de la pandemia, ya que la economía se dopó con los ERTES ocultando unos costes y un impacto que fueron aplazados. Luego llegó la guerra y se aprovechó para actualizar, y mucho, el coste de los petroleros que estuvieron durante la pandemia llenos de combustible en alta mar porque no había donde almacenar más petróleo, y ese alquiler de buques había que recuperarlo a través de precios.
Y de pronto… llegó la primavera y poco después también el verano, y tanto turistas nacionales como extranjeros se lanzaron a compensar en un solo año los dos años anteriores que tuvieron que pasar sin veraneo, hasta el punto que, aunque diera para irse menos días por un mayor coste, todo el que pudo se dio un homenaje vacacional.
Tras el verano vino la vuelta al cole, con sus exámenes de septiembre: pasar el examen del impacto escolar, pagar la luz de julio y agosto a precio de caviar, prepararse para hacer los deberes que no se hicieron antes del verano y afrontar un nuevo curso de más complejidad que el curso anterior.
Y ahora, tras el otoño, llega el frío invierno. Por un lado, el invierno demográfico (no cuadran las pensiones con las subidas de costes y el sostenimiento económico), pero también el frío energético (poner la calefacción te deja helado por el coste que supone), así como las subidas de precios de todos los gastos fundamentales, que hacen que tirite la cuenta corriente (que ya más que corriente es vulgar), y así suma y sigue. Vamos, que salvo el sol de la primavera y el verano, el 2022 ha sido de traca. En definitiva, un año memorable, un año para recordar.
Lo que hemos aprendido en 2022
Como de todo se aprende, haremos de la desgracia virtud, dado que en este 2022 hemos aprendido cosas muy valiosas de las que muchas veces no somos conscientes.
- Que la incertidumbre puede convertirse en certidumbre (en este momento la incertidumbre es lo único cierto que permanece inalterable en este año) por lo que hemos de considerar la incertidumbre como una nueva forma de entender y gestionar un negocio de modo que nos habituamos a ser comercialmente mucho más flexible en nuestro modelo de gestión, lo que implica: Locales compartidos (gestión de costes), campañas de inmediatez (mover mucho más el dinero de la exposición), sinergias permanentes (nuevas formas de captar clientes), reposicionamiento de la propuesta de venta (aterrizar en otros mercados)… En definitiva, por fin hemos entrado en innovación 0.0 (innovar sin coste, sin riesgo, sin plazos).
- Se ha aprendido a reposicionar la oferta generando más valor añadido, si no se aporta valor añadido solo se aportan costes, y por eso mismo se han dinamizado los planteamientos y se ha agudizado el ingenio planteando desarrollos que antes eran impensables por estar en una zona de confort.
Los comercios se han vuelto más vivenciales, han apostado por generar mucha más experiencia de compra, por hacer de la compra algo mucho más ameno, por sorprender a la clientela, en definitiva, por hacer de la compra algo divertido. - En cuanto a temas financieros, también se ha aprendido. Ahora todo el mundo se lo ha tomado en serio, ya se busca la optimización, se gestiona y se analiza cada actividad para ver si es realmente necesaria, se busca el elemento más competitivo, se gestiona el valor de nuestro negocio y, por primera vez, se empiezan a amar los números.
El control de costes es exhaustivo, las compras se hacen con un presupuesto de compras, se gestionan nuevos modelos de financiación y el comercio ya sabe de estrategias de gestión
Si miramos y analizamos el 2022 y nos planteamos el 2023, veremos que estamos más preparados que el 2019 para reaccionar con rapidez. Hemos aprendido a poner en valor activos dormidos, ya somos especialistas en innovar sin inversión, sabemos cómo optimizar mucho más la gestión de nuestros negocios. Por eso, sin ser triunfalista, entiendo que este 2022 nos ha hecho mucho más vivos, más ágiles, más audaces y mucho más resistentes.
El 2023 supone entrar en un año desconocido. Cada año que empieza es una aventura empresarial, pero esta vez llegamos mucho más entrenados para afrontar esa aventura que en años anteriores (2019, 2020, 2021, 2022). Lo más complicado ya lo hemos hecho, que es cambiar el modelo de entender nuestro negocio, ahora solo queda aplicar lo aprendido en este 2022, que nos ha obligado a ser mucho más profesionales.
¡Feliz 2023!
Víctor Valencia
CEO Entorno y Estrategia
CEO de la UTI (campus de talento)
Especialistas en desarrollo y relanzamiento
de comercios detallistas de proximidad