‘Guía sobre la gestión en la prevención de riesgos laborales de instalaciones solares’

El auge de la energía solar fotovoltaica ha generado un incremento significativo en la instalación de sistemas fotovoltaicos en España. Este crecimiento, sin embargo, ha venido acompañado de un aumento en los accidentes laborales relacionados con la manipulación de estos sistemas. Consciente de esta problemática, Apiem, Asociación Profesional de Instaladores Eléctricos y de Telecomunicaciones de Madrid, en colaboración con el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST), ha desarrollado la ‘Guía sobre la Gestión en la Prevención de Riesgos Laborales en Instalaciones Solares’, un documento técnico que busca proporcionar a los instaladores eléctricos un marco detallado para minimizar los riesgos asociados a esta actividad.

El principal propósito de esta guía es garantizar la seguridad de los trabajadores que intervienen en la instalación, mantenimiento y operación de sistemas fotovoltaicos, proporcionando una serie de recomendaciones técnicas, normativas y procedimentales para prevenir riesgos laborales. La guía se estructura con un enfoque integral que abarca desde la identificación de peligros hasta la aplicación de buenas prácticas y cumplimiento normativo.

“Los datos hablan por sí solos y la formación en prevención de riesgos laborales es fundamental para reducirlos. En este contexto nace la primera Guía para la gestión en la prevención en el diseño, montaje, operación y mantenimiento en instalaciones solares, que como su nombre indica, especifica de forma interactiva las herramientas necesarias para realizar un trabajo seguro en cada una de las fases de una instalación solar”, apuntaron fuentes de la asociación en a través de su página web.

Apiem y el IRSST, han desarrollado la ‘Guía sobre la Gestión en la Prevención de Riesgos Laborales en Instalaciones Solares’. Foto: Imagen de Como una Reina en Pixabay.

Este manual de consulta fue presentado el pasado 14 de noviembre de 2024 en el Auditorio de Apiem de la mano de Ángel Bonet, presidente de Apiem; Ana Mariblanca Sánchez, Gestor de Proyectos Electrotecnia y TIC de UNE; Ismael Costero, asesor jurídico de Apiem, Manuel Cabrera, director técnico de Apiem, y Víctor Quintana, director del Centro de Formación de Apiem.

Los instaladores eléctricos, principales destinatarios de esta publicación, encontrarán en ella información clave sobre:

• Los tipos de instalaciones fotovoltaicas y sus características específicas en términos de prevención de riesgos.
• El marco legal y técnico aplicable a la seguridad en este sector.
• Los riesgos laborales más comunes en la instalación de sistemas solares y las medidas de mitigación necesarias.
• Los procedimientos de seguridad a seguir en caso de accidentes de trabajo.
• La gestión medioambiental en la instalación y mantenimiento de plantas solares.

El sector fotovoltaico presenta riesgos específicos debido a la combinación de trabajos eléctricos, trabajos en altura y exposición a condiciones climáticas extremas. Por ello, esta guía no solo busca concienciar a los profesionales sobre la importancia de la seguridad, sino que también ofrece una metodología clara para evaluar, prevenir y gestionar los riesgos laborales en cada fase del proceso.

Además de ser un recurso técnico para los profesionales, la guía también tiene un componente normativo fundamental, pues permite a los instaladores comprender y aplicar la normativa vigente, evitando sanciones y mejorando las condiciones de trabajo en un sector en crecimiento.

Desde la manipulación de equipos eléctricos hasta los trabajos en altura, la prevención de riesgos laborales en la instalación fotovoltaica es un aspecto clave para garantizar la integridad de los profesionales del sector.

Riesgo de caída en altura: protección indispensable en instalaciones elevadas

Uno de los principales peligros en estos trabajos es el riesgo de caída en altura, un factor presente en la mayoría de las instalaciones fotovoltaicas, especialmente aquellas que se montan en cubiertas industriales, tejados de viviendas o estructuras elevadas. La falta de medidas de seguridad adecuadas, superficies inestables y las condiciones meteorológicas adversas pueden derivar en accidentes graves.

Para minimizar estos riesgos, la utilización de arneses de seguridad con líneas de vida es una medida obligatoria en todos los trabajos de instalación. Además, se recomienda la instalación de barandillas, redes de protección y sistemas anticaídas en cubiertas para reducir la exposición al peligro. También es fundamental que los trabajadores reciban formación específica en trabajos en altura, asegurando que conocen los procedimientos adecuados para desplazarse sobre superficies elevadas y manipular equipos con total seguridad. En este contexto, el instalador eléctrico debe asumir el cumplimiento estricto de estas normativas, garantizando su propia seguridad y la de sus compañeros de trabajo.

Riesgo eléctrico: la precaución como norma en la manipulación de sistemas fotovoltaicos

El riesgo eléctrico es otro de los desafíos fundamentales en la prevención de accidentes en la instalación de paneles solares. Estos sistemas, incluso sin estar conectados a la red, generan tensiones, lo que puede provocar descargas o cortocircuitos si no se manipulan con precaución.

El uso de guantes dieléctricos, herramientas aisladas y calzado de seguridad con suela de goma son algunas de las protecciones básicas que deben emplearse durante la instalación. Además, resulta vital la implementación de sistemas de puesta a tierra adecuados y el cumplimiento de protocolos específicos de desconexión antes de cualquier intervención en la instalación. La correcta identificación de los circuitos eléctricos activos y la planificación de las conexiones reducen significativamente el riesgo de electrocución.

En este sentido, los instaladores deben estar plenamente capacitados para realizar estas tareas de forma segura, evitando improvisaciones que puedan poner en peligro su integridad física. La correcta aplicación de procedimientos de trabajo en instalaciones bajo tensión y la revisión previa de los componentes eléctricos son prácticas esenciales para la seguridad en este tipo de instalaciones.

Golpes, atrapamientos y caída de materiales: riesgos asociados al montaje de paneles solares

Junto con los riesgos eléctricos, los trabajos de montaje y mantenimiento de sistemas fotovoltaicos también presentan peligros asociados a golpes, atrapamientos y caída de materiales. La manipulación de estructuras metálicas, paneles de grandes dimensiones y sistemas de fijación puede derivar en lesiones si no se manejan con las herramientas adecuadas.

La planificación y señalización de zonas de trabajo, la correcta distribución de cargas y el uso de cascos de seguridad y guantes de protección son elementos clave para minimizar estos riesgos. Además, el montaje de paneles en entornos de difícil acceso, como cubiertas inclinadas o superficies inestables, requiere una coordinación rigurosa entre los operarios para evitar accidentes por deslizamientos o movimientos inesperados de las estructuras.

Por otro lado, en el caso de instalaciones de gran tamaño, donde se emplean grúas o plataformas elevadoras para la manipulación de los paneles, es fundamental garantizar que estas maquinarias sean operadas por personal cualificado. Cualquier error en la elevación de los paneles puede derivar en caídas de material que comprometan la seguridad de los trabajadores en la obra.

Exposición a condiciones climáticas: el desgaste invisible en la instalación fotovoltaica

A estos riesgos estructurales y eléctricos se suma la exposición prolongada a las condiciones climáticas, un factor que a menudo se subestima en la planificación de la seguridad laboral. La radiación solar, el calor extremo y el esfuerzo físico sostenido pueden provocar golpes de calor, deshidratación y fatiga, aumentando la probabilidad de errores y accidentes.

Para contrarrestar estos efectos, los trabajadores deben contar con ropa transpirable de alta visibilidad, gafas de sol con filtro UV y protección solar, además de mantener una adecuada hidratación y realizar pausas en zonas de sombra. La programación de los trabajos en las horas menos calurosas del día y la instalación de carpas o estructuras temporales para proporcionar sombra en los lugares de trabajo son estrategias efectivas para reducir la exposición al calor.

Además, en regiones donde las temperaturas pueden descender drásticamente en invierno, la protección contra el frío también debe ser considerada. Las bajas temperaturas pueden afectar la movilidad de los trabajadores y generar superficies resbaladizas, incrementando el riesgo de caídas.

El proceso de instalación de un sistema fotovoltaico no se limita únicamente al montaje de paneles, sino que involucra diferentes fases con riesgos específicos que deben ser considerados. Foto de Los Muertos Crew.

Fases de instalación y sus riesgos específicos: un enfoque preventivo integral

El proceso de instalación de un sistema fotovoltaico no se limita únicamente al montaje de paneles, sino que involucra diferentes fases con riesgos específicos que deben ser considerados en el plan de prevención. Desde el ensamblaje de las estructuras de soporte hasta la conexión del inversor y los sistemas de almacenamiento, cada etapa requiere protocolos de seguridad ajustados a las características del trabajo.

La instalación de inversores y baterías, por ejemplo, implica la manipulación de equipos con alta carga eléctrica, lo que exige procedimientos estrictos de aislamiento y protección para evitar descargas. El respeto a las normativas sobre instalaciones eléctricas y la correcta selección de los materiales empleados juegan un papel crucial en la prevención de accidentes en esta fase.

En el caso del mantenimiento y limpieza de los paneles, el contacto con superficies húmedas puede aumentar el riesgo de electrocución, por lo que es imprescindible la desconexión previa de la instalación y el uso de herramientas seguras. El empleo de andamios y plataformas elevadoras homologadas, así como la aplicación de procedimientos de trabajo específicos para superficies inclinadas, son aspectos clave en la seguridad de estas operaciones.

La definición legal de accidente de trabajo se encuentra recogida en la Ley General de la Seguridad Social, que lo describe como toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o como consecuencia del trabajo que realice por cuenta ajena. En el caso del sector fotovoltaico, esto puede incluir desde una caída en altura durante la instalación de paneles hasta una descarga eléctrica provocada por una conexión defectuosa. Asimismo, se consideran accidentes laborales los que ocurren en desplazamientos relacionados con la actividad laboral, como los trayectos hacia la obra o entre diferentes instalaciones.

Sin embargo, no todos los incidentes ocurridos durante la jornada laboral pueden considerarse accidentes de trabajo. Existen excepciones, como aquellos derivados de enfermedades preexistentes no relacionadas con la actividad desempeñada o los provocados por una imprudencia temeraria del trabajador.

Como hemos visto, entre las causas más frecuentes de accidentes en la instalación de sistemas fotovoltaicos se encuentran las caídas en altura, las descargas eléctricas y la manipulación de maquinaria pesada. “Con el crecimiento del sector de energías renovables, ha aumentado el número de proyectos de instalaciones fotovoltaicas, lo que también puede incrementar la incidencia de accidentes si no se cumplen adecuadamente las normativas de seguridad”, advierte el documento.

Entre las causas más frecuentes de accidentes en la instalación de sistemas fotovoltaicos se encuentran las caídas en altura, las descargas eléctricas y la manipulación de maquinaria pesada. Foto de Kindel Media.

Las consecuencias de un accidente de trabajo pueden ser devastadoras tanto para el trabajador como para la empresa. En el ámbito personal, el afectado puede sufrir lesiones graves que comprometan su capacidad para seguir desempeñando su labor, con la consecuente repercusión en su calidad de vida. Además, un accidente puede derivar en largos periodos de baja laboral, con la consiguiente pérdida de ingresos y la necesidad de un proceso de rehabilitación. Para la empresa, un accidente representa no solo un impacto humano, sino también un perjuicio económico y legal. Las compañías pueden enfrentarse a sanciones administrativas si se demuestra que no se han cumplido las normativas de seguridad, así como a responsabilidades civiles y penales en caso de negligencia.

Para mitigar estos riesgos, es crucial que las empresas del sector fotovoltaico implementen planes de prevención efectivos que incluyan la evaluación de los peligros en cada fase del trabajo, la dotación de equipos de protección individual adecuados y la formación continua de los trabajadores. La inversión en seguridad no solo reduce la probabilidad de accidentes, sino que también mejora la productividad y refuerza la reputación de las empresas en un mercado cada vez más exigente en términos de cumplimiento normativo y responsabilidad social.

Aquellos interesados en acceder a la ‘Guía sobre la Gestión en la Prevención de Riesgos Laborales en Instalaciones Solares’ completa, pueden consultar la totalidad del documento a través de este enlace.