España aumenta la importación de aceite de oliva argentino en un 229%
Argentina ha tenido buenas cosechas de oliva durante esta campaña.
El Consejo Internacional Oleícola informa de que el déficit comercial agrícola de España con Argentina disminuyó ligeramente en 2023 a pesar del aumento del 229% de las importaciones de aceite de oliva.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español, el déficit comercial de España con Argentina disminuyó de 1.680 millones de euros en 2022 a 1.130 millones de euros en 2023. La ligera mejora se debió principalmente a la disminución de las compras de crustáceos y harina de soja a Argentina, las dos mayores importaciones agrícolas en valor.
Sin embargo, el aceite de oliva, la séptima mayor importación agrícola de España desde Argentina, experimentó un aumento significativo, pasando de 11,5 millones de euros en 2022 a 37,6 millones de euros.
El aumento de las importaciones fue impulsado por los precios históricamente altos y la campaña agrícola 2022/23 de España, en la que la producción alcanzó las 660.000 toneladas, el rendimiento más bajo en más de una década.
Por el contrario, Argentina disfrutó de una cosecha récord de 35.000 toneladas en 2023, lo que dotó al mayor productor mundial fuera de la cuenca mediterránea de una mayor capacidad para exportar aceite de oliva.
La mayor parte de las exportaciones argentinas de aceite de oliva a España se realizan a granel y suelen ir destinadas a los principales embotelladores, entre ellos Deoleo. Posteriormente, el aceite se vende en el mercado nacional o se reexporta.
Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español, España exportó 12,74 toneladas de aceite de oliva a Argentina en 2023, por valor de 77.390 euros.
Aunque aún está por ver el movimiento del déficit comercial agrícola global en 2024, es poco probable que las importaciones españolas de aceite de oliva procedentes de Argentina vuelvan a aumentar.
Los datos oficiales no se publicarán hasta finales de año, pero los productores argentinos prevén un descenso de la producción en 2024.