La digitalización como “barrera” ante los efectos del cambio climático en el olivar
Las jornadas técnicas Olivicultura y Elaiotécnia 4.0 de la XXII Feria del Olivo de Montoro pusieron de manifiesto la importancia de la aplicación práctica de la digitalización y las nuevas tecnologías en el olivar y en las almazaras.
Organizadas por el Ayuntamiento de Montoro y la Asociación Española de Municipios del Olivo y diseñadas en colaboración con la Universidad de Córdoba, el IFAPA, CSIC y el Consejo Oleícola Internacional, convocaron a los principales ponentes del sector en torno a cuatro cuestiones clave: las plantaciones de futuro, densidades óptimas y nuevas variedades, el apoyo a la digitalización en las técnicas de cultivo, las aplicaciones digitales para la toma de decisión de momento óptimo de recolección y los modelos de predicción de cosecha y establecimiento del precio.
La alcaldesa de Montoro, Lola Amo incidió en la “importancia de que la tecnología llegue a todos los municipios olivareros”, de manera que estos “puedan seguir manteniendo su población al territorio incluso en aquellos que tradicionalmente viven del olivar de sierra”. Para Amo, precisamente es en este tipo de olivar donde “la rentabilidad será compleja sin la aplicación de la tecnología, de ahí la importancia de la innovación”.
Por su parte, la directora de la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos y Montes de la Universidad de Córdoba, Rosa Gallardo, señaló varios riesgos ante los que se enfrenta el sector en su relación con los avances tecnológicos. El primero, a su juicio, sería “pensar que esto solo va de tecnología, puesto que el reto de adoptar esta tecnología pasa por entender el sector, lo que puede y lo que no puede adoptar. El segundo riesgo pasaría por “quedarnos en los obstáculos y no en las oportunidades” para lo que identifica algunas barreras que hay que salvar: “la necesidad de formación y capacitación del sector”, “la incorporación de los jóvenes al sector como garantía para acelerar el ritmo de capacitación digital del mismo” y “la necesidad de entender que el trabajo en alianza es vital para buscar las soluciones entre todos los agentes implicados”.
El jefe del departamento de Elaiotecnia y Medio Ambiente del Consejo Oleícola Internacional, Juan Antonio Polo, señaló la tecnología como posible “efecto llamada” para la incorporación de las nuevas generaciones al sector. Esa misma tecnología es la que, a su juicio, “ha de ayudar a disminuir los costes de producción en los olivares de sierra, haciéndolos viables ya que en ellos la reconversión no es una alternativa”.
Polo recordó que “el AOVE es la mejor grasa para el consumidor, pero también es una evidencia clara que el propio cultivo es una barrera contra el cambio climático y tiene el valor de fijar la población al territorio”. Por ello, añade, “adoptar la tecnología es una herramienta esencial para enfrentarse a un escenario cambiante donde el impacto del cambio climático ya lo hemos experimentado en las dos últimas campañas”.