España enlaza una segunda campaña de aceite reducida que hace tambalearse al mercado mundial
La Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) ha hecho balance de los "difíciles momentos" en los que se encuentra el sector oleícola español. Según esta, los últimos 12 meses han sido realmente complicados para todos los actores implicados en el sector del aceite de oliva español y han explicado las causas.
A esto hay que sumar un año hidrológico muy negativo, con un déficit de precipitaciones cercano al 40%, y una ola de calor a final de abril que arrasó parte de la flor, lo que confirmó la baja cosecha que estamos recolectando en estas semanas. España probablemente no superará las 750.000 toneladas en la actual 2023/2024, la mitad de una campaña de crucero.
Con un enlace históricamente corto, de 246.000 toneladas, y las bajas previsiones de la actual campaña, el precio del aceite de oliva virgen en origen se sitúa en torno a 8,5 €/kg y en posición firme. A la espera de las lluvias en los próximos meses, y de las temperaturas en etapas críticas como abril o mayo, no parece que los precios se vayan a relajar.
Según ha explicado la AEMO, ante estos antecedentes ningún actor de la cadena de valor del aceite de oliva gana... Han asegurado que "más bien todos pierden", es decir:
- El olivarero, o productor de aceituna, en general lo está pasando mal porque aunque hay un precio alto para su producto, pues tiene poco producto. Además los costes de producción son coyunturalmente muy altos debido a esa baja producción. Hasta un 60% superiores por kg de aceite producido.
- Las almazaras, ya sean cooperativas o industriales, mantienen los costes fijos de personal, energía, etc., derivados de abrir sus puertas, y sin embargo se encuentran con la mitad de aceituna que molturar. Esto implica que sus costes unitarios también están disparados.
- Los envasadores, con un precio alto del producto en origen, no tienen más remedio que trasladar estos precios a sus clientes, distribuidores y lineales, lo que les genera tensiones y dificultades tanto en el mercado nacional, como internacional.
- La distribución reduce al máximo sus márgenes ante el alto precio del producto envasado, y reducen las ventas de todas las referencias de aceites de oliva.
- El consumidor es otro gran perdedor porque ante los altos precios no tiene más remedio que reducir el consumo, aunque tenemos que decir que se está resistiendo a hacerlo demostrando su fidelidad hacia nuestro producto. Pero finalmente, si o si, se reduce el consumo porque no hay más remedio que regular salidas para poder enlazar con la siguiente campaña... eso si via precios nunca vistos.