El sector orujero resulta un eslabón estratégico para el olivar
'El sector de elaboración del aceite de orujo de oliva: contribuciones medioambientales, sociales, y económicas de un alimento con origen en el olivar' es el título de un informe elaborado por Juan Vilar consultores estratégicos, que pone de relieve el papel estratégico del tratamiento del alpeorujo en la actividad oleícola.
A nivel nacional, el tejido industrial del procesado del alpeorujo se compone de 52 plantas extractoras y de 9 refinerías que han invertido en los últimos 5 años cerca de 210 millones de euros, principalmente en la ejecución de balsas, secaderos, y líneas de extracción, además de en proyectos de energías renovables y economía circular.
Uno de los principales productos de su actividad es el aceite de orujo de oliva, del que España es el primer productor del mundo. De las 200.000 toneladas de aceite de producción global por campaña, Europa lidera tanto la producción como el consumo, ostentando España el 60% de la producción, aunque tan solo el 6% del consumo.
Las contribuciones energéticas derivadas del tratamiento del alpeorujo son principalmente el hueso de aceituna y el orujillo, ya que son subproductos fuente de energía eléctrica y térmica que permiten que cada campaña se deje de consumir más de 1,5 millones de metros cúbicos de combustible fósil.
Asimismo, las plantas de refinado de aceites crudos permiten el aprovechamiento de elementos de alto valor añadido para la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética. Cabe destacar componentes como los fenoles, y entre ellos el hidroxitirosol, por sus propiedades antioxidantes. En el ámbito socioeconómico, la cadena de valor del aceite de orujo de oliva genera 3.000 puestos de trabajo directos y 15.000 indirectos, todos ellos estables, y un volumen de negocio de más de 600 millones de euros por campaña incluyendo la línea alimentaria y energética. La ubicación de las factorías en poblaciones pequeñas y medianas juega además un papel vertebrador, favoreciendo la economía local, la cohesión territorial y la fijación de la población.
La campaña 2022/23
La baja cosecha en la campaña 2022/2023 debido a la sequía también ha impactado en el procesamiento de alpeorujo u orujo graso húmedo. De esta manera, el volumen tratado en este período ha sido de 3,1 millones de toneladas frente a los 6,3 de la campaña anterior, según datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), valorados por la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo (ANEO).
La mejor disponibilidad de alpeorujo en las almazaras se ha reflejado así en la producción de aceite de orujo de oliva crudo, con 99.400 toneladas, un 25,7% menos que en la campaña previa y lejos de la producción media estable registrada en los últimos años, en torno a las 130.000 toneladas anuales.
En cuanto al comportamiento en el mercado exterior, los datos provisionales para esta campaña registran salidas de cerca de 90.000 toneladas de aceite de orujo de oliva refinado frente a las 123.000 de la campaña previa. Sin embargo, el mercado interno ha experimentado un incremento del 5,3% con 19.180 toneladas comercializadas de Aceite de Orujo de Oliva envasado, según los datos de la Asociación de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC) que representan un 65% del mercado.