La reducción de cosecha y subida de precios dispara los costes de producción del aceite de oliva
La Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) ha actualizado a 2023 los costes de producción de aceite de oliva en España, considerando la variación de dos variables fundamentales. Por un lado, la subida de inputs, energía y mano de obra derivada de la alta inflación de los últimos tres años, y por otro lado hay un factor determinante que encarece aún más la producción unitaria, se trata de la reducción de cosecha sufrida tanto en la campaña actual como en la anterior.
José María Penco presentando los costes de producción €/kg, según distintos sistemas de cultivo.
En cuanto a la subida de costes de los recursos necesarios para producir aceite de oliva, tanto en campo como en la almazara, se ha considerado una subida de los costes salariales de un 9%, un aumento de inputs agrarios como fertilizantes y fitosanitarios superior al 70%, y una subida de la energía (gasoil, electricidad) cercana a un 40%, todo ello sumado, y aplicado a las distintas tareas de cultivo, supone que el precio unitario se eleve hasta un 32%. Pasando el coste medio ponderado de producción de un kilogramo de aceite de oliva de 2.42 €/kg en 2020 a 3,20 €/kg en 2023. Pero todo esto sería si la producción fuera la normal en nuestro país, es decir con unas medias de 1.500.000 toneladas de aceite de oliva
Ahora bien, según el informe, en la campaña pasada (22/23), y en la actual que acaba de comenzar (23/24), la producción española ha sido y será de la mitad de un año normal, entorno a 750.000 toneladas, y esto es absolutamente determinante en los costes. Y lo es porque los olivareros deben mantener gran parte de las labores de cultivo como son la poda, la fertilización, el mantenimiento del suelo, los tratamientos fitosanitarios, el riego en su caso y la recolección. Pues bien, si calculamos así los costes por hectárea y los dividimos por la producción mermada a la mitad, ahora el coste medio ponderado por kilo de aceite de oliva se eleva de 3.20 €/kg a 6,22 €/kg, es decir cuesta un 94% más.
Hay que señalar que estos son costes medios ponderados, puesto que estos costes varían según el sistema de cultivo del olivo que va desde el olivar tradicional de montaña hasta el cultivo en seto, pasando por el tradicional de baja pendiente y el intensivo. Cada uno tiene sus costes, pero todos se han elevado en mayor o menor grado y los costes medios ponderados son los señalados, una subida que sobrepasa holgadamente el 100% desde la campaña 2020 hasta la reducida campaña 2023.
Estos cálculos vienen a ratificar que, a pesar de la severa subida del precio del aceite de oliva en origen, los olivareros no se ven beneficiados en sus cuentas de explotación, puesto que aún habiéndose liquidado el aceite en España a una media de 5.85 €/kg en origen, los costes medios superan ese valor al suponer, como se ha señalado, hasta 6.22 €/kg. Es decir, los altos precios del aceite de oliva en el mercado no compensan la subida de costes y la elevación de los mismos derivada de la baja cosecha.
Hay que señalar también que, si bien los costes medios ponderados de todos los sistemas se elevan a 6,22 €/kg, hay que diferenciar entre los costes del olivar tradicional de montaña que superan los 10 €/kg, hasta los costes de olivar en seto en regadío que se encuentran ahora entorno a 3 €/kg.