Un modelo estratégico cooperativo que provoca fidelidad a cambio de libertad
Conde de Benalúa, Amarga y Pica, por su idiosincrasia, iniciativa, emprendimiento, modo de trabajo, naturaleza, y forma de comportamiento, es una almazara única, cuya peculiaridad la hace plenamente singular, conformando una categoría exclusiva de cooperativa, dentro de las, casi, 14.000 almazaras que existen actualmente en el planeta. Así lo concluye el informe titulado 'Análisis Estratégico de la Dimensión Productiva Oleícola, Modelo de Negocio y Comparativa con otras Cooperativas e Industriales', realizado por el equipo humano de Juan Vilar Consultores Estratégicos.
En un entorno como el actual, en el cual el precio de los insumos se ha incrementado de forma exponencial, unido a la caída en la producción a cotas similares a un tercio de la capacidad nominal, han sumido a todo el sector en una situación crítica debido a dos factores fundamentales: por un lado, el incremento de costes, y por otro la caída de ingresos, lo que ha repercutido de forma clara, traduciéndose en una disminución de la renta neta, así como del volumen de negocio global, que se podría llegar a cifrar en una caída de más de 2.000 millones de euros en todo el territorio español. A ello han contribuido igualmente la subida de tipos de interés.
En el ámbito de las almazaras, se han producido dos efectos, por un lado, las plantas de procesamiento de ámbito cooperativo, por la caída de producción, e incremento en el coste de los insumos, han visto incrementados, por kilogramos de aceituna la participación en los gastos, es decir, menos kilogramos, y similares o superiores costes. Este hecho, como en el caso anterior, ha deteriorado igualmente la renta neta del agricultor. Si nos referimos a las almazaras industriales, estas tienen su mayor aliado generador de renta neta en el volumen.
Con la falta de volumen, se ha producido una canibalización en la búsqueda de aceituna, que ha elevado aún más la competitividad entre cada uno de estos elementos, y que en ocasiones ha salpicado de forma colateral a las entamadoras, limitando su producción de aceituna de colina baja. Dicho entorno de exceso competitivo, del mismo modo ha contribuido a reducir los beneficios de este eslabón, provocando en muchos casos resultados económicos negativos. Ante esta situación, las sociedades cooperativas, intensifican su actividad de forma que repercuta positivamente en la renta neta del socio agricultor, o cosechero.
Ejemplo de lo anterior es la Sociedad Cooperativa Conde de Benalúa, situada en Benalúa de las Villas, Granada. Ha desarrollado un modelo de negocio que se ha sabido adaptar a las pretensiones de los socios y orientación al cliente para atender sus necesidades. Tiene una capacidad de molturación diaria de 1.400 toneladas de aceitunas, de media cada campaña molturan aproximadamente 35 millones de kg de aceitunas y obtienen producciones superiores a los 7 millones de kg de aceite de oliva.
Se trata de un modelo cooperativo basado en la libertad, es decir, la posibilidad que tiene el socio de liquidar la aceituna cuando éste quiera. La unidad mínima de venta es cada entrega, es decir, el socio, al precio del día que entrega la aceituna en la cooperativa y cuando vea conveniente, puede liquidar toda su aceituna o entrega por entrega. Ello tiene como resultado que es el socio el que toma las decisiones, siendo más libres y menos dependientes financieramente de las decisiones de su entorno.
La misión principal de la almazara es garantizar el futuro de sus socios, manteniendo costes de molturación estables y bajos para el agricultor y ofreciendo un precio de liquidación justo. Así, Benalúa ha mantenido estables los gastos de molturación desde el año 2000 hasta la actualidad, en 0,048 euros por kilogramo de aceituna, lo que contribuye a mejorar la renta neta del agricultor de forma considerable.
El agricultor percibe rentabilidad gracias a la fidelidad a la que opta por la libertad, ya que cobra el kilogramo de aceituna muy por encima de la media del sector. La tecnología es un factor fundamental, la SCA Conde de Benalúa cuenta con un proyecto pionero de transformación digital Almazara Conectada 4.0, para conseguir la máxima eficiencia en los procesos productivos, control de calidad y la gestión empresarial.
Con la implantación de Almazara Conectada 4.0 no solo se han visto beneficiados sus proveedores; también otras empresas del sector lo han hecho al tener a esta sociedad como referencia.
Si hay algo por lo que destaca esta cooperativa oleícola es por su apuesta por la comercialización basada en la innovación y la sostenibilidad. Además de comercializar sus aceites, también comercializan los producidos por otras almazaras colaboradoras y clientes, aumentando la oferta comercial, tanto en cantidad como en variedad. Con esta línea de negocio de venta de aceite propio como no producido por ellos consiguen aumentar su poder de negociación en el mercado.
Los socios tienen a su disposición diferentes servicios prestados por la SCA Conde de Benalúa, entre otros, el transporte de la aceituna, facilitando los controles de calidad y rendimiento en laboratorios externos de forma que se garantiza la plena transparencia, y consiguiente satisfacción con las liquidaciones.