Cooperativas cifra en 900.000 t la producción de la próxima campaña de aceite de oliva
El consejo sectorial de Aceite de Cooperativas Agro-alimentarias de España ha revisado las previsiones de cosecha para la campaña 22/23 que se inicia el próximo mes de octubre. La organización espera para la próxima campaña 2022/23, 900.000 t, siempre y cuando el otoño sea normal en precipitaciones, dado que, si se mantiene la sequía y las altas temperaturas, la producción se situará por debajo de esta cifra. La reducción de la cosecha a nivel europeo es del 35%, tal y como adelantó en sus previsiones el COPA-COGECA, situándose en 1.470.000, lo que supone una reducción de la disponibilidad de aceite en el mercado internacional de casi 800.000 toneladas.
Igualmente, el Consejo Sectorial ha analizado con preocupación el problema de las plantas extractoras de orujo con cogeneración a las que las pérdidas económicas provocadas por el incremento de los costes de la energía y la situación de volatilidad del mercado gasístico y energético les ha obligado a paralizar el proceso de secado. Por este motivo, es imposible procesar el alperujo pendiente de la campaña pasada y, por tanto, con espacio limitado en las balsas de almacenamiento para acoger el alperujo que se va a producir en la campaña que se inicia el mes que viene.
De no producirse una solución rápida por parte del Ministerio de Transición Ecológica, tal y como se comprometió el Presidente del Gobierno en el Senado la semana pasada, podría paralizarse en algún momento de la nueva campaña la producción de aceite de oliva en las almazaras, ante la imposibilidad de dar salida al subproducto que generan.
Otra de las cuestiones tratadas en el Consejo Sectorial ha sido el reciente informe emitido por el Comité Técnico responsable del sistema de etiquetado frontal NUTRISCORE. Cooperativas Agro-alimentarias de España rechaza de forma frontal su implantación porque no es un sistema objetivo que dé respuesta a una demanda de información fiable para el consumidor, fomentando modificaciones del algoritmo en función de intereses nacionales y comerciales. Para las cooperativas oleícolas no es aceptable que el aceite de oliva no esté calificado con la letra A, cuando cuenta con tres alegaciones nutricionales reconocidas por la Unión Europea y multitud de informes científicos y médicos que avalan su idoneidad para la dieta humana, y que por el contrario los sitúen al mismo nivel que otros aceites vegetales, por mucho interés que otros países tengan en ello.