Valorización de los bio-residuos procedentes del proceso de extracción del aceite de oliva
Ulises Navarro, Grad. en Tecnología de alimentos. Investigador1
Teresa Mestre, Dra. en Biología. Técnica de Investigación1
Huertas M. Díaz-Mula, Dra. en Ciencia y Tecnología Agroalimentaria. Investigadora1
César Mota Cadenas, Dr. en Fisiología Vegetal. Director Técnico2
Vicente Martínez, Dr. Ciencias Químicas. Profesor de Investigación1
1Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Murcia, España.
2Fertilizantes y Nutrientes Ecológicos S.L. (Fyneco), Ceutí, Murcia, España.
21/09/2022Revalorización de residuos de almazara
El problema de los residuos de la extracción del aceite de oliva afecta a muchos países, especialmente en el arco mediterráneo, donde se concentra la mayor parte de la producción mundial de aceite de oliva (Ahmadi-Esfahani, 2006). La diversidad de sistemas de extracción de aceite utilizados por la industria añade un grado más de complejidad en la gestión de residuos o subproductos, debido a las diferencias entre los desechos producidos en cada uno de estos sistemas.
La tecnología de producción de aceite de oliva ha experimentado importantes cambios tecnológicos durante las últimas décadas. La introducción de una centrifugación horizontal en dos fases ha mejorado tanto la eficiencia de la extracción como las características del aceite obtenido (Borja et al, 2006), siendo este el principal sistema utilizado por la industria española actualmente. Con este sistema se obtiene una fase oleosa de la que se obtiene el aceite de oliva virgen, y una segunda fase en la que se unen alpechín y orujo (alperujo). La gran preocupación de este sector es la alta producción de 'alperujo' y su eliminación, en comparación con el sistema de extracción en tres fases, que separa las fases de alpechín y orujo.
El alperujo es un residuo sólido, ácido y muy húmedo, que contiene fracciones fenólicas y lipídicas que se relacionan con efectos fitotóxicos y antimicrobianos cuando se utiliza como enmienda del suelo (Tortosa et al., 2012). En la actualidad, el alperujo se suele tratar con una segunda centrifugación, o se seca y luego se somete a extracción química para extraer el aceite residual. Los residuos resultantes se utilizan para obtener energía térmica o eléctrica, principalmente mediante su combustión (Gogebakan y Selçuk, 2009). Actualmente, el método más común de gestión y eliminación de este subproducto consiste en su almacenamiento en balsas rústicas de evaporación excavadas en el suelo cerca de la almazara.
Uso de bioestimulantes
Mejorar la síntesis de metabolitos secundarios es valioso tanto para la defensa de las plantas como para la nutrición humana (Iriti et al., 2005). Las síntesis de metabolitos secundarios, como los fenoles, ha demostrado una correlación positiva con el vigor de las plantas (Burguieres et al., 2007). La aplicación exógena de antioxidantes fenólicos estimula su concentración endógena en células vegetales activando, a su vez, enzimas que catalizan la síntesis de otros metabolitos antioxidantes (Yangui et al., 2011). De ello se deduce que los antioxidantes exógenos que estimulan la respuesta enzimática antioxidante de las plantas también pueden estimular tanto el flujo de energía a través de la vía de las pentosas fosfato como la síntesis fenólica celular (Shetty et al., 2004).
El mercado de los bioestimulantes está siendo muy prolífico y aumenta cada año. Los productos con mayor potencial económico son los bioestimulantes que contienen en su formulación aminoácidos, extractos de algas, sustancias húmicas y enmiendas microbianas como principios activos. En 2019, estos productos representaron un valor de 2.6 billones de dólares y se pronostica que para 2025 alcancen alrededor de 5 billones de dólares, con una tasa anual de crecimiento de 11,2% (García-Morales et al., 2021).
Innovación en la valorización de subproductos de almazara
Son pocas las empresas competidoras a nivel europeo que elaboran productos bioestimulantes formulados a base de polifenoles o taninos. Estos productos, constituidos por polifenoles sintéticos o polifenoles naturales extraídos químicamente de otras fuentes, son muy apreciados en la industria agrícola.
L3 tiene un alto valor funcional debido a su contenido en hidroxitirosol (>2,7gr/l) y a bajo nivel de sólidos en suspensión (<6%). La extracción mecánica de L3 permite posicionar los productos finales en el mercado de la agricultura ecológica (mercado en notable crecimiento y con un alto potencial), sin generación de residuos y con un consumo energético reducido en los procesos. L3 y los diferentes formulados con base L3 desarrollados (fórmula 2 y fórmula 4) fueron probados sobre diferentes cultivos en fincas experimentales, con resultados muy prometedores.
Resultados del estudio de la aplicación foliar y radicular sobre cultivo de mandarina
En un cultivo de mandarina, variedad Clemenules, se realizaron tres aplicaciones foliares y una aplicación radicular con la fracción L3 y dos formulaciones de bioestimulantes con L3 como principio activo, fórmula 2 y fórmula 4. Las aplicaciones foliares se realizaron en las etapas fenológicas de brotación, aparición del botón floral y cuaje, y la aplicación radicular durante la segunda movida del árbol. A final de cultivo, se evaluaron los efectos de los tratamientos sobre la cosecha obtenida.
El peso promedio de los frutos se vio incrementado con la aplicación de los tres bioestimulantes entre un 13%-15%, mientras que fórmula 2 y fórmula 4 elevaron el calibre promedio frente al control desde los 53 mm a los 56 mm (Figura 2).
Además, se observó un incremento de los sólidos solubles totales del fruto. Mientras que los frutos de los árboles control promediaron una concentración de 9.9 ºBrix, los frutos de los árboles tratados con los diferentes bioestimulantes obtuvieron valores entre los 10.4-10.6 ºBrix. El color de la corteza también se vio modificado por la aplicación de los diferentes bioestimulantes. Los parámetros que miden el tono (ángulo HUE) y la saturación del color (croma) indicaron que las mandarinas de los árboles tratados con L3, fórmula 2 y fórmula 4 tuvieron un tono más anaranjado y un color más intenso (Figura 3). Estos parámetros, peso, calibre, ºBrix y color, pueden incrementar de forma significativa el valor comercial de la cosecha y su aceptación por el consumidor.
En conclusión, los bioestimulantes L3, fórmula 2 y fórmula 4 se perfilan como una herramienta para mejorar el rendimiento y la calidad del cultivo, aumentando así el valor comercial y nutricional de la cosecha.
Bibliografía
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