Los olivares italianos se encuentran en situación crítica
El calor y la escasez de agua ponen en riesgo, en vísperas del periodo de riego, la excelencia del 'Made in Italy' como el aceite de oliva IGP Toscana, la DOP del Garda, la DOP Brisighella o la DOP Terra di Bari, por lo que es necesario un plan nacional de inundaciones para salvar la olivicultura italiana de las dramáticas consecuencias del cambio climático.
Así lo advierte Unaprol, que denuncia cómo en Italia se pierde casi el 90% del agua de lluvia, a pesar de que puede convertirse en un recurso precioso en periodos como el que estamos viviendo. A finales de julio y agosto, los olivares necesitan agua. La situación se ha vuelto crítica, sobre todo en las regiones del centro y del norte, desde la Toscana hasta Emilia Romagna, pasando por el Véneto y Lombardía, donde las lluvias faltan desde hace meses.
Un poco mejor es el panorama en el sur de Italia, el corazón de la producción nacional, donde los árboles están más acostumbrados a resistir las altas temperaturas durante más tiempo. Pero también en este caso hay que actuar para que las explotaciones se equipen con sistemas de riego.
“Urgen intervenciones estructurales que garanticen un mayor suministro de agua a los olivares para preservar no sólo la calidad, sino también una buena cantidad de producto”, explica David Granieri, presidente de Unaprol. “El cambio climático exige intervenciones decisivas e inaplazables para ayudar a los agricultores a afrontar una situación que corre el riesgo de comprometer no sólo esta campaña oleícola, sino también el futuro de la olivicultura italiana”.