La variedad de olivo determina la concentración de antioxidantes del orujo
Con el objetivo de conocer la concentración y composición de fenoles de los orujos resultantes de la extracción de aceite de oliva y las variaciones existentes dependiendo de la variedad de olivo usada, la investigadora de los grupos de investigación de UCOlivo y Química Analítica de la Universidad de Córdoba Anabel Expósito ha caracterizado los compuestos bioactivos de 43 variedades de olivo durante tres campañas consecutivas. En un trabajo junto a los profesores Feliciano Priego y Concepción Muñoz, del Departamento de Química Analítica y la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) respectivamente, ha evaluado el papel de la variedad de olivo en el perfil fenólico del orujo teniendo en cuenta, por primera vez en este tipo de estudios, una variedad tan amplia de cultivares y un rango de tiempo mayor a una única campaña.
Investigación y resultados
Según la concentración, los orujos se clasificaron en tres grupos: por un lado, aquellos que contenían una concentración mayor en oleuropeína y ligustrósido, por otro, los que presentaban mayor concentración de oleaceína y oleocanthal y, por último, aquellos que tenían compuestos menores como ciertos flavonoides y ácidos triterpénicos.
De esta manera, lo que en un principio era un residuo se convierte en un subproducto del que extraer fenoles que pueden ser usados para la industria cosmética, pero también para la industria farmacéutica, el enriquecimiento de alimentos o la alimentación animal, debido a sus reconocidos beneficios para la salud. Además, al extraer estos compuestos del orujo, éste se vuelve menos contaminante para el medio, obteniendo, así, un doble beneficio.
“Desde el punto de vista de la valorización de esos residuos, la industria puede saber que si una zona es preferente de variedad picual, por ejemplo, el orujo generado contendrá determinados fenoles, de manera que sabes cuáles son los fenoles que se pueden extraer del mismo” explica Priego.
“El alto número de variedades analizadas y el hecho de haber mantenido el estudio a lo largo de tres campañas da un valor importante a este trabajo. Gracias al Banco Mundial de Germoplasma del Olivo de Córdoba, podemos disponer de variedades cultivadas en las mismas condiciones agronómicas y bajo las mismas condiciones climáticas, permitiendo así su comparación” resalta Muñoz. El hecho de hacerlo a lo largo de tres campañas permite también ver cuál es la variabilidad interanual en la composición de fenoles que, aunque también es importante, ha resultado ser menos determinante que el efecto genético de la variedad del olivo.