“Nos falta equilibrio y entendimiento entre las orujeras y los productores”
Entrevista a José Calama, gerente de Troil Vegas Altas S.Coop.
El aumento de la producción de aceite de oliva en algunas zonas de la Península como Extremadura o Portugal, debido a la entrada en plena producción de las plantaciones de olivares superintensivo, está causando graves problemas. Troil Vegas Altas S.Coop., con más de 20 años de historia, es una de las orujeras históricas y tecnológicamente más punteras. Recogemos la visión de José Calama, su gerente, de como el aumento de las cosechas, el acortamiento de las campañas y la escasez de industrias dedicadas al tratamiento del alperujo, están afectando a la gestión del principal subproducto generado por la producción de aceite de oliva.
Explíquenos cuál es la misión y trayectoria de Troil Vegas Altas S.Coop.
La sociedad se constituyó en 1999, pero no iniciamos nuestra actividad hasta 2001. En aquella época la producción de alperujo en Extremadura era mucho menor a la actual, pero ya se intuían los problemas de capacidad que tenían las dos o tres orujeras que existían en ese momento. Los socios de la cooperativa consideraban que eso acabaría suponiendo un problema para las almazaras, y que la situación acabaría siendo inviable.
El primer año de actividad, cuando me incorporé, recogimos en Troil Vegas Altas 21.300 toneladas de alperujo, y al año siguiente solo 16.000. Esta campaña, solo en los dos primeros meses, ya habían llegado a nuestras instalaciones 43.000 toneladas. Al final de la campaña han sido 77.000 t. La transformación a regadío del olivar tradicional y las nuevas instalaciones han permitido que trabajemos con más de 70.000 toneladas al año.
Al haberse constituido otro consorcio oleícola orujero en la región, CODEX, con más capacidad que nosotros, se ha podido salvar la presente campaña. En Extremadura se producían hace 20 años unas 50.000 toneladas de aceite de oliva, este año se ha doblado esa producción.
¿El sector del aceite de oliva y del orujo de oliva es consciente de lo que supone una correcta gestión de los residuos?
El sector del orujo de oliva es quizás más consciente de lo que supone la gestión de sus residuos que el de las almazaras de aceite de oliva. La mayor sorpresa ha provenido en esta campaña principalmente de las zonas de Extremadura y Portugal, debido al aumento de producción de un buen número de explotaciones superintensivas plantadas en los últimos años, generándose grandes cantidades de alperujo. Las almazaras andaluzas sí tienen una buena capacidad de gestión y tratamiento de residuos, y están haciendo un buen trabajo de concienciación, pero algunas orujeras de Extremadura o del sur de Portugal han vivido un colapso importante. De hecho, se han debido desviar a Andalucía tanto aceitunas como alperujo ante la falta de capacidad de absorción de una buena parte de orujeras.
¿Qué pueden mejorar almazaras a la hora de gestionar los alperujos?
Se están haciendo muchas cosas bien y eso nos permite tener grandes producciones de buena calidad. Para realizar unos procesos determinados, como es la molienda en continuo, la única solución es que se elimine el residuo cuanto antes, y que así no se atasque la almazara como ocurría antiguamente.
Las almazaras nunca habían tenido problemas de gestión de sus subproductos y se habían despreocupado. Las orujeras llevamos años avisando, pero ellos lo seguían viendo como algo muy lejano. Hasta que ha llegado esta campaña, en la que habido problemas serios de capacidad. En Troil Vegas Altas solo recogemos el alperujo de nuestros socios, pero otras empresas que recogen de todas las almazaras ya han avisado de su falta de capacidad. A lo largo de diciembre y enero hemos recibido llamadas de cooperativas y almazaras de Badajoz y de Portugal solicitando nuestros servicios, pero no podemos asumir más cantidad. La solución es llevar todo ese subproducto a Andalucía, pero, por otro lado, ¿de dónde sacamos los camiones para transportar a Córdoba o Sevilla? No es factible. Y no es un problema económico.
En Extremadura, por ejemplo, o se incrementa la capacidad de autogestión de las almazaras o se abren más orujeras. Y para ello, necesitamos que los propietarios del alperujo se involucren y que las administraciones agilicen la concesión de permisos.
Y el problema con las administraciones, ¿es burocrático o político?
No considero que sea un tema político, es más bien burocrático. La tramitación de expedientes es muy lenta, tardan muchísimo tiempo, y mi sensación es que se debe a que no hay suficientes técnicos. La propia industria ya es consciente de que se trata de un tema delicado, hablamos de vertidos y residuos que pueden causar desgracias si no se gestionan de forma correcta, pero eso no justifica la falta de agilidad.
Por otro lado, la rentabilidad de los negocios de tratamiento de residuos es muy ajustada, por lo que es imprescindible apostar por la eficiencia y por el ahorro energético. Si no se hace así, se pierde dinero y eso complica que haya inversiones en este sector. Llegará el momento en el que las propias almazaras deberán pagar por la gestión del alperujo, porque en caso contrario será insostenible.
En 2001, el alperujo que nos llegaba tenía una media del 11 o 12% de grasa. Actualmente, el peor de nuestros molinos nos trae alperujo con un 9% de grasa sobre seco. Se debe a que la maquinaria de extracción de aceite ha mejorado mucho y los agotamientos son mejores. La amortización de la maquinaria para gestión de todos estos subproductos es a largo plazo. Son equipos caros, que requieren de una inversión fuerte, y eso desincentiva precisamente a muchos productores.
Un estudio reciente indicaba que con el hueso de aceituna de una campaña se podría abastecer de energía eléctrica a todo el sector primario durante un trimestre. ¿Qué opina al respecto?
El hueso de aceituna, la biomasa y el orujillo ya se utiliza mucho, no es nada nuevo. Para hacer todo el proceso más eficiente necesitaríamos reducir los costes, y en ello se está trabajando. Un ejemplo de ello son las emisiones de CO2. Cada tonelada de emisión cuesta más de 60€, por lo que están empezando a consumir biomasa las cementeras. Todo lo que se queme de biomasa, se resta de las emisiones.
Pero siempre insisto en lo mismo: hay que ser eficiente. El CO2 de la biomasa se fija como neutro, pero al fin y al cabo todo lo que quemamos es una emisión que va a la atmósfera.
A los precios que está la energía actualmente, el hueso de aceituna es muy competitivo, siendo la generación de energía con biomasa más eficiente que nunca, ya que está manteniendo el precio. Es evidente que los precios actuales de la electricidad y del gas no son sostenibles de ninguna forma, y si se alarga la situación en el tiempo la biomasa es una gran solución. Ahora bien, debería ser una energía más local y con más aplicaciones en el sector primario. No tenemos petróleo o carbón, pero contamos con una fuente de energía muy buena y debemos aprovecharla.
Una campaña récord
Este año Troil Vegas Altas, S.Coop. ha recogido 60.000 t de alperujo, una campaña récord para la empresa y en Extremadura. De ellos:
- 4.800 t de hueso que se utiliza como combustible (biomasa)
- 6.500 t de pulpa de pulpa de aceituna seca destinado a alimentación animal
- 3.500 t de orujo graso seco, destinado a extractoras de aceite de orujo de oliva. Una vez extractado va a biomasa.
- 3.500 t de alpechín concentrado al 50%. Este producto se destina a la extracción de polifenoles y a fertilización agrícola
¿Cómo se está realizando la gestión de residuos del aceite de oliva en otros países productores de nuestro entorno?
No soy un profundo conocedor de otras realidades, solo tengo más presenta la situación similar a la nuestra que viven Grecia y Portugal, ésta última con los mismos problemas de excedentes que vivimos nosotros.
En Italia la mayoría de orujeras son de tres fases y se permite la aplicación del alpechín al suelo en ciertas épocas del año, algo que en Extremadura está prohibido, y en Andalucía solo se permite en aguas de lavado.
Cuando una orujera no tiene capacidad suficiente de secado, se apuesta por el compostaje. Y así lo hacemos en Troil Vegas Altas, todo el excedente que no podemos secar lo trasladamos a la planta de compostaje que está junto a nuestras instalaciones, y allí se mezcla con hojas, estiércol, restos de poda, gallinaza, etc. En este sentido, el alperujo se diferencia de otros composts por su gran cantidad de potasio y me parece muy interesante como alternativa al secado.
Otra cosa que se va a empezar a hacer en España, y seguro en otros países como Italia y Grecia, es solicitar la ayuda de los fondos Next Generation para patrocinar el hidrógeno verde, el biometano, para la generación de biogás. En Troil Vegas Altas ya trabajamos en un proyecto para autoconsumo propio que inicialmente íbamos a llevar a cabo solo con alperujo. En cambio, al contar con la planta de compostaje, tenemos alrededor de 40.000 toneladas anuales que podemos utilizar para autogenerar un 20% de todo el gas que consumimos. Es un proyecto que depende de los fondos, pero que estoy convencido que podremos llevar a cabo. De cara al futuro del sector del orujo será una buena herramienta para mejorar la eficiencia de las plantas y su rentabilidad económica.
¿Cómo se puede aprovechar el sector de las nuevas ayudas de Europa, dirigidas precisamente a fomentar la sostenibilidad y las energías limpias?
Centrándose en dos ejes: las energías renovables y la economía circular. Pero no debe llevarnos a la confusión, algo puede ser circular pero no renovable. Como las empresas del sector tienen una rentabilidad económica pequeña, cualquier ayuda o financiación para invertir puede suponer un cambio tremendo.
En Troil contamos con un presupuesto aprobado de 1.800.000 € de inversión en energías renovables y economía circular. La planta en la que trabajamos tiene que mejorar, hay aspectos en los que todavía estamos justos a nivel de capacidad de producción: se diseñó con una capacidad de 21.000 toneladas y queremos sobrepasar las 60.000. Necesitamos evaporar mucho alpechín ya que trabajamos en tres fases. Si quisiesemos pasar a dos fases necesitaríamos mas del doble de energía térmica de secado, algo que no es viable. Hasta ahora se podía secar al sol, pero con tal cantidad de alpechín ya no es posible. Por lo que contamos con dos opciones: instalar un evaporador alimentado por biomasa o calentar ese evaporador con energía solar. Aunque la inversión inicial de calentar el evaporador es mayor, el consumo energético será muy bajo, y a partir del séptimo año ya habremos amortizado la inversión. No necesitaremos combustible, nos alimentaremos de la energía generada en el campo de concentración solar de 3.000 metros cuadrados que vamos a instalar. Además, no generaremos emisiones. Con esto quiero decir que estos fondos pueden suponer un salto cualitativo y de innovación para las orujeras, haciéndolas mejores, más rentables y más eficientes.
¿Qué retos tiene por delante el sector a medio plazo?
La capacidad es el mayor reto. Necesitamos aumentar tanto la capacidad de almacenamiento como la de tratamiento. Esta última es fácil de aumentar si pasamos de tres a dos fases, ya que se dobla la capacidad de los secaderos. Ahora bien, la del almacenamiento es más complicada porque las campañas se adelantan, hay más capacidad de recogida, y las nuevas tecnologías reducen los tiempos. Hace unos años una campaña media duraba 90 días, ahora en 30 días ya se ha recolectado el 80% de la aceituna, por lo que quedan once meses para realizar el procesado. Gestionar todo ese producto en tan poco tiempo implica la utilización de muchas más balsas, y ese es uno de los principales problemas del sector. Nos falta equilibrio y entendimiento entre las orujeras y los productores.