Hombre, de 49 a 75 años y un nivel de estudios medio o alto: el perfil del consumidor internacional de aceite de oliva
La Fundación Caja Rural de Jaén acaba de presentar los primeros resultados de un estudio, elaborado por Juan Vilar Consultores, que analiza el comportamiento del consumidor internacional de aceite de oliva. Las conclusiones de un estudio mucho más completo se darán a conocer en septiembre en Expoliva.
Según el estudio, el consumidor internacional tipo, de aceites de oliva, es un varón, generalmente religioso, pues los católicos, budistas y creyentes musulmanes, consumen más aceites de oliva que el resto de ciudadanos del mundo. Este señor tiene entre 49 y 75 años, con varios hijos, un nivel de estudios medio o alto, un rango de renta media, adquiere aceites de oliva vírgenes. En su mayor parte lo compra en PET, y en supermercado, y lo usa fundamentalmente como producto crudo para aderezar o añadir a ensaladas, tostadas, etc.
En su mayor medida, más del 70 por ciento, lo consume dentro del hogar, y cuando lo hace fuera del hogar, donde también consume, suele tomarlo en bares y restaurantes en más de la cuarta parte de las ocasiones.
Según los datos recogidos por el informe, actualmente se consumen en el planeta 248 millones de toneladas de aceites y grasas vegetales y animales, de estas, el 80% se destinan a uso alimentario, bien sea humano o animal, mientras que el restante 20 por ciento se destina a la industria de biotecnología, elaboración de biocombustible, etc.
Si nos atenemos al total de grasas animales y vegetales, es decir a esos casi 250 millones de toneladas, los aceites de oliva que son de forma conjunta 3,1 millones de toneladas supondría tan solo el 1,25 por ciento del total, si se retiran los aceites destinados a consumo industrial, es decir para elaboración de biocombustibles, biotecnología, etc. los cuales especialmente son de palma, colza y soja, el porcentaje que supone el aceite de oliva sería del 1,56 por ciento del total de grasas animales y vegetales destinadas a uso alimentario animal y humano, y siguiendo este proceso, si eliminamos de la ecuación las grasas animales y sebos de pescado, el resultado sería de 1,7 por ciento del total de los aceites y grasas vegetales son aceites de oliva.
En total cada humano digiere por año del orden de 25 kg de aceites y grasas, de los cuales, tan solo 400 gramos son aceites de oliva. También se ha de tener en cuenta que por cada humano se destina a uso distinto del alimentario casi 6,5 kg de aceites y grasas, que realmente sí son alimentarios, y especialmente a la elaboración de biocombustibles.