Los aranceles perjudican claramente el sector del aceite de oliva español
'La situación arancelaria en España. Los contingentes de Túnez y los mercados exteriores' ha sido el título de un nuevo coloquio en el marco de Expoliva Events que ha debatido sobre la situación arancelaria en el entorno internacional. en este evento, en el que han participado casi 300 profesionales de 19 países, tales como Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos, Italia, Túnez, Grecia o España, -, se ha analizado cuáles son las particularidades específicas de la situación arancelaria en España. Para ello, moderado por el consultor estratégico internacional Juan Vilar, han participado dos profesionales de excepción y conocedores del tema en cuestión, como son Jorge Pena, CEO de Innoliva, y Carlos Jiménez, COO del Grupo Acesur.
Igualmente y debido al matiz anterior, España ha pasado de ser líder indiscutible en el mercado en cuestión, delante de Italia y Túnez, a en la actualidad, ostentar el tercer lugar, con lo que ello supone en valor añadido, y representatividad para nuestro sector.
Jorge Pena, durante su intervención ha puesto de manifiesto “por un lado, que tenemos que defender nuestro sector y nuestro origen; y por otro lado, que el sector del aceite de oliva tiene un problema porque la promoción del producto se centra en la parte de la oferta y no de la demanda”. Añadió que “el aceite de oliva a nivel mundial representa un 2% del consumo, y si fuésemos capaces de crecer un 3% al año, el consumo aumentaría en torno a 100.000 toneladas al año, y este hecho supondría una demanda mayor y afectaría, por supuesto, a los precios”. Para finalizar su intervención comentó que “el aumento de la demanda conllevaría un incremento del precio y considero que estamos más centrados en controlar la oferta y no incidir en aumentar la demanda. Si consiguiéremos aumentar un 10% el consumo, los aranceles no nos importarían”.
Carlos Jiménez por su parte, ha comenzado diciendo que “si creemos en nuestro producto y tenemos nuestro objetivo claro tenemos que trabajar en crear un marco global que nos favorezca a todos”.
Ha concluido incidiendo en el hecho que “tener un sistema arancelario asimétrico nos perjudica, ya que la Unión Europea limita la libre circulación de aceite procedente de terceros países, limitación entendible por el peso del aceite en Europa pero al fin y al cabo una limitación. La consecuencia para las empresas españolas es clara, no tener acceso en muchos momentos a materia prima que otros competidores si pueden utilizar para competir en los mismos mercados y clientes”.