Almazaras de la Subbética: un árbol por cada nacimiento
Francisco Serrano, presidente de Almazaras de la Subbética, y Francisco Casero, presidente de la Fundación Savia, firmaron el pasado 3 de febrero un convenio para “trabajar en objetivos comunes mediante la ejecución de proyectos y acciones comunes sobre investigación, formación, divulgación, intercambio, difusión, fomento de la producción, elaboración, comercialización y consumo con criterios de sostenibilidad, así como de concienciación ciudadana, sostenibilidad, medio ambiente y el desarrollo rural”.
En concreto, las entidades promoverán y desarrollarán la plantación de un árbol por cada niño y niña de los socios cooperativistas de la Almazara de la Subbética con el objetivo de vincular la vida de la persona con su territorio, pues el nexo que se establece entre el niño o la niña, su familia y los espacios verdes tendrán dos grandes protagonistas que crecerán a la vez; y de otro lado, renovar y recuperar arbolado que en su conjunto está sufriendo un claro deterioro debido a la disminución de las precipitaciones y aumento de las temperaturas que está provocando el cambio climático.
Cada año nacen en Andalucía, si tomamos la media de la última década, 80.651 niños, si por cada uno se plantase un árbol, en una década tendríamos más de ochocientos mil pies de arbolado nuevo lo que supondrían 8.000 nuevas hectáreas de superficie verde en Andalucía, que fertilizan el suelo, mitigan las temperaturas extremas, retienen el agua, generan biodiversidad.
Las entidades han acordado que en los olivares propiedad de Almazaras de la Subbética SCA se plante un olivo picudo autóctono de la zona de la Subbética Cordobesa, contribuyendo a la conservación de esta variedad tan característica de la zona que está desapareciendo por motivos de arranque. Además, para el óptimo desarrollo del proyecto, se ha determinado la creación de un grupo de trabajo para planificar y organizar las plantaciones y fomentar el vínculo de los niños y las familias.
Las entidades quieren asociar cada nacimiento a la plantación de un árbol, implicando a la familia y ofreciéndole al niño, a la niña, una referencia de la ubicación, la especie, información de sus cuidados y longevidad y lograr con ello un vínculo, un lazo afectivo entre la nueva vida de la persona y el crecimiento del árbol. La acción, mediante agregación irá, a medio plazo, vinculando a las familias a su entorno, a su territorio lo que hará aumentar claramente su compromiso y conciencia, reforzando su identidad y pertenencia, y siendo más sensibles a las posibles inclemencias a las que pueda ser sometido el patrimonio natural, haciendo que forme parte de sus propias vidas.