Enrique Martínez Force, nuevo director del Instituto de la Grasa de Sevilla
El experto en la caracterización genética, bioquímica y molecular del girasol Enrique Martínez Force ha sido nombrado nuevo director del Instituto de la Grasa de Sevilla (IG-CSIC), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que desarrolla investigaciones biotecnológicas en los sectores del aceite de oliva y la aceituna de mesa mediante el desarrollo de tecnología de la elaboración del aceite de oliva, extracción y refinado, conservación y envasado, entre otras líneas. “Mi reto principal es potenciar la investigación científica de excelencia, interdisciplinar y de alto impacto socio-económico en el Instituto de la Grasa”, afirma el nuevo director. Martínez Force releva en el cargo al doctor Luis Carlos Sanz Martínez, que ha desempeñado la función en los últimos cuatro años.
Martínez Force ha participado en el desarrollo del girasol alto esteárico-alto oleico, fuente de grasa vegetal saludable y alternativa al uso de grasas animales, aceites vegetales parcialmente hidrogenados, grasas laúricas (palmiste o coco) o basadas en el palmítico (aceite de palma) en la industria alimentaria.
Investigador Científico del CSIC, Martínez Force es licenciado y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Sevilla. Realizó su Tesis Doctoral en el Departamento de Genética sobre la obtención de levaduras industriales superproductoras de aminoácidos, por la que recibió el Premio Extraordinario de Doctorado.
Enrique Martínez Force participó en la obtención del girasol alto esteárico-alto oleico.
Su reconocimiento internacional en el campo de los lípidos de plantas, así como la estrecha relación mantenida con laboratorios punteros en el campo, le ha llevado a la organización de tres congresos internacionales, a la participación en numerosos comités científicos y a la reciente edición de un libro monográfico sobre el girasol para la American Oil Chemists’ Society (AOCS).
Martínez-Force apunta retos de futuro concretos: “La creación de una Unidad de Cultura Científica en el IG-CSIC; así como ofrecer un entorno más amigable para el investigador facilitando la tramitación de la burocracia de la ejecución de proyectos y contratos de investigación”. También quiere “rentabilizar las instalaciones no utilizadas, como el apoyo y optimización de las actividades de la Unidad de Análisis al Exterior y la Almazara Experimental, como fuente de ingresos adicionales y visibilidad del Instituto” y, por último “promocionar a los funcionarios de la escala técnica, evitar la pérdida de puestos de la RPT e intentar incorporar nuevo personal procedente de otras instituciones”.