Italia teme una caída del 22% en su producción de AOVE
La cosecha de aceituna se espera especialmente en un año marcado por una pandemia del coronavirus que ha trastornado la producción y los mercados. Así se desprende de un análisis de Coldiretti, Unaprol e Ismea con motivo del inicio de la cosecha en Italia con el primer prensado de la península en Sicilia, en Chiaramonte Gulfi (Ragusa), en la almazara de Cutrera donde se presentó el informe 'El aceite italiano en la época del Coronavirus'. Según las primeras previsiones, la producción de aceite de oliva virgen extra en Italia registra una disminución del 22% causada principalmente por anomalías climáticas, desde el mal tiempo hasta la sequía, que han afectado sobre todo a las regiones meridionales, sin olvidar los efectos de la Xylella que ha devastado la mayor parte de los olivares del Salento, en Puglia.
Aunque habrá que tener en cuenta el clima, que ha favorecido una maduración temprana de las aceitunas en el sur, y con la tendencia de las lluvias y las temperaturas en los próximos meses, se estima -según Coldiretti- una producción nacional de unos 287 millones de kilos frente a los 366 millones de kilos de la campaña anterior. El colapso de las cosechas en las regiones del sur, señala el informe, comenzando por Puglia, donde se concentra cerca de la mitad de toda la producción nacional, mientras que en el centro y norte los se esperan incrementos importantes.
A nivel mundial, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) -señala Coldiretti- se estima una producción total de poco más de 3.000 millones de kilos, ligeramente inferior a la de la campaña anterior. España debería producir entre 1.400 y 1.500 millones de kilos de aceite de oliva, frente a los 1.250 millones del año pasado, mientras que Grecia estaría en torno a los 200 millones de kilos, por debajo de los 300 millones de 2019. La producción en Túnez también ha disminuido.
La caída de la producción afecta a un sector que ya ha pagado - recuerda Coldiretti - una enorme factura por la pandemia del Covid. Lo que más pesó fue la caída de las ventas debido al cierre del canal de restauración, que representa una importante salida para el aceite Made in Italy. Pero la pandemia también está teniendo sus efectos en la necesidad de garantizar una cosecha segura con el estricto cumplimiento de las normas contra el contagio.
Respecto a los precios, el informe señala que las empresas oleícolas italianas también se vieron afectadas por la caída del 44% de los precios pagados a los productores, que se redujeron a valores mínimos que no se habían registrado desde 2014. Una tendencia causada -acusa Coldiretti- por la presencia en el mercado mundial de abundantes existencias de aceite español, "a menudo listo para hacerse pasar por italiano debido a la falta de transparencia sobre el producto en el mercado", a pesar de que desde el 1 de julio de 2009 es obligatorio indicar el origen en la etiqueta, de acuerdo con el Reglamento de la UE Nº 182 de 6 de marzo de 2009".
Pero los peligros provienen también, según el estudio, a nivel internacional "de la difusión de sistemas de etiquetado engañosos, discriminatorios e incompletos, desde el semáforo inglés hasta el Nutriscore francés, que -señala Coldiretti- que terminan poniendo la etiqueta roja y excluyen paradójicamente de la dieta a los alimentos sanos y naturales que han estado en la mesa durante siglos para promover productos artificiales de los que en algunos casos incluso se desconoce su composición".