Andalucía pide un mayor apoyo al aceide de oliva español
La consejera de Agricultura, Carmen Crespo, quien ha mantenido una reunión telemática con la Interprofesional del Aceite de Oliva de España, encabezada por su presidente, Pedro Barato, ha calificado de “inasumible” que las ventas en Estados Unidos del aceite español hayan caído en solo tres meses un 83%, mientras otros estados miembros de la Unión han registrado unos aumentos de sus exportaciones tan significativos como el experimentado por Portugal, con un incremento del 3.210%, o Grecia, con un 44,5%. Del mismo modo, productores no europeos también se están aprovechando de los aranceles al aceite español. Es el caso de Túnez, cuyas ventas a EEUU han crecido un 714%.
La consejera y el presidente de la Interprofesional han coincidido en la necesidad de que Europa actúe y tome medidas para garantizar la igualdad de condiciones de sus estados miembros y evitar que España se vea especialmente dañada por la pérdida de competencia a causa de una aplicación desigual de los aranceles.
En este sentido, Crespo ha incidido en que la UE establezca mecanismos de mercado “más eficaces y que den respuesta a la realidad del aceite de oliva, que es un sector esencial para el desarrollo económico y social de España y, sobre todo, de Andalucía”. “Más de 250.000 familias andaluzas dependen del olivar, que es uno de los pilares estratégicos de la fortaleza exportadora de Andalucía e indudable marca España”, ha subrayado, tras señalar al aceite de oliva como “uno de los ingredientes fundamentales de la saludable y reconocida dieta mediterránea” y que en Andalucía “se produce con tanta excelencia que acapara los primeros puestos de los mejores aceites del mundo”.
Por otro lado, la consejera ha lamentado tambiéb que la nueva estrategia europea denominada 'De la granja a la mesa' incida en el establecimiento de más restricciones que penalizan la capacidad productiva de Andalucía y que no tienen en cuenta una agricultura puntera, respetuosa con los recursos naturales y su entorno y que se sitúa a la vanguardia de la utilización de las nuevas tecnologías, para ofrecer alimentos de la máxima calidad con sostenibilidad medioambiental y social.
A este respecto, Crespo ha reclamado coherencia a la UE que, por un lado exige estrictos requisitos a los productores agrarios europeos y en cambio por otro lado llega a acuerdos para la exportación de grandes contingentes de mercancías con terceros países que no cumplen con las mismas obligaciones medioambientales y sociales.