Investigadores norteamericanos y españoles han publicado el primer gran estudio que ha valorado en la población estadounidense la relación a largo plazo entre el consumo de aceite de oliva y la enfermedad cardiovascular (infartos de miocardio o cerebrales). El equipo de investigación, compuesto por reconocidos expertos internacionales en nutrición, encontró una reducción relativa de los infartos de un 18 por ciento (margen de confianza, entre 9% y 27%), por cada media cucharada sopera más de aceite de oliva consumido, independientemente de otros factores.
El estudio, realizado por científicos del Departamento de Nutrición de la Harvard TH Chan School of Public Health, de la Universidad de Navarra, de la Universidad de Reus, y del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), analizó durante 30 años datos nutricionales y de estilo de vida de más de 90.000 voluntarios (61.000 mujeres y 32.000 hombres), en los que ocurrieron 9.797 casos de enfermedad cardiovascular grave. No fue posible diferenciar entre el aceite de oliva común y el aceite de oliva virgen extra (AOVE). Sin embargo, “otros estudios han encontrado que el AOVE tiene mayores beneficios en prevención vascular, supuestamente por sus antioxidantes, polifenoles, vitaminas y otros compuestos bioactivos”, explica el catedrático Miguel Ángel Martínez-González, profesor de la Universidad de Navarra y coautor del artículo.
No obstante, el nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Journal of the American College of Cardiology es un argumento para defender que cualquier tipo de aceite de oliva “constituye una magnífica elección para sustituir a las grasas animales y saturadas en todos los usos culinarios”, según este experto, miembro del CIBER de la obesidad y la nutrición. Un aspecto interesante es la comparación entre las distintas opciones de grasas. Por ejemplo, sustituir la mantequilla, mayonesa o nata por aceite de oliva reduce de manera eficaz el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves.
Pautas mundiales para una nutrición saludable
Las investigaciones previas sobre aceite de oliva y salud del corazón se habían realizado sobre todo en poblaciones mediterráneas. “Es una alegría comprobar que se han podido replicar en las mejores cohortes de Estados Unidos los resultados que llevamos años observando en España. Ya no pueden quedar dudas de que todos los tipos de aceite de oliva se asocian a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares”, señala. Se debe considerar a la luz de la ciencia actual como “el modelo ideal de grasa culinaria”, afirma Miguel Ángel Martínez-González, catedrático visitante del departamento de Nutrición de Harvard.
En 2002 este profesor dirigió un estudio de casos y controles, que ya encontró grandes ventajas del aceite de oliva de cualquier tipo en cardiología preventiva. ”Los resultados de aquel modesto estudio se vieron replicados por el ensayo PREDIMED con AOVE, y ahora se confirman de nuevo en EE.UU. para todo tipo de aceites de oliva en las dos grandes cohortes que están marcando las pautas mundiales de una nutrición saludable”, concluye.
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“En la campaña anterior parecía que no llegaríamos a 250.000 toneladas, pero lo logramos gracias a que Puglia superó en un 60% sus expectativas de producción”