'Olive Miracle', una aplicación para predecir el futuro del olivo
El grupo AGR-119 de la Universidad de Córdoba (UCO) participa en un proyecto europeo, liderado por el catedrático Francisco Villalobos, mediante el que pretende optimizar las estrategias de manejo para el cultivo del olivar en la cuenca Mediterránea. Denominado 'Olive Miracle', tiene como objetivo aportar herramientas para evaluar la eficacia de determinadas estrategias, asistir en la toma de decisiones de inversión y predecir la productividad y el impacto que tendrá el cambio climático sobre el cultivo de este árbol.
Según destaca el profesor Villalobos, tradicionalmente, "la agronomía clásica ha obtenido información midiendo, interpretando y realizando experimentos de campo", pero ¿qué hacer en un contexto futuro en el que no es posible experimentar in situ?
Para ello, el proyecto ha desarrollado un modelo de simulación que predice cómo crecerán los árboles en función de diferentes variables. La aplicación, denominada OLIVECAN, realiza simulaciones de manejo en distintos lugares del Mediterráneo y es capaz de predecir el éxito de un determinado cultivo futuro teniendo en cuenta parámetros como la temperatura, el viento, las precipitaciones, el estado del suelo o la localización. Por esta razón, según el docente, permitirá proporcionar un nivel de información más estricto para que la industria olivarera tome decisiones apoyadas en un conocimiento exhaustivo.
El modelo se gesta desde hace varias décadas y es ahora, mediante este trabajo, cuando "ha alcanzado su mayoría de edad, con un nivel de complejidad y universalidad que no se ha visto antes”, destaca otro de los investigadores, Luca Testi. De hecho, el programa también puede realizar predicciones en función de la variedad del olivo, ya que cada una "no se comporta de la misma forma”.
Aunque aún el proyecto está recorriendo sus últimos metros, todo parece indicar que la forma en la que el cambio climático afecte al olivo dependerá bastante de las condiciones de manejo. Según Testi, "las respuestas que tenemos hasta ahora parecen ser menos alarmistas de lo que se pensaba". Si bien la productividad del olivar podría verse mermada por la disminución de las precipitaciones, esto podría contrarrestarse con el incremento de dióxido de carbono en el aire, el cual produce un aumento en la velocidad de la fotosíntesis, y por tanto, en la producción.
En este sentido, Villalobos destaca que las futuras generaciones seguirán cultivando el olivo en Andalucía, "aunque, probablemente, se cultive de otra forma". Según el catedrático, la comunidad andaluza es una potencia mundial en este sector y su tecnología en el futuro será más que suficiente para que se sigan produciendo olivos de forma rentable.