Ensayo sobre variedades de olivo adaptadas a climas futuros
Es necesario desarrollar estrategias que mitiguen los efectos negativos de un posible calentamiento global sobre el cultivo del olivo, entre ellas la selección de variedades adaptadas a climas futuros. Para ello, es necesario identificar, en primer lugar, los efectos que el calentamiento global tiene sobre la productividad en olivo.
A esta conclusión ha llegado Raúl de la Rosa, investigador del Área de Genómica y Biotecnología del centro IFAPA Alameda del Obispo (Córdoba), que presentó en Expoliva 2019 los resultados sobre los ensayos realizados con distintas variedades de olivo. El propio Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica ha establecido varios ensayos comparativos de variedades en Tenerife, cuyo clima puede tener ciertas similitudes con posibles escenarios de clima futuro en el Mediterráneo.
Los resultados indican que las altas temperaturas invernales parecen provocar en olivo, un adelanto muy significativo en la floración y una falta de sincronización en la brotación de las flores. Hasta el momento, no se ha encontrado variedades capaces de brotar de manera sincrónica ante estas condiciones.
Respecto a la acumulación de aceite, el calentamiento global parece provocar un adelanto de la acumulación de aceite, y un mayor porcentaje del mismo al final del periodo de maduración. Sin embargo, el porcentaje de oleico puede bajar significativamente en algunas variedades como ‘Arbequina’ y ‘Arbosana’. En otras como ‘Picual’, este porcentaje puede ser más estable ante aumentos de temperatura.
Por otro lado, el contenido en fenoles del fruto no parece estar influido por la temperatura durante la lipogénesis. Sí que está muy afectado por condiciones de baja disponibilidad de agua. Por tanto, una posible disminución del agua disponible para olivo, hará que los aceites tengan un mayor contenido en fenoles, aunque la productividad total disminuya.