Nuevos controles fitosanitarios en el olivar italiano
Con la entrada en vigor, el 5 de diciembre de 2018, del nuevo Reglamento de la UE (2018/686), se modificó el límite máximo de clorpirifós, un insecticida fosfórico cuyos residuos aún se encontraban en los aceites, especialmente en algunas regiones italianas. El Reglamento de 2018 introdujo variaciones más estrictas (0,01 mg/kg en el caso de las aceitunas de mesa y 0,05 mg/kg en el de los aceites de oliva) que tendrán un impacto significativo en la evaluación de la conformidad de los aceites en la próxima campaña oleícola. De hecho, la presencia de esta sustancia en lotes de aceite de oliva virgen extra ha creado graves problemas en la fase de comercialización del producto en los mercados nacionales e internacionales.
"Por esta razón, estamos trabajando en un proyecto de asistencia técnica para ayudar a los olivareros a elegir los productos adecuados y reducir significativamente el impacto medioambiental a través de todas las medidas necesarias", explica David Granieri, presidente de Unaprol, Consorcio Italiano del Aceite de Oliva. "Queremos instalar unidades de control en áreas equipadas para permitir la correcta dosificación de los productos fitosanitarios. De esta forma se conseguirá un ahorro considerable y un mayor control de las mezclas, protegiendo así a los oleicultores del grave riesgo de encontrarse con un producto que no puede ser comercializado. Se trata de un proyecto muy importante que garantiza ventajas incuestionables en términos de economía, sostenibilidad medioambiental, seguridad y trazabilidad".