La DO Sierra de Segura celebra 40 años del primer reconocimiento
La Denominación de Origen Protegida Sierra de Segura (Jaén) cumple 40 años en este 2019, un aniversario que su Consejo Regulador quiere aprovechar para poner en valor esta figura de calidad, como herramienta imprescindible para diferenciarse en un mercado cada vez más globalizado y competitivo. Y la realidad es que mientras otros aceites no pueden o no quieren dar a conocer su origen, este es el sentido de la DO Sierra de Segura, que a través de un origen concreto quiere trasladar a los consumidores una calidad garantizada.
Con la publicación en el BOE de la Orden del Ministerio de Agricultura de fecha 9 de noviembre de 1979, mediante el cual se reconocía de manera provisional esta DO, se iniciaba la andadura de la Denominación de Origen de aceite de oliva virgen extra más antigua de Andalucía. Anteriormente, solamente se había reconocido dos DO oleícolas catalanas, Les Garrigues en 1975 y Siurana en 1977.
Y todo fue fruto de un largo trabajo previo del bromatólogo y farmacéutico Jose Bautista de la Torre, considerado padre de esta DO que empezó a caracterizar en la década de los 70 los aceites de esta comarca jiennense en vertientes distintas pero complementarias; por un lado, su implicación en la salud y vigor de la sociedad serrana, eminentemente agrícola y consumidora en exclusiva de aceite de oliva virgen y por otro lado, sus peculiaridades químicas y sensoriales por proceder de un olivar de montaña.
Bajo el liderazgo de Jose Bautista, el sector público y privado con intereses en el aceite de oliva de la comarca llegaron a una clara conclusión, la necesidad de reconocer y proteger los aceites de la Sierra de Segura.
Los aceites DO Sierra de Segura deben sus características al olivar de montaña (más de 16.000 hectáreas se encuentran dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas), de la variedad Picual y altitud elevada, que crece en un suelo escaso, pobre y superficial, combinado con una climatología bastante irregular, que producen bastantes altibajos de temperaturas y una precipitación media anual superior a la media de la provincia de Jaén. Esta conjunción da lugar a un producto genuino que ha merecido la pena proteger y seguir protegiendo para servir a agricultores, almazaras y envasadores como ventaja competitiva en un mercado cada vez más complejo.