Beneficios del aceite de oliva en el I Congreso Nacional Aceite de Oliva Virgen Extra y Salud
Muchos son los mensajes sobre salud que se asocian al aceite de oliva. Hay uno, rotundo, que los engloba a todos: “Una dieta rica en aceite de oliva siempre es más cardiosaludable que una dieta baja en grasa”. La máxima, avalada por estudios científicos de peso como el Predimed, la pronunció Manuel Lagares, presidente de la Fundación Andaluza de Cardiología durante la celebración del I Congreso Nacional Aceite de Oliva Virgen Extra y Salud que se celebró el 2 de junio en el Palacio de Congresos de Jaén.
Con una asistencia de unas doscientas personas, el evento, organizado por la Fundación Andaluza de Cardiología y las aceiteras Capricho del Fraile y Melgarejo, reunió a los más prestigiosos protagonistas de la sociedad científica y médica que hablaron a los asistentes de cómo el aceite de oliva virgen extra no sólo es un alimento, sino un producto funcional que puede prevenir o mejorar diferentes patologías como las enfermedades del corazón, la diabetes o el cáncer.
Mensajes que, difundidos entre una población que cada vez demanda más salud en su alimentación por encima de otras variables, suponen una importante vía de mercado para el sector del aceite y vislumbran una comercialización futura muy diferente a lo que predomina actualmente, pero que ya empieza a cuajar. El aceite es salud y consumirlo como un elemento clave en la dieta supone grandes beneficios que no se asocian a otras grasas y que ni siquiera se pueden extraer de una dieta baja en lípidos.
Así lo demostró la mayor de las investigaciones sobre aceite y salud que se han hecho hasta ahora: el estudio Predimed, que explicó a los asistentes el doctor Lagares. El Estudio se hizo durante seis años con 7.447 personas de toda España, de los que el 57% eran mujeres. “Ninguno de los participantes había tenido previamente alguna cardiopatía, pero todos eran pacientes de riesgo y cumplían algunos rasgos como alto perímetro abdominal, tensión alta, diabetes…”, apuntó.
Los participantes se dividieron aleatoriamente en tres grupos: al primer grupo se le implantó una dieta rica en aceite de oliva virgen extra; a un segundo grupo, una dieta suplementada con frutos secos (nueces, avellanas y almendras) y a otro tercer grupo se le aplicó una dieta baja en grasa. “Todos llevaron controles periódicos médicos y se sometieron a análisis clínicos, no contaron con restricciones calóricas y fueron encaminados a adoptar progresivamente una dieta mediterránea”, aclaró el presidente de la Fundación Andaluza de Cardiología. A los casi seis años de investigación, el comité ético debió paralizar el estudio. “¿Por qué? –contó Lagares– porque era evidente que había un 30% de diferencia de riesgo relativo entre los dos primeros grupos (el de aceite de oliva y el de frutos secos) que en el de los que según una dieta baja en grasa”. “Es decir, que nos encontramos muchos más problemas entre los que ingerían una dieta baja en grasa (de arterias, accidentes cerebrovasculares, colesterol…) que entre los que tomaban una dieta rica en aceite de oliva o rica en frutos secos y no nos parecía ético seguir dándoles ese tipo de dieta baja en grasa cuando era mucho más peligrosa para su salud”.
“Una dieta mediterránea suplementada con alimentos ricos en grasa no saturada como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos se asocia a un menor riesgo de diabetes, mejora el perfil lipídico y disminuye la presión arterial”, apuntó Lagares tras mostrar las conclusiones del estudio a la vez que destacó que el consumo de estas grasas saludables “no da lugar a un aumento de peso ni del perímetro abdominal”.
Contra el cáncer
Con el Predimed no sólo se avanzó en la investigación del consumo de aceite en favor del corazón y las arterias. Hubo un campo más, que en principio no se buscaba, y que supuso una revolución: sus aplicaciones y potencial en la lucha contra el cáncer. De ello habló también el doctor en Medicina y Cirugía José Juan Gaforio, responsable del Área de Inmunología delo departamento de ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén.
Gaforio explicó cómo el Hydroxytyrosol, los ácidos oleanólicos o máslínicos cuentan con una gran capacidad antitumoral y antiinflamatoria. Todos ellos están presentes en el aceite de oliva virgen extra, junto a otros muchos, y son los que lo diferencian de otras grasas y lo convierten en un producto saludable y funcional. El doctor, sin embargo, indicó que, por muchos estudios que se realicen y que sigan corroborando las propiedades del aceite de oliva en beneficio de la salud, es fundamental llegar al ciudadano. Explicó cómo el estudio Predimed fue portada en el New York Times, mientras que en España pasó casi desapercibido.
También habló de chefs y de blogueros como importantes fuentes de información entre los usuarios sobre alimentación y explicó el peligro de la desinformación de estos actores: “Si el chef de Gisele Bundchen dice que nunca cocina con aceite de oliva, hace un daño tremendo al sector en el todo el mundo”, apuntó. “Los estudios deben de salir del ámbito reducido de la comunidad científica, de las charlas y los congresos y llegar a la gente que compra el aceite y que cocina”, añadió. “La alimentación es una moda y un negocio y eso debemos de saberlo”, dijo. “Frente al maremágnum de información, hay que difundir las bondades del aceite de oliva y que éstas lleguen a la población. “Debemos de huir de la autocomplacencia y tomar la iniciativa de forma proactiva. Hay mucha competencia y por eso todo el mundo ataca al aceite de oliva. La guerra está en los medios de comunicación y a ellos hay que llegar”, concluyó.
Otros tres facultativos médicos del Complejo Hospitalario de Jaén pronunciaron ponencias en las que expusieron al público los últimos estudios científicos que avalan el aceite de oliva virgen extra y sus propiedades saludables. Hipólito Pousibet, cardiólogo, explicó cómo el aceite ayudas frenar el envejecimiento de las células y se basó en estudios científicos como el publicado en la revista Moléculas, entre otros.
Pedro López Leiva, oncólogo, resaltó la realidad de que en los países mediterráneos con alto consumo en aceite de oliva la incidencia del cáncer es menor que en países europeos que ingieren habitualmente otras grasas e hizo un resumen de los últimos artículos en revistas especializadas que hablan de ello. “El aceite de oliva es el mejor para la prevención de cáncer respecto a otras grasas de semillas o de animales”, dijo. “Cuenta con un efecto beneficioso gracias a sus ácidos monoinsaturados y polifenoles”, añadió para resaltar que el virgen extra es el que cuenta con una mayor concentración de polifenoles, lo que le otorga una máxima capacidad antitumoral. “A su efecto antioxidante se suman otras propiedades anticáncer como la antigeogénesis, la inducción de apoptosis y la inhibición de otras vías procáncer”, apostilló. Para López Leiva es necesario un mayor número de experiencias o estudios con el fin de conocer perfectamente la implicación del aove en la prevención del cáncer. En el Complejo Hospitalario de Jaén, por ejemplo, están estudiando la incidencia del nivel de Hidroxytyrosol en la sangre en pacientes de cáncer. “Todo lo que se haga es poco”, dijo.
Javier Torres, cardiólogo, se centró en la dieta como algo fundamental en la prevención de problemas cardiovasculares. Desgranó los secretos de la dieta mediterránea como dieta cardiosaludable e hizo hincapié en cómo ésta se asocia a la reducción de la mortalidad por cualquier causa, reduce de la incidencia de la enfermedad cardiovascular, así como la mortalidad por enfermedad cardiovascular. “Las modificaciones de la diete deben ser la piedra angular de la enfermedad cardiovascular y la dieta mediterránea, como prototipo de dieta cardiosaludable, puede influir positivamente en el control de la tensión arterial, los niveles de colesterol o la diabetes”, explicó. Para Torres, es necesaria una labor de incentivación atractiva de cambios dietéticos que modifiquen esos hábitos de una forma permanente, “por lo que son prioritarios los programas educativos entre la población infantil de hábitos dietéticos saludables al igual que el fomento de la actividad física”, concluyó.
Etiquetas y publicidad que hablen de las bondades del aceite
Juan Ramón Hidalgo, experto en Derecho de la Seguridad Alimentaria, Consumo y Responsabilidad resaltó en su ponencia la importancia de que el sector del aceite de oliva se adapte a las tendencias del consumidor, siempre teniendo en cuenta la normativa sobre seguridad alimentaria y la legislación. Explicó que es fundamental saber cómo transmitir la información alimentaria, en especial las bondades del aceite de oliva virgen extra, a través del etiquetado o la publicidad. “Actualmente no puedes informar de dichos beneficios si previamente no has sido autorizado por la UE. En este sentido se tiene que hacer un avance importante y presentar estudios científicos a la UE y así difundir en las etiquetas o en la publicidad mensajes asociados al aceite y a sus beneficios en enfermedades como el cáncer, las cardiopatías. Los alimentos no curan, pero pueden prevenir ciertos riesgos con diferentes enfermedades y ese es el mensaje que debe de llegar al consumidor”, añadió.
Hidalgo Moya habló, además, de cómo han evolucionado los mensajes sobre la alimentación a lo largo de los años. “Actualmente, lo que vende es la salud”, por lo que el aceite debe de encaminarse hacia ese eje o hacia otros asociados como el bienestar o la calidad. Por último, indicó que conocer las tendencias del consumo de cara a un futuro no muy lejano ayudarían también al sector. “Hay una tendencia muy clara hacia la alimentación personalizada. No va a ser una alimentación barata porque supone que nos tenemos que conocer a nosotros mismos. Hablamos de nutrigenómica y nutrigenética”, expuso. “El aceite, siempre respetando la seguridad y las normativas pertinentes, encaja muy bien en estos ejes”, dijo. Por último, hizo hincapié en que el producto debe de empezar a “contar sus propias historias. El consumidor debe de saber qué es y qué aporta. Y esto debería de ser algo normal en la publicidad y el etiquetado del producto, aunque aún queda prácticamente todo por hacer”, concluyó.
En la cocina, el mejor para resaltar los platos
María José San Román, estrella Michelín por su restaurante Monastrell, en Alicante, fue la encargada del showcooking con el que los asistentes aprendieron a enriquecer algo tan importante como una tradicional salsa de tomate con diferentes aoves en crudo en vez de fritos. “El aceite se puede catar, exponer…, pero como realmente se usa es cocinando y eso es lo que hago yo en mi cocina, la cual no entiendo sin este producto tan maravilloso”, dijo. “Cualquier plato de cocina tradicional, si se sabe combinar con un aceite que le corresponde, pasa a ser un plato de excelencia”, explicó la chef, tras indicar que “el aceite de oliva virgen extra no tiene acutalmente el pedigrí que debería. Y en eso hay que trabajar”.
“Me sorprende que incluso en Jaén no supieran decirme en un restaurante dónde cené qué variedad de aceite era el que combinaban con un plato en el que, precisamente, el aceite era el producto estrella”, apuntó. “Mucha gente usa el nombre del aceite en vano, la mayoría de las veces por falta de conocimiento. Hay que acabar de una vez con ese desconocimiento”, dijo. “Es un lujo poder aprovechar los aceites de oliva vírgenes extra en mi cocina y estoy muy agradecida de ello a todos los que lo producen”, terminó.