Riesgo importante para el olivar español y para otras especies frutales y ornamentales
Cajamar y Dcoop ayudan a los olivareros andaluces a combatir la Xylella fastidiosa
La ‘temible’ bacteria Xylella fastidiosa ha sido la protagonista de una jornada organizada por Cajamar Caja Rural y Dcoop en Antequera (Málaga), en la que diversos especialistas de ámbito internacional compartieron sus últimas investigaciones ante más de 200 técnicos y profesionales de toda Andalucía, lo que refleja el interés y la preocupación del sector olivarero por esta enfermedad.
María Milagros López, investigadora del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y responsable del Laboratorio Nacional de Referencia de Bacterias Fitopatógenas, explicó que la Xylella fastidiosa es una bacteria que provoca enfermedades de gran importancia económica en cultivos como la vid (enfermedad de Pierce), cítricos (clorosis variegada) y frutales como melocotonero y almendro (escaldado) en otras partes del mundo y aparece como una de las mayores amenazas potenciales para estos cultivos y para nuestro olivar en España. Esta amenaza se ha puesto de manifiesto por la detección de la bacteria en la UE, concretamente en el sur de Italia, donde ya hay más de 20.000 hectáreas afectadas por el denominado síndrome del decaimiento rápido del olivo. Xylella afecta al xilema de la planta, impidiendo el paso de agua y sales minerales, lo que provoca en el olivo el rápido decaimiento de la planta, seca de hojas y ramas y en los casos más graves la muerte de los árboles. La bacteria tiene capacidad para infectar un gran número de huéspedes (más de 300) y existen numerosos vectores, insectos cicadélidos y cercópidos, que pueden transmitir la enfermedad.
Juan Antonio Navas, director del Grupo de Fitopatología de Sistemas Agrícolas Sostenibles del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC (IAS-CSIC) analizó en su intervención la epidemiología y los riesgos que supone esta enfermedad para España y Europa. Según un informe elaborado por la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria) el riesgo de entrada, establecimiento y dispersión de la enfermedad en Europa es muy elevado. La principal vía de entrada de Xylella es a través de material infectado procedente de zonas donde la enfermedad está presente. El hecho de que existan más de 300 especies identificadas como huéspedes, muchas de ellas ornamentales y algunas asintomáticas, y que la UE importe más de 40 millones de plantas ornamentales al año, hacen más que probable la entrada de la enfermedad por esta vía, como parece ha ocurrido en Italia. El carácter polífago de la bacteria, junto con la existencia de un gran número de potenciales vectores transmisores de la enfermedad y las condiciones ambientales propicias, favorecen el riesgo de que la enfermedad se establezca y pueda dispersarse tanto por medios naturales como por la ayuda del hombre.
Blanca Landa, vicedirectora del IAS-CSIC de Córdoba, explicó que solo es posible el diagnóstico de la enfermedad en laboratorio con técnicas como el aislamiento, ELISA, hibridaciones y otras basadas en la PCR y secuenciación, y aseguró que ya están preparados para detectar la presencia de la bacteria. En cuanto a las medidas de control, la principal y más eficaz es la exclusión, es decir tomar las medidas necesarias para que la enfermedad no entre en nuestro país, como hemos visto por la aparición de los primeros focos en Europa. En este sentido la UE puso en marcha en mayo de 2015 controles y medidas restrictivas para evitar la entrada y propagación de Xylella fastidiosa en la UE, sobre todo de material susceptible de estar infectado.
De entrar en España sería necesario erradicar la enfermedad eliminando las posibles fuentes de inóculo, tanto los árboles afectados como los colindantes y las plantas huéspedes, así como aplicar tratamientos con plaguicidas para los vectores. Esta medida es efectiva solo si es inmediata y el foco es mínimo. Una vez establecida la bacteria solo es posible el cultivo con variedades resistentes. En Italia, hay alguna variedad que está mostrando menos sensible a la enfermedad, es por ello primordial conocer la sensibilidad de las principales variedades de olivo cultivadas en España. Prácticas como la poda de ramas afectadas y la aplicación de fitosanitarios contra los vectores pueden reducir la fuente de inóculo.
Donato Boscia, director del Instituto di Virologia Vegetale de Bari, dirige el grupo que detectó la enfermedad en Salento, en el sur de Italia en 2013. Los olivos presentaban inicialmente hojas y ramos secos, incluso frutos pasificados, síntomas que pueden estar asociados a diferentes plagas como Zeuzera o enfermedades fúngicas como Phaeoacremonium parasiticum. Sin embargo Xylella fue la única presente en todas las áreas con olivos afectados. Ensayos en curso con inoculaciones artificiales indican además que la bacteria por sí sola puede ser la causa de la enfermedad. En las zonas con presencia de Xylella ya se han detectado hasta 18 especies infectadas entre ornamentales y malas hierbas y algunas no muestran síntomas de infección. Los daños de la bacteria son devastadores, de forma que pocos meses tras la aparición de los primeros síntomas, la copa se ve seriamente afectada, y en menos de dos años, prácticamente los arboles se secan totalmente. Una de las claves de la rápida expansión de la enfermedad es la existencia de un vector, Philaenus spumaris, que es bastante eficaz.
Desde la detección hasta la actualidad la dispersión de la enfermedad ha sido espectacular, a pesar de las medidas de erradicación y contención, lo que pone de manifiesto el grave riesgo al que estamos expuestos. La cepa de la bacteria encontrada en Italia es idéntica a otra existente en Costa Rica, lo que confirma casi con toda seguridad que la entrada se produjo con material vegetal importado desde este país. Coincide además que esta zona del sur de Italia tiene una gran producción viverística.
Leonardo de la Fuente, investigador de la Universidad de Auburn en Alabama (EE UU), puso de manifiesto la importancia económica de los daños producidos por Xilella en Estados Unidos en diferentes especies. La enfermedad de Pierce en viña, detectada en California ya en 1891, es la más importante. Otras cultivos afectados por la bacteria, localizados en los estado de la mitad sur del país, son el melocotonero, el ciruelo, la pecana, y más recientemente el arándano. Solo en vid, la Xylella supone unas pérdidas de 50 millones de dólares anuales a los productores californianos. El sector productor está directamente implicado para combatir y paliar los efectos de la enfermedad, aportando financiación para la investigación, una cuarta parte del total anual (12 millones de dólares), destinados por ejemplo a la obtención de variedades de vid resistentes que pronto estarán disponibles.
Por último, Ricardo Alarcón, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Junta de Andalucía, presentó la ‘Estrategia andaluza de lucha contra Xylella fastidiosa’, que contempla un plan de acción con medidas de vigilancia y prospección focalizadas en viveros, explotaciones de vid, cítricos y olivar, planta ornamental y centros logísticos, con el objetivo también de erradicar los viveros ilegales. Así mismo, se llevarán a cabo actividades de investigación, difusión y transferencia de información, y se creará una comisión de expertos de universidades y otros centros de investigación que dará apoyo científico y técnico en la toma de decisiones.
Una de las conclusiones de la jornada consistió en que Xylella fastidiosa supone un riesgo importante para el olivar español y para otras especies frutales y ornamentales de gran importancia económica, como se ha visto en el sur de Italia. Es por tanto necesario limitar la importación de material vegetal de plantas huéspedes, independientemente del origen y solo hacer aquellas estrictamente necesarias, realizar análisis en frontera del material procedente de países con presencia de la bacteria, realizar prospecciones intensivas en todas las provincias e informar rápidamente a los servicios de Sanidad Vegetal ante cualquier sospecha.