El sector oleícola urge mecanismos que permitan la adecuación de la oferta
La veíamos llegar y ya está aquí. Nos referimos, como no, a la campaña oleícola 2014-2015, la cual hemos comenzado con numerosas inquietudes.Venimos de un ejercicio en el que el sector ha superado todos los récords históricos, de producción, comercialización y exportación, posicionando, incluso, el aceite de oliva español en feudos tradicionalmente italianos. Sí, este año, por primera vez, nos hemos convertido en los principales proveedores de Estados Unidos y Japón, por delante de Italia que, como sabemos, no es el primer país productor pero sí es el primer comercializador de envasados y nuestro principal comprador.
La campaña 2013-2014, cerró con una producción de 1.780.200 toneladas, superando en un 188% la anterior y en un 42,7% la media de las últimas cuatro campañas. Asimismo, la comercialización alcanzó otra cifra sin precedentes, al sumar 1.641.300 toneladas, lo que ha dejado un balance de salidas mensuales cercano a las 137.000 toneladas. Prácticamente nadie confiaba en que una campaña de estas características fuera a tener comercialización, pero los resultados lo han demostrado. La demanda de aceite de oliva a nivel mundial sigue creciendo y los stocks de que disponemos serán vitales para afrontar la comercialización a lo largo del presente ejercicio, donde se espera una reducción de la producción a nivel nacional en torno al 50%, según las fuentes.
Los datos con que contamos nos dicen que la cantidad de enlace ronda las 497.800 toneladas en España y que la producción nacional oscilará entre las 825.746 toneladas, estimadas por el Ministerio de Agricultura, y las 784.000, previstas por la Consejería. En Andalucía, se espera recoger 643.000 toneladas, lo que significará un descenso del 56% con respecto al ejercicio anterior y un 43% por debajo de la media de las últimas cinco campañas.
A nivel mundial, el Comité Oleícola Internacional habla de una producción de 2.393.000 toneladas, que se situaría también por debajo de la del ejercicio anterior en un 27%, producción que sumada a las 774.000 toneladas de enlace, dan como resultado unas disponibilidades mundiales de 3.167.000 toneladas, cantidad muy ajustada para afrontar la comercialización.
Dado que los precios se encuentran en valores muy altos, superiores a los 3 euros/kilogramo el virgen extra en España y cerca de los 6 euros/kilogramo en Italia, los estudios apuntan a que puede haber una bajada del consumo mundial, cercana a las 200.000 toneladas. De confirmarse, esta campaña nos dejaría 297.000 toneladas de enlace. De no hacerlo y mantenerse la tendencia de la 2013-2014, las reservas mundiales se verán claramente amenazadas.
La coyuntura a la que nos enfrentamos esta campaña evidencia la necesidad urgente de contar con mecanismos de adecuación de la oferta de aceite de oliva, a fin de garantizar el abastecimiento en los mercados y precios estables, tanto a productores como a consumidores, evitando que la vecería de los olivos, las condiciones climáticas o las cuestiones sanitarias, provoquen convulsión en los mercados de unas a otras campañas.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias tratamos, en su momento, de materializar esta propuesta mediante extensión de norma en el sector y, no habiendo prosperado, trabajamos en la actualidad para que pueda ser la PAC la que nos permita ponerla en práctica, a través de las Organizaciones de Productores (OP) del sector, definidas en la nueva reforma. Las dificultades en Bruselas están claras y las asumimos, pero España es líder mundial en producción y debemos tener una estrategia clara, ya que el resto de países productores europeos no harán ningún movimiento en este sentido.
Por otra parte, no debemos olvidar que la integración es la gran tarea pendiente en el cooperativismo oleícola porque lo que es indudable es que, cuanto más unidos estemos en el sector, más sencillo será gestionar la lotería de la producción y vender nuestro producto desde una mejor posición competitiva.
