“El aceite de oliva virgen extra es el que aporta más beneficios a la salud”
Entrevista a Ramón Estruch, coordinador del estudio ‘Efectos de la dieta mediterránea en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares’
El estudio Predimed, en el que han participado miles de personas desde 2003, demuestra que las personas que siguen una dieta mediterránea suplementada con aceites de oliva virgen extra, no solo no engordan, sino que además tienen menos riesgo de padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares. El investigador Ramón Estruch afirma que los componentes de este aceite “actúan como antioxidantes y antiinflamatorios” y por lo tanto, evitan o retrasan “la aparición de enfermedades como el cáncer o la arteriosclerosis”.
¿Cuáles son las particularidades del aceite de oliva virgen extra para crear los beneficios de salud de los que se hablan en el estudio?
El aceite de oliva contiene ácido oleico, su principal componente, pero también numerosos compuestos minoritarios, entre los que merecen destacarse los polifenoles. Los beneficios sobre la salud provienen de su componente graso, el ácido oleico, pero sobretodo de su contenido en polifenoles, como el tirosol y el hidroxitirosol, que actúan como agentes antioxidantes y antiinflamatorios. Como la mayoría de enfermedades degenerativas, como la arteriosclerosis o el cáncer, suelen ser debidas a un excesso de estrés oxidativo y procesos inflamatorios, el consumo de polifenoles evita o retrasa la aparición y desarrollo de estas enfermedades.
¿Estos beneficios son exclusivos del aceite de oliva virgen extra?
El aceite de oliva virgen extra es el que contiene más polifenoles y por lo tanto el que aportaría más beneficios para la salud. Los otros aceites de oliva también son beneficiosos, pero sus efectos protectores se reducen al disminuir la cantidad de polifenoles.
¿Qué carencias acarrearía no consumir aceite de oliva? ¿Y qué consecuencias tendría un consumo excesivo?
El aceite de oliva facilita la palatibidad de muchos alimentos como, por ejemplo, las verduras. Las dietas exentas de grasa (sin aceite de oliva) son difíciles de mantener en el tiempo y se acompañan muchas veces del consumo de alimentos saludables como las verduras. Por otra parte, el aceite de oliva es un tipo de grasa, por lo que tiene un elevado poder calórico. Un exceso de su consumo llevaría, por lógica, a un incremento del peso corporal y a la obesidad. En nuestra experiencia con el estudio Predimed, el consumo ideal debería ser de unos 40 ml al día, cuatro cucharas soperas, de este aceite. No obstante, en personas con sobrepeso u obesidad debería reducirse este consumo a unos 20-30 ml al día, aunque la cantidad exacta está por determinar. Nuestro próximo estudio que denominamos Predimed-Plus puede ayudarnos a responder a esta pregunta.
¿Qué pasa cuando utilizamos este tipo de aceite para cocinar? ¿Sigue teniendo los mismos beneficios?
La cantidad de polifenoles se reduce con la cocción, de ahí que siempre sea preferible tomar el aceite crudo. Pero si queremos freír, el mejor sigue siendo el aceite de oliva virgen extra.
Y por último, ¿qué opina sobre la reciente decisión de la Agencia de Seguridad Alimentaria de Reino Unido de etiquetar el aceite de oliva como un producto no recomendable?
Nos queda mucho trabajo por hacer. El mundo anglosajón cree que todas las grasas son iguales y por ello muchos de ellos preconizan el consumo de una dieta exenta de grasa. De ahí, que de entrada ya miran mal al aceite de oliva, aunque la grasa que contenga sea vegetal. A ello hay que añadir que el aceite de oliva, y especialmente el virgen extra, es algo más que grasa y que gran parte de sus efectos beneficiosos se debe a estos componentes minoritarios. La Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido debe valorar los distintos alimentos por su composición y valor energético, pero también por los resultados de los estudios que se hayan realizado. En el estudio Predimed, aquellos participantes que siguieron una dieta mediterránea tradicional suplementada con aceite de oliva virgen extra redujeron el riesgo relativo de sufrir una complicación cardiovascular en un 30%, sin que se apreciara ningún aumento ni el peso corporal ni en el perímetro de la cintura, medida de mayor valor que la simple medición del índice de masa corporal.