Alegaciones de FEHR ante la obligatoriedad de las aceiteras irrellenables
9 de julio de 2013
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, anunció ayer, durante la entrega de los Premios a los Mejores Aceites de Oliva 2012-2013, la elaboración por parte del ministerio de un Real Decreto por el que se establecen determinadas medidas de comercialización en la hostelería de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva. Con ello se pretende establecer la obligatoriedad de que los aceites suministrados para el uso de autoservicio en hostelería y restauración se presenten en “envases etiquetados y provistos de un dispositivo que los haga irrellenables, para garantizar la autenticidad del contenido de los envases y defender los intereses de productores y consumidores”.
Desde la Federación Española de Hostelería (FEHR) se quiere expresar el importante esfuerzo que la hostelería ha venido realizando para poner en valor y acercar a los clientes el aceite de oliva español. Siempre desde la disposición a colaborar y plantear acciones en positivo relacionadas con la promoción del aceite de oliva español, desde FEHR se han planteado las siguientes alegaciones al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente:
- Temor ante que los nuevos formatos supongan un incrementos de los precios del aceite de oliva.
- No se toman en consideración los aspectos medioambientales. La medida producirá un incremento del volumen de envases, plásticos y vidrios, que no tiene justificación práctica y de gran impacto medioambiental.
- No se ha realizado estudio de las nuevas necesidades logísticas, de ubicación del producto y de espacio que harán que el aceite pueda desaparecer de muchas ubicaciones y ser sustituido por condimentos y aliños diferentes, más cómodos, sencillos, económicos y no sujetos a normativas tan estrictas como la que se pretende imponer al aceite de oliva.
- No se ha valorado el impacto de desplazamiento de la demanda que producirá una multiplicación de entre cinco y siete veces el precio del producto.
- No se ha valorado el desperdicio alimentario que producirán unos envases, por ejemplo de 20 cl, que en casi ningún caso se agotan en el uso monodosis y que sin embargo se convierte en residuo y por tanto derroche alimentario (incompatible con criterios de racionalidad en base a la estrategia de reducción de desperdicio alimentario).
- Se produce un perjuicio de pérdida de personalización de los establecimientos, no pudiendo utilizar sus propios dispensadores. Además se rechaza de plano la asociación de aceitera rellenable con la de envase de poca calidad o producto de mala calidad.
- Que el producto no tenga etiqueta cuando está en la mesa del restaurante o la barra del bar no es una pérdida de información al consumidor, ya que se dispone de cartas, paneles y lo que es más importante el conocimiento y atención de nuestro personal de sala y barra. Los establecimientos de hostelería no son supermercados por ello no tener la etiqueta no es sinónimo de desinformación.