Cubiertas vegetales de suelo en plantaciones de olivar para controlar la erosión
27 de diciembre de 2012
La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), viene trabajando en el uso y manejo de diferentes tipo de cubiertas vegetales —principalmente de plantas crucíferas y gramíneas—, como método para controlar uno de los principales problemas medioambientales del cultivo del olivar, la erosión del suelo.
Los trabajos que se llevan a cabo en el centro Ifapa Alameda del Obispo, de Córdoba, se dirigen, entre otros objetivos, a la implantación de coberturas vegetales en el centro de las calles de las plantaciones de olivar. Con tal finalidad, actualmente se evalúan un total de 40 tipos de especies crucíferas autóctonas procedentes de Andalucía y Aragón, región que también participa en este proyecto de investigación.
Los expertos del Instituto han detectado que las plantas crucíferas, que tienen tasas de crecimiento muy altas y cubren el suelo rápidamente, tienen dos utilidades muy importantes como coberturas vegetales. Por un lado, por sus raíces de gran tamaño son capaces de descompactar los suelos y por tanto favorecen la infiltración de agua y reducen la escorrentía o corrimiento de tierras, responsable de la erosión. Por otro, tienen la capacidad de combatir el hongo Verticillium dhaliae, por lo que ayudan considerablemente a evitar la verticilosis en los olivos, una de sus principales enfermedades.
En cuanto a las gramíneas, desde el Ifapa también se vienen desarrollando técnicas de implantación y manejo de esta especie vegetal, muy eficaz en el control de la erosión, aunque su tasa de crecimiento es más baja y en su primer año aún no llega a proteger el suelo. Este tipo de especie se siembra un año y después se mantiene como cobertura permanente mediante autosiembra, es decir, las semillas que produce la planta sirven para constituir la nueva cobertura al año siguiente, junto con los restos vegetales de las plantas muertas. El sistema funciona muy bien durante varios años, por lo que es además relativamente económico para los agricultores.
Para aliviar el problema de la fase inicial del ciclo, el Ifapa ha diseñado un sistema de implantación muy novedoso que consiste en sembrar la especie gramínea de interés, protegida por franjas de cebada. De ese modo, el sistema es muy eficaz desde el primer año, debido a la protección de la cebada que al año siguiente y en sucesivos desaparece.