Los bulgaros prefieren el aceite de sabores suaves
10 de diciembre de 2012
El mercado del aceite de oliva es relativamente joven en Bulgaria, ya que hasta la caída del Comunismo no había oferta de este producto. Esto, unido a la falta de producción y a la notable diferencia de precio, hace que el 80% del aceite vegetal que se consume en el país sea de girasol, de producción nacional. según un informe presentado por el Icex.
A pesar de ello, las importaciones de aceite de oliva en Bulgaria están experimentando un gran crecimiento debido principalmente a la preocupación por una alimentación sana y el interés por la dieta mediterránea. Este incremento se apreció especialmente en 2010 en las importaciones de aceite virgen (aumentando su volumen en un 57,9% con respecto a 2009) y en 2011 en las de aceite refinado (incrementando su volumen en un 51,4% con respecto a 2010). La mayor cuota de mercado para España es en los aceites de oliva sin refinar, con un 25,9% del total de las importaciones, aunque el aceite refinado ha sido el que ha experimentado un mayor crecimiento en 2011 (un 65,2% con respecto a 2010). Los principales competidores de España son Italia para el aceite de oliva virgen y Grecia para el resto.
Se debe tener en cuenta que el mercado búlgaro es muy pequeño con una población de 7.327.224 habitantes y con un salario medio anual de 3.976 €. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (NSI) cada hogar gasta 125€/mes en alimentación y bebidas sin alcohol, por lo que el aceite de oliva, con un precio medio de 6€/litro, resulta un producto costoso para el consumidor medio búlgaro.
En cuanto a las tendencias de mercado, existe una gran oferta de aceites de oliva, tanto de virgen extra como de orujo, siendo más moderada la presencia de modalidades intermedias como el aceite virgen y el aceite de oliva clásico. El consumidor medio búlgaro suele ser mujer, de clase media-alta y adquiere el producto en cadenas de supermercados. Suele consumir siempre la misma marca y a la hora de elegirla son determinantes el precio y el sabor (prefiriendo los sabores suaves).
El principal problema que tiene que afrontar el exportador español a la hora de entablar relaciones comerciales con el país es el transporte. Otro inconveniente que influye en el coste es el IVA búlgaro, cuyo tipo único es el 20%. La suma de estos dos factores hace del aceite de oliva español un producto costoso.
La mayoría de la población búlgara sabe que España es productora de aceite de oliva, pero en general no tiene una percepción ni positiva ni negativa del producto español; y en muchas ocasiones, aunque conoce marcas como Ybarra, Borges y Rafael Salgado, desconoce que sean de origen español. Asimismo, existe un sector de la población más especializado que vincula el aceite español con la calidad.
En cuanto a la distribución destaca el peso de las grandes superficies, ya que en 2009 el 74% de las ventas de aceite de oliva se realizaron a través de este canal. Así, aunque el mercado se antoja complicado, los distribuidores búlgaros consideran que existen unas perspectivas positivas para los exportadores y aconsejan desarrollar una estrategia de manera conjunta con el importador antes de penetrar en el mercado.