Entrevista a Damián Hernández, Wittmann Battenfeld
Muchos volvieron de la K con la idea de que fue una buena feria. Se respiraba cierto optimismo en el sector, pasillos llenos, muchos contactos e incluso ventas, ¿cree que el sector en España se recuperará próximamente? ¿Cree que el problema de la financiación es uno de los principales ahora mismo o el problema es otro?
Lamentablemente para todos los que intentamos trabajar para una esperada mejoría de la situación, pensamos que esta situación actual es muy complicada, y no será posible salir tan fácilmente como desearíamos. La suma de varios factores, que todos vamos conociendo, ha desembocado en esta época tan complicada, sobre todo para la industria. Suponemos que poco a poco los problemas irán desapareciendo o suavizándose, pero dibujar un futuro esperanzador a medio plazo es bastante arriesgado, por lo que por ahora es mejor adaptarse al mercado, por difícil que parezca.
Es cierto que en la pasada K se respiraban aires de optimismo, pero esos vientos no venían de la península ibérica, más bien eran corrientes de aire internas, que giran por esas tierras germanas y sus influencias más cercanas, ya que realmente ese sí es un mercado con más que notables síntomas de recuperación y crecimiento.
El problema de la financiación en nuestro país es grave y posiblemente uno de los factores negativos más notables, pero desafortunadamente las reformas en el sistema actual y las propuestas planteadas para traspasar el muro son improvisadas de cualquier manera y no ilusionan al mercado. Seguramente el problema de la financiación es uno de los más graves pero, según nuestra opinión, no es el principal, ya que posiblemente afectan más algunas decisiones económicas y políticas relacionadas con la globalización.
¿Cree que hay algún segmento industrial que será el que lidere la mejora del sector de la inyección en España?
Existen varios sectores y subsectores, que según los últimos estudios, pueden soportar mejor esta prolongada situación como el sector del envase, embalaje y, en momentos puntuales, el de la automoción. Pero quizás el liderazgo para una mejora llegue de la mano de algunas empresas fuertes, que apuesten por nuestro mercado, instalando tecnologías con alto valor añadido, capaces de competir en este mundo globalizado.
Los pocos emprendedores con fortaleza son los que más luchan para salir de esta crisis, pero tristemente son las grandes multinacionales quienes tienen la sartén por el mango y la influencia suficiente en la política económica, capaz de cambiar el rumbo actual.
Si en piezas fáciles ya no se puede competir con países más baratos, ¿qué debe hacer el inyectador español? ¿Más automatización de procesos? ¿Más integración de funciones?
La industria actual debe modernizarse, adaptarse a los difíciles momentos con imaginación, valentía y dinamismo. Aprovechando nuestra gran experiencia en el terreno de la automatización, podemos garantizar que las compañías más solventes, con más medios, recursos y futuro, son aquellas que han sabido posicionarse en este mercado tan competitivo, con planes modernos de automatización. España obviamente no puede pensar sólo en inyectar, debe presentar sus mejores productos a los clientes, a un precio y a una calidad que le permita luchar con otros mercados más agresivos. Y esto en ocasiones se puede lograr automatizando al máximo sus procesos, es decir, rentabilizando bien sus inversiones o adaptándolas para competir.