¿Cómo está afrontando la industria alimentaria el reto de ‘carbono neutral’?
Maria J. Herrero, colaboradora de Alfa Laval
09/03/2023El sector agroalimentario avanza lento en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y no va a llegar a los 'valores objetivo impuestos desde la UE en el primer tramo. Todos los datos apuntan a que se conseguirá la reducción de un 29% pero aún está lejos del 38% que se estableció en los Acuerdos de París de 2015 de la ONU para 2030.
La producción de alimentos supone más de un 20% del total de estas emisiones a nivel mundial siendo la agricultura y la ganadería una parte fundamental en este porcentaje.
Muchos países ya han cambiado sus modelos de negocio y trabajan para estar cerca de llegar a conseguir los objetivos propuestos. Suecia, por ejemplo, destaca como una de las naciones que proyecta ser neutra entre 2040 y 2045 y así adelantarse al plazo de cumplimiento de 2050.
Conseguir la neutralidad de carbono es uno de los retos más interesantes de nuestro siglo, puesto que para ello debemos repensar los negocios y actividades para que sean más eficientes y rentables, a la vez que impactan menos en el entorno en el que operan. Nadie duda que el cambio es urgente y necesario y, como tal, hay que buscar las mejores opciones para que la transición sea fácil, rápida y apoye el futuro del tejido agroindustrial.
Demostrar el compromiso de una empresa con la descarbonización y la mejora en los estándares de sostenibilidad apoya el cambio y motiva tanto a empleados como a consumidores, clientes o inversores.
Buscar una diferenciación a través de esto es la estrategia más acertada porque, además de adelantarse a la legislación -que cada vez será más restrictiva-, impacta en beneficios fiscales, generando un crecimiento económico sostenible.
En España, las grandes corporaciones alimentarias llevan años trabajando en políticas integrales, donde destacan proyectos de eficiencia energética, economía circular, mejora en la eficiencia del transporte o una buena gestión los residuos.
La puesta en marcha de estas estrategias genera solidez en las empresas a la vez que actúan de palancas de cambio para otras. Pero también hay otra realidad y es que todavía muchas empresas no han encontrado la forma o necesitan ayuda para conseguir reducir sus emisiones. En este caso, buscar partner que apoyen este trabajo y que conozcan el camino es fundamental para alcanzarlo.
Desde hace tiempo, Alfa Laval trabaja en este campo abarcando los alcances 1, 2 y 3 para cubrir emisiones directas e indirectas de las operaciones a lo largo de la cadena alimentaria. Su trabajo parte de reducir activamente su propia huella en toda la cadena de valor, al mismo tiempo que buscan las mejores opciones para los clientes que necesitan reducir esta huella de carbono.
La base de su trabajo es el desarrollo de tecnologías punteras de aplicación en los procesos alimentarios, tecnologías enfocadas en la eficiencia energética y en la reducción de emisiones.
A modo de ejemplo, en 2020 sus intercambiadores de calor redujeron el uso de energía en procesos industriales en alrededor de 50 GW y al mismo tiempo redujeron 25 millones de toneladas de CO2. Al introducir tecnologías, garantizan que los procesos sean más eficientes desde el punto de vista energético y permiten la transición a fuentes de energía limpia.
Las empresas, sobre todo industrias, deben calcular cuáles son y de dónde vienen principalmente sus emisiones.
Al optimizar el consumo de energía en conjunto y ser capaces de producir más con menos, se puede satisfacer nuestra mayor demanda de energía y reducir las emisiones de CO2 al mismo tiempo.