Su cometido será elaborar una estrategia amplia y de gran envergadura relativa al hidrógeno y las pilas de combustible

La creación de la plataforma tecnológica europea del hidrógeno y las pilas de combustible fue presentada recientemente por el Presidente Romano Prodi, junto con la Vicepresidente y Comisaria de Energía y Transporte, Loyola de Palacio, y el Comisario de Investigación, Philippe Busquin. Su objetivo es afianzar la posición de la Unión Europea como principal integrante a nivel internacional en el suministro y aplicación de tecnologías del hidrógeno.

Los esfuerzos de la Unión Europea para el desarrollo y la consolidación de esta tecnología están fragmentados y dispersos en varios estados miembros, a menudo con actividades coincidentes. Por esta razón, la Comisión decidió el año pasado crear un grupo de alto nivel.

El informe prospectivo del grupo recibió un fuerte apoyo en la importante conferencia europea, “La economía del hidrógeno: un puente hacia la energía sostenible”. Entre las primeras recomendaciones del grupo destacan la constitución de una “asociación europea sobre tecnología del hidrógeno y las pilas de combustible”, dirigida por un consejo consultivo.

El resultado esperado de esta plataforma tecnológica es la elaboración, a escala comunitaria, de una estrategia amplia y de gran envergadura relativa al hidrógeno y las pilas de combustible. El consejo consultivo de la plataforma tecnológica está compuesto por 35 miembros que representan a las partes interesadas pertinentes, y que se distinguen por su liderazgo en dicho sector.

La plataforma tecnológica tendrá la oportunidad de lograr un consenso y encabezar una estrategia europea coherente en materia de investigación y desarrollo en el sector del hidrógeno y las pilas de combustible, que incluya las asociaciones públicas-privadas, los proyectos faro, las normas y los reglamentos.

De este modo, construirá una masa crítica y reunirá a las partes interesadas para hacer de Europa un protagonista de primer plano y un socio más fuerte a escala internacional.

El hidrógeno, como la electricidad, es un vector energético limpio. Puede producirse a partir de una amplia variedad de fuentes de energía primaria. Es posible descarburar los combustibles fósiles mediante la captura de carbono, permitiendo la producción de hidrógeno a partir de estos combustibles tradicionales con emisiones insignificantes de carbono. Pero, sobre todo, el hidrógeno producido a partir de una serie de fuentes de energía primaria renovables tales como el viento, la biomasa y la energía solar es ideal para la sustitución gradual de la energía fósil, en especial el petróleo.

El principio de la conversión energética en una pila de combustible es limpio y silencioso: el hidrógeno se combina con el oxígeno del aire en la pila de combustible para producir agua y electricidad. Los procesos de conversión electroquímica no están limitados por las mismas leyes físicas de la termodinámica que rigen los procesos de combustión y ofrecen, por lo tanto, un rendimiento superior. Las pilas de combustible utilizan generalmente el hidrógeno como combustible pero también pueden utilizarse otros, como el gas natural y el metanol.

A largo plazo, las pilas de combustible podrán servir para reemplazar una amplísima proporción de los sistemas energéticos actuales en todos los campos, desde las baterías de los teléfonos móviles hasta la propulsión de vehículos, pasando por una producción eléctrica centralizada o descentralizada. También representan un cambio potencial en nuestra manera de producir y consumir energía.

La Unión Europea apoya la investigación de las pilas de combustible desde 1989, y la importancia creciente de este campo se refleja en el aumento sustancial de la ayuda financiera a su investigación, desde los 8 millones de euros en el programa de 1988-1992, a los 150 millones de euros para 1999-2002.

En la actualidad, tras una primera licitación para el sexto programa marco de investigación (FP6 2002-2006), la contribución de la UE a estas actividades asciende a 95.000.000 de euros; antes de 2006 se convocarán dos nuevas licitaciones. Alrededor de 300 millones de euros deberían asignarse a la investigación sobre el hidrógeno y las pilas de combustible en el marco del FP6.

En noviembre de 2003, la Comisión también puso en marcha la “Iniciativa Europea de Crecimiento” con el fin de acelerar la recuperación económica de la UE. La iniciativa de crecimiento incluye un programa “Quick Start” para los proyectos de inversión pública y privada en infraestructuras, redes y conocimiento.

Su objetivo es fomentar la creación de asociaciones públicas-privadas, en cooperación con el Banco Europeo de Inversiones, con el fin de dar un impulso a la economía.

Este programa prevé una iniciativa importante de diez años a favor de la investigación vinculada al hidrógeno, su producción y su utilización, con un presupuesto total orientativo de 2.800 millones de euros de financiación pública y privada. La plataforma tecnológica puede contribuir a concretar esta iniciativa, que ya ha recibido el apoyo político de los estados miembros al más alto nivel.

También en junio de 2003, durante la cumbre UE-EEUU, el hidrógeno fue motivo de debate. En una declaración conjunta con EEUU, la Unión Europea se comprometió a colaborar a escala global en la aceleración del desarrollo de la economía del hidrógeno.

Detrás de esta colaboración se esconde el objetivo de aumentar la seguridad del suministro energético, aumentar la diversidad de las fuentes energéticas y mejorar la calidad del aire local y mundial.

Esta asociación internacional incluye especialmente a India y a China, que se convertirán en consumidores importantes de esta energía, pues sus economías están creciendo rápidamente. Esto representa un paso adelante en la construcción de una cooperación internacional sobre los asuntos técnicos, reglamentarios y políticos relacionados con la materia.

Entre los miembros del consejo consultivo de la plataforma tecnológica europea del hidrógeno y las pilas combustible nos encontramos con cuatro españoles, Javier Brey, director general de Abengoa Hynergreen; César Dopazo, Director General del Ciemat; Agustín Escardino, presidente de NTDA Energía y Pablo Fernández Ruiz, director de la DG RTD Dirección Energía de la Comisión Europea.