Identiplast: La gestión de los recursos se examina
IDENTIPLAST
En este sentido, APME ha desempolvado la incineración de los plásticos como una solución a tener en cuenta, si bien prefiere evitar la palabra y se refiere a esta acción como la obtención de energía a partir de residuos.
Además de estar activamente trabajando con los legisladores para que la revisión anunciada de los objetivos de la Directiva de Envases sea razonable (se habla de un 22,5% para los cinco próximos años), las directivas relativas a los vehículos fuera de uso y los residuos provenientes de equipos eléctricos y electrónicos están en estos momentos los primeros en la lista de prioridades. Los objetivos, hacer comprender la importancia de la ecoeficiencia y del ciclo de vida de los plásticos.
Según explicó Nancy Russotto, directora general de APME, la Unión Europea tiene como objetivo bajar la dependencia energética que tiene de fuentes externas. En este ámbito de discusión, el poder calorífico de los plásticos es una alternativa en la línea de la búsqueda de energías renovables.
Pero Identiplast continuó poniendo de manifiesto la dificultad de encontrar verdades absolutas en esto de la recuperación. ¿Cómo conjugar adecuadamente los numerosos factores a tener en cuenta desde un punto de vista medioambiental y económicamente razonable? Un dato interesante: la reducción de peso en los automóviles como consecuencia de la utilización de plásticos, ha hecho posible un ahorro de combustible de 12 millones de toneladas.
Por otro lado, los consumos siguen creciendo. La Europa de la UE consume 50 millones de toneladas de plásticos, con un aumento anual durante la última década de un 5,5%. ¿qué hacer con todos esos plásticos una vez que ya han cumplido con su función?
Soluciones para el sector eléctrico y electrónico
La empresa RGS90 Watech presentó un sistema para recuperar el PVC de los cables, o por expresarlo mejor, dos métodos: Plastsep y Wapro. El primero es un proceso para el reciclado mecánico que permite la separación del PVC y el PE de mezclas, a la vez que hace posible la separación de metales. Wapro, por su parte, se refiere al proceso de reciclado químico que convierte los residuos de PVC en sal, coke, petróleo o metales. La empresa separa los residuos en tres posibles: láminas de PVC con aluminio y polietileno reticulado, láminas de PVC, con aluminio, PVC y Cu, y Cu (Sn), PVC aluminio, con otra lámina de PE Cu, Aipe y PVC.
En relación con el PVC también fue interesante la conferencia de la empresa danesa Stignaes, que va a construir una nueva planta de reciclado de PVC que combina diversos procesos químicos.
Michael Biddel, de MBA Polymers (EE.UU.) explicó el sistema que propone para reciclar plásticos de equipos eléctricos y electrónicos y aseguró haberse centrado en esta labor porque los plásticos son los materiales integrados en productos durables menos reciclados, en comparación con el aluminio, el acero, el papel o el vidrio. La contradicción es que es uno de los más valiosos. ¿Por qué por lo tanto no se reciclan? La dificultad principal es la forma en que los plásticos llegan tras su consumo, mezclados con un gran número de materiales que no son plásticos. El mayor porcentaje de los desperdicios de plásticos de equipos electrónicos es el polipropileno y el poliestireno, seguidos del ABS... complicándose el tema más porque por ejemplo en el poliestireno, hay grados para inyección, extrusión, soplado... En los últimos años se han fijado más en la identificación de los plásticos y han logrado un sistema que genera una granza perfectamente preparada para su nuevo uso. "Nos consideramos un transformador de plásticos, no un reciclador". Y dijo algo curioso. Si vemos el material de molienda que se obtiene de triturar equipos electrónicos, parece complicado convertir eso en un material transformable. Pero si pensamos que del petróleo se obtiene un material plástico, y observamos una vista aérea de una planta química que lleva a cabo este proceso, la complejidad no le anda a la zaga. Un dato interesante. En EE.UU., donde la legislación no obliga en la misma medida que en Europa, la actividad en el campo de la recuperación de plásticos procedentes de equipos electrónicos es enorme, lo cual viene a mostrar la viabilidad de proyectos empresariales de esta índole.
Haloclean es un proyecto para procesar residuos de equipos eléctricos y electrónicos, desarrollado por el Centro de Investigación ITC-TAB de Karlsruhe (Alemania). Ha investigado la degradación térmica de los residuos electrónicos utilizando una pirólisis de baja temperatura, que han bautizado como Haloclean. El trabajo une la descomposición catalítica de compuestos orgánicos en gases exhaustos y la mejora de técnicas de limpieza mediante gas.
Ordenadores, teléfonos, televisores, circuitos electrónicos, dispositivos de entretenimientos contienen metales preciosos y materiales de valor, con el problema de que los plásticos incorporan retardantes de llama brominados a menudo. El centro ha desarrollado una planta piloto para procesar materiales con mucho oro y bromo que pasará a escala industrial. El contenido en oro de los residuos obtenido mediante pirolisis es muy elevado.
Otras ideas para identificar y separar
Alexander Stücheli, de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Auto Recycling (Suiza) realizó un extenso análisis de las energías consumidas y los porcentajes que corresponden a las fases de producción de un vehículo así como la energía que consume a lo largo de su vida. Los datos fueron muy exhaustivos y las conclusiones interesantes. Se preguntó si merece la pena recuperar plásticos para reciclarlos. ¿Cuánta energía hace falta para fabricar un coche de 1.750 toneladas? Pues bien, los plásticos sólo requieren un 1,5% del total. Si miramos el consumo energético de un coche a lo largo de su vida de 150.000 kms, la energía necesaria para producirlo es de, 11,2%. ¿Por qué entonces se le dan tanta importancia a los plásticos cuando el porcentaje de energía que exige es tan bajo?
Piensa que se debe aprovechar el valor calorífico de los residuos de molienda. Del 80 al 85% de la energía química en los residuos de molienda se pueden recuperar mediante calor y ser usados como vapor en procesos (90% de eficiencia térmica) o convertirse en electricidad (20 a 25%). Pero recuperar los residuos de plásticos tiene ningún sentido.
Marco Barbolini, de la empresa Seeber (Italia) explicó cómo devolver una pieza de automóvil a la misma aplicación. En concreto se refirió a un contenedor de desgasificación de Volkswagen, que incluye P copolímero, acero, PA y Viton en las diferentes piezas del contenedor. El 90% del peso total está en las partes inferior y superior, objeto del trabajo de Seeber. Los problemas con los que se encontró fueron los siguientes: no es fácil encontrar las botellas, permanencia del glicol en el PP, emisiones durante la inyección, desechar la suciedad tras su limpieza, el color de la desgasificación que adquiere un color marrón. La conclusión es que es posible obtener una nueva botella, pero con un doble husillo con una buena desgasificación. Además hay que aditivar durante la regranulación para obtener los resultados de un nuevo contenedor en el horno. Asimismo, hay que utilizar un color negro para ocultar las alteraciones de color. El problema, de nuevo es la obtención de los contenedores y la pregunta que dejó en el aire fue el número de veces que se puede llevar a cabo este proceso.
¿Tiene sentido?
El poder calorífico de los plásticos es una alternativa en la línea de la búsqueda de energías renovables
Un segundo día de primer orden
Así, Peter Mayer, de S+S Metallsuchgeräte und Recyclingtechnik GmbH (representada en España por Alboex) se refirió a las nuevas tecnologías para el proceso de reciclado de PET, más en concreto a máquinas como la que puede separar metales Petmag B de residuos mixtos con latas. Funciona con una bobina de varios canales multifrecuencia ubicada bajo la cinta transportadora.. Cuando detecta un metal, los microprocesadores activan una boquilla de aire que separa el metal. Detecta todo tipo de metales, hasta partículas a partir de 1 mm, entre los desperdicios de PET, a velocidades de hasta 4 toneladas por hora.
El poder calorífico de los plásticos es una alternativa en la línea de la búsqueda de energías renovables
También presentó la Petmag F para escamas de PET, con el objetivo de obtener escamas de PET de alta calidad, sin contaminantes metálicos como pequeñas partículas de aluminio, por ejemplo. Puede detectar partículas a partir de 0,6 mm y puede trabajar a una velocidad de 2 toneladas por hora.
El Spektrum B es un separador de colores, con una cámara CCD que detecta vía transmisión y reflexión el color y la transmisión de las botellas. También existe una versión para la separación de colores en escamas, la Spektrum F.
Vally Hoogland, de Foma Engineering, mostró en detalle el proyecto CENTrec en respuesta a la demanda del mercado de obtener un material con características constantes, a bajo precio. Algunos de los ejemplos mostrados separaban PET y PE/PP, y PE/PP, PS y restos de PVC de cables de un refrigerador, PPO y PVC de salpicaderos de automóviles o EPDM y PP de tubos de regadío. Los objetivos de la máquina centrífuga CENTrec son una gran precisión de separación, a bajo precio del equipo y de la propia separación. Aprovecha las distintas densidades de los materiales: algunos flotan, otros se hunden. y quiere ser un alternativa a otros equipos similares de alta precisión y alto coste. El coste de la separación fue uno de los puntos centrales en este proyecto. Puede proporcionar costes de entre 0,04 y 0,08 euros por kilo, según las condiciones. Los factores que influyen en el coste son el número de horas de funcionamiento de la máquina, el tipo de líquido usado, el consumo energético, la reutilización de las fracciones no válidas.
Sascha Schuh de Ascon hablo de la mejora de la calidad y el aumento del valor mediante nuevas tecnologías de separación y recogida. Se refirió a la falta de uniformidad en los sistemas licenciatarios de los diferentes países europeos, las diferentes definiciones de cada país y las diferentes estructuras de remuneración. La reducción del coste de la clasificación de los residuos es fundamental y de hecho ha bajado notablemente en los últimos años, hasta en un 64% en diez años. Esta circunstancia ha ido acompañada de una mejora de la calidad de las fracciones y ello teniendo en cuenta que la cantidad de residuos recolectados es cada vez mayor.
Ernie Beker, de RTT (Alemania), habló de la identificación de plásticos oscuros y negros y de los productos de su empresa para la clasificación de los residuos de diferentes fuentes, basados en sensores diversos de reflexión y/o de transmisión. Lo más novedoso en este campo son los nuevos sensores por infrarrojos que cubren un campo mucho más amplio y aportan más información sobre el objeto. Las fracciones que alimentan sus máquinas deben tener un tamaño de entre 30 y 80 mm para una clasificación posible y económicamente viable.