Recorte de mangas
El pobre Rick Perry, gobernador de Texas y uno de los candidatos republicanos para las elecciones de 2012 de Estados Unidos, se quedó en blanco durante un debate. Quiso enumerar las tres agencias que cerrarían en caso de ser presidente y se quedó en dos: “Comercio, Educación y… ehhh ¿cuál es la tercera?”. Pobre hombre. Con las cámaras delante, su ridículo ha sido globalizado y el localmente conocido ha tocado los sinsabores de la fama mundial, probablemente porque es la metáfora perfecta de lo que tenemos. Un señor robotizado que en un momento en el que debe lucirse, se desluce. Este señor y muchos otros similares incapaces de salir del entuerto en el que se han metido solitos porque dentro de su automatización cualquier imprevisto no es solucionable, son los que escogen los caminos por los que transitaremos. El pobre Rick Perry no le llega a la suela del zapato a Perry el ornitorrinco, pero es Rick y no el ornitorrinco el que manda. Así que estamos indignados.
Ahora que ya sabemos que el movimiento de los indignados no va a solucionar nada y que solo nos sirve a muchos para identificarnos con el movimiento y pasar de página en el periódico, vamos a proponer aquí una nueva fórmula, que de hacerse popular, puede al menos hace pensar a algunos y divertirse a otros: el recorte de mangas.
Recorte de mangas para Perry el olvidadizo y para todos los que se aprenden el discurso de memoria sin saber siquiera lo que dicen.
Recorte de mangas a los que nos han metido en este lío, contratados por todos nosotros para que esto salga bien y poco capaces de sacarnos de esto en lo que nos hemos visto envueltos los ciudadanos de bien, sin comerlo ni beberlo.
Recorte de mangas para la prima de riesgo, las gomas de borrar que no borran (ya hablamos de ellas en su día), la deuda soberana, la especulación, los programas de cotilleo, los ladrones de guante blanco, los ladrones de guante negro, el bipartidismo, el papel higiénico de una sola capa, la obsesión por el Twitter, los mercados, la indiscreción del Facebook, el chándal con tacones, la fingida y absurda corrección de todo lo que decimos, el progresismo mal entendido, el derechismo bien entendido, las suelas de goma que resbalan cuando llueve, la programación de la televisión, el bipartidismo futbolístico, el doping cuando no es doping, el pressing catch y los programas de asiáticos dándose golpes. Recorte de mangas para todo lo que se dice en periodo de elecciones y, sobre todo, recorte de mangas para los que viven del cuento.
El recorte de mangas, sin acritud, nos liberará de tensiones y pondrá de manifiesto nuestro desacuerdo. Recortes sí, pero de mangas.