El expositor, fundamental
No todas las ferias son rentables. Por ejemplo, la K es adecuada para el mercado exterior y Equiplast para el mercado nacional. Son ferias bien concebidas y con una periodicidad trienal suficiente, aunque se podrían organizar cada cuatro años. Otras ferias en Europa pretenden tener la categoría de internacionales y aplican altos precios a la contratación de espacios y de servicios, como sucede en las ferias francesas. Es muy difícil que, dado su escaso poder de convocatoria, sean rentables para los expositores.
Las ferias han de estar organizadas de tal manera que todos se sientan satisfechos de su participación: el público visitante, los organizadores y, desde luego, los expositores. La feria organizada sólo como negocio está condenada al fracaso.