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Manuel Fraga - Director plásticos de BASF

01/01/1996
"No queda más remedio que hacer una fuerte reestructuración del sector"

Manuel Fraga Liste
Director de plásticos de BASF Española


Desde su puesto de director de plásticos en Basf Española y su dilatada experiencia, Manuel Fraga dispone de una atalaya extraordinaria para vislumbrar los cambios del sector de plásticos. Estos cambios se están produciendo a una velocidad extraordinaria, reconoce Fraga, lo que llevará a corto plazo a una mutación de la industria de fabricación de plásticos en su conjunto. La especialización productiva es ya un hecho manifiesto, como también la concentración industrial de empresas químicas. El sector de plásticos es, para Basf, esencial en el futuro y de ahí la reciente decisión de ampliar su producción en Tarragona. En opinión de Manuel Fraga, el complejo productivo de Tarragona es, para Basf y las otras compañías con plantas de producción, un centro lestratégico y ogístico de primer orden en Europa y está llamado a ser el suministrador de plásticos en toda la cuenca mediterránea.


Manuel Fraga es licenciado en Ciencias Químicas y está en Basf desde 1974. Durante cinco años trabajó en la planta de Tarragona de la compañía, para pasar posteriomente a la sede española de Basf en Barcelona. Entre 1985 y 1987 estuvo en Alemania y desde 1989 es responsable de la división de plásticos de Basf Española, la más importante de la empresa.



Durante el primer semestre de este año, el precio de los plásticos no dejó de subir; sin embargo, la situación se ha invertido desde el verano. A partir del pasado mes de junio, el precio de los polímeros más demandados no para de bajar. La situación preocupa en extremo a los fabricantes, porque no están acostumbrados a un cambio tan súbito del ciclo.

¿A qué se debe la bajada de los precios que tiene lugar desde el verano?

- A principios de 1994 se inició un proceso de fuerte subida del precio de los plásticos, a consecuencia de dos factores básicos. Por un lado, la creciente demanda a nivel mundial, sobre todo en Asia y Europa. Por otro, la acumulación especulativa de compras por parte de empresas intermediarias.

Los fabricantes de plásticos respondieron a esta creciente demanda apurando al máximo la capacidad productiva de las plantas de materiales plásticos. El ajuste de la oferta a la demanda nunca puede ser automático y de ahí que el tirón de la demanda de 1984 produjera un aumento notable de los precios de las principales materias primas.

En junio de 1995 los intermediarios y la industria transformadora tuvieron la sensación de que los precios habían llegado a su máximo y decidieron reducir los stocks de productos acumulados. Esta reducción de las compras, agravada por el parón que tradicionalmente tiene lugar durante el verano, ha producido una caída de los precios sin precedentes en el sector.

Los precios de los plásticos, ¿siempre han tenido un comportamiento cíclico?

- Sí, pero no tan brusco y acusado como el actual. Entre mayo y noviembre, por ejemplo, el precio del polipropileno ha bajado a la mitad y otros plásticos de gran consumo han tenido un comportamiento de este orden.

Se han producido también circunstancias extraordinarias que provocaron la bajada de precios. El Gobierno chino, ante la entrada de importaciones de material ilícitas, decidió cerrar todas sus fronteras en verano. China es ahora uno de los principales demandantes de plásticos y la paralización de las compras, aunque sea temporal, ha tenido un fuerte efecto desestabilizador en los precios en el mercado internacional.

¿Estamos ahora a un nivel de precio similar al de principios de 1994?

- El nivel de precios es similar al de principios de 1994 pero la diferencia entre el precio del monómero y el del polímero es inferior. Esto quiere decir que el margen de producción actual es incluso inferior al de principios de 1994, cuando los fabricantes de plásticos perdían mucho dinero.

¿Cuál es su previsión para la evolución de los precios en los próximos meses?

- La sensación que tenemos en Basf es que pronto se iniciará un proceso de incremento de los precios. Quizás se notará de manera clara en febrero de 1996.

Esta sensación se basa en que los transformadores están trabajando sin stock y se compra sólo lo que se necesita para producir. Pero también es generalizada la impresión de que los precios han tocado fondo. Si se tiene en cuenta que en noviembre se empezó a notar una cierta reactivación del consumo por parte del sector de transformación, todo indica que los precios empezarán pronto a subir.

Los monómeros, que son la materia prima de los polímeros, han experimentado un aumento de precio importante durante 1984 y 1995. El pronóstico es que en 1996 vuelvan a subir, con la consecuente acción sobre los márgenes de los productores de plásticos.

¿Cómo ha sido el consumo español de plásticos en 1995 y cuál es su previsión para 1996?

- En 1994 tuvo lugar un importante aumento del consumo de plásticos en España, del orden del 16 por ciento medido en cantidades. La demanda de los productos de gran consumo fue muy elevada. El crecimiento del polipropileno fue del 30 por ciento, el del poliestireno del 22 por ciento y el del polietileno de alta densidad del 20 por ciento, por citar sólo algunos.

Las previsiones para 1995 son de que ha habido un descenso del consumo en España. A falta de completar el año, se puede decir que el descenso será del orden del 1 al 2 por ciento. La demanda en algunos productos, como el poliestireno, ha sido la misma, mientras que en otros, como el poliestireno de alta densidad, la baja será del 8 al 10 por ciento.

¿Y respecto a 1996?

- Los pronósticos indican que en Europa se producirá un crecimiento del orden del 2 al 3 por ciento y una recuperación de los precios. En España, las expectativas de crecimiento también son razonablemente buenas, tanto a nivel de cantidades como de precio.

¿Cuáles son las expectativas del sector en su conjunto a medio plazo?

- La impresión del sector es que a medio plazo tiene que haber un proceso de fuerte reestructuración. Esto quiere decir que la dinámica de concentración empresarial se acelerará en los próximos años.

La industria ha vuelto a entrar en pérdidas como consecuencia de la baja de los precios. Los balances y las cuentas de resultados de 1995 no lo reflejarán en toda su dimensión porque la caída ha tenido lugar en el segundo semestre.

Europa es, en estos momentos, un exportador de materiales plásticos. Pero a medio y largo plazo mi impresión es que Europa se convertirá en un importador de material.

¿En qué consistirá la reestructuración del sector?

- Hoy en día las grandes empresas del sector tienden hacia la concentración y la especialización. Antes, hace unos años, la estrategia era la diversificación, para aminorar riesgos. En la actualidad todos los productores hablan de focalizar su fabricación en negocios esenciales y globalizarlos.

El objetivo de cualquier gran fabricante de plásticos en estos momentos es suministrar un producto en cualquier lugar del planeta y con la misma calidad. La estrategia de los grandes productores es ser uno de los primeros en un segmento determinado o abandonarlo. Al menos, ésa es la estrategia declarada de Basf.

Esta estrategia de concentración y especialización lleva inevitablemente a un proceso de fusiones entre compañías. Este proceso es cada vez más evidente. La creación de Borealis y Polymer Europe como resultado de la fusión, por un lado, de Stat Oil y Neste, y, por otro, de Union Carbide y ENI, se enmarca en esta línea.

Basf, por ejemplo, ha comprado recientemente una planta de poliestireno de Mobil en Estados Unidos y otra de polipropileno de ICI en Europa. La razón fundamental de estas dos adquisiciones de Basf fue que las dos plantas incorporaban tecnología de fabricación Basf, pero también se puede incluir dentro de la tendencia a focalizar y liderar producciones.

El mercado se ha vuelto global pero los costes del transporte también cuentan. De ahí que sea necesario fabricar cerca del consumo. En estos momentos, el mercado asiático es el que registra mayores índices de crecimiento, sobre todo, China e India, lo cual hará que a medio plazo parte de la producción que ahora se hace en Europa o Estados Unidos y se envía a Asia se fabricará directamente en Asia.

La reestructuración del sector, pues, no ha hecho más que empezar. Continuaremos asistiendo a grandes cambios en los próximos años.

¿Es posible ajustar la producción al consumo de cada momento? ¿Hasta qué punto tiene sentido el concepto de producción flexible en el sector de plásticos?

- No tiene sentido que una planta trabaje por debajo del 70 por ciento de su capacidad de producción. Vale más pararla que es lo que se hace cuando no hay suficiente demanda. El coste de financiación del material almacenado es muy elevado y no es rentable fabricarlo si no se sabe cuándo se va a vender.

Por otro lado, el coste fijo de funcionamiento de una planta, que incluye principalmente la mano de obra y la energía, también es muy alto. Este elevado coste fijo y la inercia que posee una factoría hace que la decisión de parar una planta sea muy meditada y cuando no hay más remedio.

Normalmente, los desajustes entre la producción y el consumo se aminoraban con un mayor almacenaje por parte de la oferta y la demanda. Sin embargo, la tendencia por parte de la demanda es reducir las existencias. De ahí las fluctuaciones más acusadas de los precios antes comentadas.

El tema del medio ambiente destaca entre las preocupaciones del sector. ¿Se han producido avances en este campo?

- La mejor forma de analizar el impacto de los plásticos sobre el medio ambiente es a través del denominado ecobalance, que considera el consumo energético de un producto en todo el ciclo de vida. Si analizamos los ecobalances es fácil observar que son favorables a los plásticos.

El reciclado de los plásticos ya es un tema resuelto. La imagen de los plásticos frente a la opinión pública ha mejorado de forma importante desde que se han puesto en marcha los sistemas de reciclado. Y ello en países tan sensibles al tema del respeto del medio ambiente como Alemania.

En estos momentos, cuando se estudia un proyecto de construcciñón de una nueva factoría, el tema medioambiental se incluye desde el principio. Como también que sea un proceso que genere la menor contaminación posible y que la fábrica esté cerca de la demanda. Son tres factores clave a la hora de considerar un nuevo proyecto de implantación industrial.

¿Qué tendencias destacaría en cuanto a nuevos materiales?

- La tendencia actual es producir con los mismos monómeros materiales plásticos con propiedades distintas. Ello se logra con el empleo de catalizadores especiales.

La segunda gran tendencia es conseguir mejorar las propiedades a base de formar compuestos y combinar distintos materiales.

En la reciente K'95 se presentaban nuevas poliofinas con propiedades muy específicas obtenidas con catalizadores de la última generación. En los próximos años no aparecerán nuevos materiales en sentido estricto sino una gama más amplia de materiales con propiedades específicas.

¿Cómo ve el sector de transformación español?

- El número tan elevado de pequeñas empresas de transformación que existe en España es realmente un problema para la competitividad del sector en general. Tiene que producirse por eso una cierta concentración de empresas.

Es cierto, de todas maneras, que varias empresas han invertido de manera importante en los últimos años y han formado un núcleo muy competitivo pese a su pequeña dimensión. Con una estructura de costes muy racional, estas empresas se están abriendo paso en el mercado de exportación.

Las empresas de transformación que en los últimos dos o tres años han hecho una política de inversión adecuada están sacando partido de los menores costes laborales españoles y de la favorable paridad de la peseta.

La situación, hablando en términos generales, de la industria de transformación española ha mejorado mucho en los últimos años y detecto un gran potencial. Es preciso, no obstante, acelerar el proceso de adaptación de las empresas a la nueva realidad que exige el mercado.

El consumo de plásticos por habitante es inferior en España al del resto de países europeos. Esto hace que el potencial del mercado español sea mayor que en otros países del entorno, aspecto que pueden aprovechar las empresas de transformación aquí establecidas.

¿Tarragona, abastecedor del área del Mediterráneo ?

El complejo de Tarragona es un centro de producción estratégico para Basf. La intención de la compañía es potenciar Tarragona como el centro de producción de Basf en toda el área del Mediterráneo.

"Las plantas que Basf posee en Tarragona son en general muy competitivas y se encuentran en buenas condiciones para conseguir el objetivo de nuestra empresa, que es ser nuestro centro logístico del Mediaterráneo", sostiene Manuel Fraga.

La planta de Basf en Tarragona produjo en 1994 casi 350.000 toneladas de productos, con un aumento de 50.000 toneladas respecto al año anterior. el promedio de la capacidad de producción en 1994 fue del 92 por ciento.

Hace unas pocas semanas, Basf decidió situar un catalizador de polipropileno de avanzada tecnología en Tarragona y la producción se destinará al mercado mundial. Recientemente, la compañía también ha decidido aumentar a 28.000 toneladas anuales la capacidad de su planta de poliestireno expandible y a 120.000 toneladas anuales la de polipropileno.

El puerto de Tarragona tiene conexiones regulares con casi todos los países del Mediterráneo, lo que hace que tanto Basf como las otras compañías químicas establecidas consideren la zona un punto estratégico esencial.

Austria y Suiza ponen cada vez más obstáculos al tránsito de mercancías a través de los Alpes, lo que provocará a medio plazo que Italia deba abastecerse fundamentalmente a través del Mediterráneo. En este escenario, mercados tan importantes como el italiano o el norte de África serán abastecidos primordialmente desde Tarragona.

El mercado natural de Tarragona será pues en el futuro el Mediterráneo, argumenta Manuel Fraga. Las plantas situadas en Alemania abastecerán fundamentalmente los países del centro de Europa, con tendencia a localizar su producción a mercados emergentes como China o la India.

La presencia de Basf en Tarragona se remonta a 1969, cuando construyó la planta de Styropor con una producción inicial de 5.000 toneladas. De ella ha surgido una fábrtica con 610 colaboradores y 14 plantas de producción hasta el momento, con una superficie edificada de 18,6 hectáreas y sobre un terreno de 90 hectáreas.

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