El polipropileno quiere ser una alternativa al PET

Más adelante en la línea de producción de la botella, el proceso de recalentamiento-estirado-soplado de los envases de PP requiere un control más cuidadoso. Las botellas de PP tienen un estrecho margen de temperaturas de funcionamiento, que oscila entre los 3-5ºC, comparados con los 10-15ºC para el PET.

Por un lado, la estabilidad térmica del PP es mucho mayor que la que ofrece el PET, lo cual representa una ventaja considerable para las aplicaciones de llenado en caliente. Esto debería permitir la eliminación de la necesidad de procesos de cristalización del cuello u otros procesos especiales implicados en el llenado en caliente para PET.

Por otra parte, la elevada permeabilidad del O₂ y del CO₂ conlleva que, en ciertos casos, los envases de PP requerirán la presencia de una capa barrera, mientras que para el PET no será necesaria ninguna.

Además, los ratios de estiramiento del PP harán que las secciones de pared de las preformas sean más cortas y más gruesas que las de PET. Este incremento de grosor de pared, junto con una conductividad térmica más baja para el PP, darán como resultado un ciclo de moldeo más largo.

Por último, para aproximarse a los valores de resistencia y claridad del cristal del PET, las resinas para botellas de PP deberán incluir un agente clarificador, que puede llegar a incrementar el coste del PP en hasta un 6 por ciento. Hoy en día Husky ya ha producido sistemas de preformas PP que están comercializadas